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¿Refugio de nazis en Argentina?

Peter Hille (JAG /JOV)23 de marzo de 2015

Cruces gamadas en la pared, marcos del Reich por el suelo y objetos de porcelana alemana en Argentina. ¿Un caso para Indiana Jones o una leyenda falsa?

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Imagen: YouTube/WebTV40

“Ruta hacia la casa de Bormann”, dice un letrero entre la maleza. Pero, ¿no había muerto el confidente de Hitler en Berlín? Nadie sabe quién puso ese cartel, aclaraba el diario Clarin, de Buenos Aires. Pero desde hace décadas, en el parque natural de Teyú Cuareal, al noreste de Argentina, corre un rumor de que el gran nazi vivió en esta casa de piedra, ahora semiderruida.

La verdad es difícil de comprobar, debido a la contaminación por leyendas sobre el posible escondite de los nazis en la selva argentina. Los reporteros de Clarín siguieron la ruta de Bormann, acompañados por el arqueólogo Daniel Schávelzon. En tres casas en ruinas de la zona, lograron identificar objetos como monedas alemanas de entre 1938 y 1941 y porcelana de Meissen, fabricada en Alemania. En un video publicado por Clarín, también se puede ver una Cruz gamada en la pared, que aparentemente data de épocas posteriores. Quizás realizada por senderistas neonazis siguiendo la ruta Bormann.

El plan secreto de los nazis

¿Cinco monedas alemanas antiguas y un trozo de porcelana para determinar un escondite nazi? Daniel Stahl, historiador de la Universidad de Jena, cree que esa afirmación es un poco aventurada: “Hubo muchos alemanes en Argentina, también durante la II Guerra Mundial”. Había intercambio comercial y no es raro encontrar objetos y monedas alemanas de esa época en Argentina. “Pueden seguir inventando, pero no creo que se pueda deducir que había un escondite nazi”, aclara el experto.

Screenshot YouTube Nazi-Höhle
Pruebas insuficientes para expertos alemanes.Imagen: YouTube

Sin embargo, Schávelzon defiende una teoría diferente. Los refugios para la huida formaban parte de un plan secreto del Nacionalsocialismo por si el “Imperio de los Mil Años” caía antes de tiempo. Generalmente en sitios inaccesibles, en desiertos, montañas o en medio de la selva. En el caso de Argentina, los nazis huidos se dieron cuenta rápidamente que no necesitaban esconderse y podían vivir normalmente. Por eso, la casa de la selva no llegó a utilizarse como escondite.

Protección en el sur

“Esas teorías no son científicas, sino que proceden de fuentes dudosas”, puntualiza el historiador Stahl. En realidad, miles de criminales nazis huyeron de Europa evitando procesos y condenas. Algunos religiosos católicos les asistieron en la huida, que muchas veces terminó en Argentina. Allí encontraron refugio bajo el Gobierno de Juan Perón. “Sin embargo, eso no se puede confundir con que la alta jerarquía nazi hubiese organizado la huida a Argentina, incluso antes del fin de la guerra”, continúa Stahl. Dichos rumores fueron extendidos por los opositores a Perón y aun se mantienen hoy en día.

Solo cuando acabó la guerra, los dirigentes de segunda y tercera fila del régimen nazi se plantearon la huida a Latinoamérica, dice Stahl. Por ejemplo, Josef Mengele y Erich Priebke vivieron tranquilamente en Argentina. El Mossad israelí también descubrió y secuestró allí a Adolf Eichman, organizador del Holocausto, sin que las autoridades argentinas lo supieran. Otros rumores dicen que el mismo Hitler habría sobrevivido y huido a Argentina, al igual que su secretario privado Martin Bormann, el único acusado no presente en los juicios de Núremberg.

También el Daily Express dijo en 1972 que había descubierto a Bormann en Argentina. Una noticia falsa. Puesto que el mismo año, dos trabajadores de la estación de Berlín descubrieron dos esqueletos y, según sus huellas dentales, uno de ellos era Bormann. Científicos de la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich así lo confirmaron. Por lo tanto, desde ser un asesino en la república de Weimar hasta convertirse en uno de los responsables del genocidio judío, la ruta de Bormann terminó en 1945 bajo las ruinas de Berlín y no en la selva argentina.