Reforma educativa en México
14 de agosto de 2015
El sureño estado de Oaxaca, uno de los más pobres del país, ha sido el bastión de un grupo sindical que con mayor resistencia se opone a la reforma educativa promulgada por el presidente Enrique Peña Nieto en 2013. México ocupa el último puesto en materia educativa de la lista de 34 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
La sección oaxaqueña de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), llegó a poner en jaque las elecciones del pasado mes de junio y doblegó al Gobierno federal, que anunció la suspensión indefinida de las pruebas de evaluación a los maestros, la piedra angular de la reforma y lo que más ha provocado resistencia entre algunos sectores del magisterio. La sección 22, que representa el ala radical del sindicato, ahora amenaza con bloquear el regreso a clases el próximo 24 de agosto y ampliar la resistencia a otras entidades del país.
La educación vuelve a ser rectoría del Estado
El izquierdista gobernador de Oaxaca, Gabino Cue, tomó la histórica decisión de acabar con el Instituto de Educación de Oaxaca (IEEPO), la fuente de recursos de la sección 22. “Controlaba las asignaciones de maestros, los sueldos, lo que se enseñaba en las escuelas e incluso ejercía coerción sobre los maestros de otras secciones. Un maestro que no participara en las marchas corría el riesgo de perder su empleo”, afirma Alexandra Zapata, que dirige la iniciativa “Mejora tu escuela”, del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), una organización civil que hace presión mediática para que se liberen más datos e información que durante décadas se mantuvieron en la opacidad.
Sin embargo, señala Zapata, lo que se ha visto en los últimos días es que los maestros de la entidad se dan cuenta de que su trabajo ya no depende de los intereses del sindicato y están priorizando su trabajo y su compromiso con la educación. “El poder del sindicato ha sido acotado. Necesitamos que el gobernador Gabino Cue mantenga su mano firme. Oaxaca es un ejemplo para el país, pues la rectoría de la educación debe ser responsabilidad del Estado y no de los sindicatos”.
La evaluación a los maestros no es punitiva
El Insituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), organismo público responsable de evaluar la calidad y el desempeño del sistema educativo desde nivel preescolar hasta medio superior, es también el responsable de aplicar las evaluaciones a los maestros. Su consejera presidenta, Sylvia Schmelkes, explicó que la evaluación no es punitiva, pues en caso de no aprobarla los maestros no serán separados del servicio público.
“La resistencia existe, aunque es minoritaria. Algunos sectores amenazan con no comenzar el próximo ciclo escolar y eso se debe a una serie de mitos que corren sobre esta evaluación, como que se perderá el empleo. La ley establece que el maestro tiene tres oportunidades para presentar este examen. Si a la tercera sigue saliendo con resultados insatisfatorios pese a los procesos intermedios de capacitación, entonces es separado de las funciones docentes, pero no pierde sus derechos laborales adquiridos”, afirma Schmelkes.
La funcionaria reitera que la reforma educativa pone fin a prácticas que durante décadas tenían que ver con arreglos clientelares y amiguismo. “Las plazas eran heredadas e incluso había compra-venta de ellas. Ahora para acceder a una plaza hay que concursar”, explica.
Círculo perverso
El SNTE anunció la realización de una marcha nacional en 27 estados, incluido el Distrito Federal este viernes 14 de agosto en protesta por la desaparición del IEEPO y en rechazo a la evaluación de los docentes como parte de la reforma educativa.
A las protestas docentes se suma la deserción escolar, que asciende a un 40 por ciento en el nivel medio superior (bachillerato). “A los alumnos les parece que el aprendizaje que adquieren ahí no es relevante para su vida, no sienten que están aprendiendo, la deserción es la consecuencia”, señala Schmelkes.
Hace unos días se dieron a conocer las evaluaciones realizadas a alumnos del último año de bachillerato, los que se gradúan para entrar a la universidad. Alexandra Zapata deplora el bajo nivel en el que se encuentran. “Sólo un 6 por ciento de los alumnos en todo el país demostró tener conocimientos adecuados de matemáticas. En la prueba de lenguaje y comunicación la cifra es de un 12 por ciento. Son cifras muy preocupantes. Se trata de problemas que comienzan desde la primaria y si no somos capaces de revertir esta situación México se quedará rezagado internacionalmente”.