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Reformas sociales en un "estado generoso"

31 de agosto de 2004

El gobierno de Schröder se enfrenta a una dura fase con las protestas de los ciudadanos contra las reformas sociales. La prensa extranjera se sorprende de la reacción alemana ante estas reformas "necesarias".

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Protestas en Leipzig contra las reformas del gobierno.Imagen: dpa

Gerdhard Schröder se enfrenta a una de las fases más conflictivas en su carrera política. El plan de reformas Hartz IV, denominado así por su creador Peter Hartz, prevé reformas en el mercado laboral y en las prestaciones sociales del estado. Reformas necesarias en una economía en crisis, que los vecinos europeos ya implantaron en la década pasada.

Las manifestaciones en contra del gobierno se sucedieron en Alemania en los últimos días. En el este y el oeste se levantan voces contra las intenciones del gobierno bajo el lema "nosotros somos el pueblo". Los países vecinos, que ya pasaron por el mal trago de reformar sus prestaciones sociales, se sorprenden ante tanta indignación de los alemanes con sus políticos. Corresponsales de la prensa extranjera opinan que en Alemania, el ciudadano cuenta con una seguridad que no se encuentra en ningún otro sitio.

Un sistema demasiado generoso

Bernard Benoit, corresponsal del Financial Times London en Berlín cree que el estado alemán es demasiado generoso con el ciudadano. "A partir de enero, los alemanes ya no tendrán derecho a recibir prestaciones por desempleo ilimitadascomo hasta ahora. Con eso, las condiciones del sistema alemán se equipararán al de sus vecinos europeos", aclara Benoit.

Por otra parte, el corresponsal opina que los alemanes esperan mucho del estado porque están acostumbrados a un sistema que garantiza el futuro: "Los alemanes podían exigir que el estado mantenga su nivel de vida incluso al estar desempleados durante mucho tiempo. Ahora tienen la impresión de que les están quitando sus privilegios. Los alemanes están demasiado acostumbrados a que el estado garantice su nivel de vida.", apuntilló Benoit.

Leipziger Montagsdemonstration Lafontaine
Oskar Lafontaine, antiguo presidente del SPD, en la manifestación de Leipzig.Imagen: AP

Mala época para reformas

Pierre Bocef, corresponsal en Berlín de "Le Fígaro", cree que es muy difícil mantener el nivel de vida en Alemania. Sobre todo cuando la economía pasa por una época de crisis y Alemania ya no es el motor de Europa como hace 20 años. "Alemania ya no es el gigante económico del continente. Quizás las condiciones cambien cuando entre de nuevo en fase de crecimiento. Los políticos franceses siguen con mucho interés el proceso en Alemania. Parece que intuyen que les va llegar a ellos. Sobre todo, en Francia se admira el ánimo del canciller", aclaró Bocef. " En mi opinión, serían necesarias reformas más duras", añade el periodista.

Reformas que llegan con retraso

El periodista del periódico sueco Dagbladet, Thomas Lundin, compara el proceso que ahora vive Alemania con las reformas en Suecia de los años 90. Sólo así pudo ser salvado el sistema social en el país escandinavo, y el pueblo tuvo que aguantar los recortes y apoyar a su gobierno. "Suecia tuvo en su momento una hoja de ruta. Ahora, ese plan falta en Alemania. La agenda 2010 contempla medidas similares a las de Suecia. Sin embargo, no se hicieron en los años 90, los buenos años. Ahora, el país se encuentra frente a las reformas que ya realizaron otros países como Holanda, Suecia o Dinamarca, y acabaron con éxito. El problema del gobierno son las manifestaciones. La situación es, políticamente hablando, explosiva. La economía esta en retroceso y Alemania necesita al crecimiento para crear trabajo y reducir el desempleo. Eso es lo que necesita Alemania, crecimiento".