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Refugiados: Berlín rechaza idea austríaca

27 de febrero de 2017

El ministro alemán de Exteriores rechazó la polémica propuesta de su homólogo austríaco de crear centros de refugiados en el Magreb para recluir allí a quienes arriben a la Unión Europea a través del mar Mediterráneo.

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Österreich Sigmar Gabriel trifft Sebastian Kurz
Imagen: Reuters/H-P. Bader

Este lunes (27.2.2017) en Viena volvieron a brillar las diferencias entre Alemania y Austria de cara a la cuestión de los migrantes que buscan asilo en la Unión Europea (UE). El ministro germano de Exteriores, Sigmar Gabriel, adversó la controvertida idea de su homólogo austríaco, Sebastian Kurz, de crear centros de refugiados administrados por la ONU en los países del norte de África –Marruecos, Argelia, Túnez, Libia y Egipto– con miras a recluir allí a las personas que arriben a Europa "ilegalmente” a través del mar Mediterráneo.

Kurz recordó, por un lado, el rechazo que desató en junio de 2016 su propuesta de imitar el "modelo australiano” y retener a los refugiados en islas suficientemente alejadas del continente. Por otra parte celebró que, a sus ojos, "la discusión se vuelve lentamente más honesta” en el bloque comunitario y que la noción de los centros de acogida en suelo magrebí tenga ahora "la posibilidad de ser apoyada mayoritariamente” en la UE. Kurz alegó también que esa es "la única forma de poner fin a las muertes en el Mediterráneo”.

El "modelo australiano”

El funcionario austríaco añadió que la medida en cuestión permitiría imponer un sistema de concesión de asilo al que sólo tendrían acceso quienes presenten una solicitud en un campo de refugiados fuera de la UE. Gabriel se mostró en desacuerdo con la fundación de campos de refugiados en países inestables, especialmente en Libia y Túnez. "Aconsejo no plantear algo ilusorio, podría llevar a una decepción”, dijo el ministro alemán, acotando que "el pacto con Turquía no puede copiarse y aplicarse sin más”.

Gabriel alude el convenio firmado por Bruselas y Ankara para que el Estado turco frene el flujo migratorio hacia la UE, recibiendo a los refugiados que lleguen desde su territorio hasta las islas griegas. Pero ese acuerdo está lejos de ser ideal para todas las partes implicadas; el pacto no ha dejado de ser criticado por razones éticas y humanitarias desde que entró en vigor. Este mismo domingo (26.2.2017), los medios turcos comentaban que Ankara había erigido ya dos tercios de un muro que separará sólidamente a Turquía de Siria.

El pacto con Turquía

Se trata de una estructura móvil de tres metros de alto, forrada en alambre de púas y dotada con torres de vigilancia. El muro se extiende a lo largo de Hatay, Kilis, Sanliurfa, Mardin, Sirnak y Gaziantep, en el sur y el sureste de Turquía, y es susceptible de ser desarmado y rearmado de nuevo en otros lugares. La obra medirá 511 kilómetros; 290 kilómetros ya han sido levantados. Oficialmente, el proyecto busca evitar el contrabando

y los cruces ilegales de la frontera, pero activistas de derechos humanos alegan que obstruye la huida de refugiados sirios.

La cuestión es sumamente compleja porque, por otro lado, la UE ha acusado reiteradamente al Gobierno turco de ser demasiado laxo en sus controles fronterizos y, en consecuencia, de permitir el paso de terroristas desde Turquía hacia Siria para unirse a grupos como el Estado Islámico (EI). El ministro de Exteriores de Alemania no hizo referencia a este punto en Viena este 27 de febrero. En cambio, Gabriel argumentó que la diferencia entre Libia o Túnez y Turquía es que "en Turquía hay un Estado, más allá de que nos guste o no cómo actúa”.

Además, el socialdemócrata alemán señaló que diplomáticos en Libia le habían informado sobre la situación en la que se encuentran muchos refugiados en el país, "semejante a la de los campos de concentración” nazis. Gabriel considera que en Túnez, "el único país” encaminado hacia la consolidación de una democracia tras las revoluciones de la llamada "Primavera Árabe”, la creación de centros de acogida para refugiados podría transformarse en un factor desestabilizador. Las circunstancias son aún menos auspiciosas en Libia. Hace apenas dos días, los embajadores de Alemania, España, Estados Unidos, Francia, Italia y Gran Bretaña pidieron que cesara la violencia en ese país magrebí para propiciar un proceso de reconciliación política y social.

ERC ( EFE / dpa )