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Registran menos hostilidades en Ucrania

25 de febrero de 2015

Tanto los separatistas como las autoridades ucranianas constataron una disminución de las violaciones de la tregua acordada en Minsk. El presidente ruso, Vladimir Putin, cargó verbalmente contra el Gobierno ucraniano.

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Imagen: Reuters/V. Ogirenko

Las hostilidades entre las fuerzas ucranianas y los rebeldes prorrusos se vieron reducidas al mínimo en el este de Ucrania, mientras Kiev y Moscú abrían un nuevo capítulo en su guerra del gas.

Tanto los separatistas como las autoridades ucranianas constataron este miércoles una significativa disminución de las violaciones del alto el fuego -que entró en vigor el pasado día 15- durante la pasada madrugada y toda la jornada de ayer.

Pero en otro frente, el presidente ruso, Vladímir Putin, echó leña al fuego al cargar contra el Gobierno ucraniano por su decisión de cortar el pasado día 19 el suministro de gas a los territorios controlados por los rebeldes, que lo están recibiendo ahora directamente de la empresa rusa Gazprom.

Olor a "genocidio"

"Por si no bastara con que allí (en las regiones de Donetsk y Lugansk) se pasa hambre, y con que la OSCE haya constatado que hay una catástrofe humanitaria, les cortan el gas. Eso ya huele a genocidio", dijo Putin en conferencia de prensa tras reunirse con su homólogo de Chipre, Nikos Anastasiadis.

El jefe del Kremlin recordó que los acuerdos de paz de Minsk, firmados el pasado 12 de febrero, obligan a las autoridades ucranianas a garantizar el suministro de energía a los territorios controlados por los separatistas.

Kiev también hizo hoy alusión a esos acuerdos -negociados en una reunión de 16 horas entre los presidentes de Rusia, Ucrania, Francia y Alemania- al reiterar que no cumplirá con el segundo punto del documento, que obliga a los dos bandos a retirar el armamento pesado del frente, hasta que el alto el fuego sea total.

"Habrá repliegue del armamento pesado sólo después del cese total del fuego", subrayó el ministro de Defensa ucraniano, Stepán Poltorak.

Poco después, el portavoz del mando militar ucraniano, Andréi Lisenko, denunció nuevos ataques prorrusos con artillería contra las posiciones ucranianas en la localidad de Shirókino, a 21 kilómetros de Mariúpol, estratégico puerto industrial en manos de las fuerzas gubernamentales.

Aunque los rebeldes informaron del repliegue de hasta 200 piezas de artillería durante la jornada de hoy, tras el centenar que retiraron supuestamente ayer, la OSCE exigió a los dos bandos información necesaria para demostrar el cumplimiento de ese punto de los acuerdos de Minsk.

"Eso incluye información acerca de qué armamento tienen, dónde se encuentra ahora, qué rutas usarán para su retirada y dónde se emplazará una vez sea replegado", dijo el jefe de la misión especial de la OSCE para Ucrania, Ertogrül Apakan.

Críticas de Rusia

El veterano diplomático turco subrayó que hay una gran diferencia entre la labor de observar movimientos de artillería y constatar realmente su repliegue.

La Cancillería rusa no tardó en criticar la postura adoptada por el organismo internacional y exigió en un comunicado que "la misión de la OSCE asuma sin dilación las funciones de observación y verificación de la retirada del armamento pesado" a las que se comprometió como garante de los acuerdos de Minsk.

Por otro lado, el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Pabló Klimkin, abogó por ampliar la misión de la OSCE en el este del país mientras se resuelve el envío a la zona del conflicto de una misión de paz de la ONU, que Moscú no quiere.

"En nuestro caso, el asunto se complica por el derecho de veto que tiene Rusia en el Consejo de Seguridad al ser su miembro permanente. Por eso necesitamos otro mecanismo que permita controlar la situación en el Donbás (las regiones de Donetsk y Lugansk) y ayudar a rebajar la tensión", dijo Klimkin a periodistas.

Mientras, la Comisión Europea (CE) reiteró su preocupación por la disputa sobre el gas que mantienen Kiev y Moscú y exigió a las partes que cumplan con el "paquete de invierno", el acuerdo alcanzado en octubre pasado que permitió restablecer el tránsito de gas ruso a Ucrania hasta finales de marzo.

Putin confirmó que "Gazprom" cerrará en tres días el grifo del gas a Ucrania si Kiev no abona por adelantado su consumo previsto para el mes de marzo.

"Lo que ya ha abonado la parte ucraniana da para tres o cuatro días de suministro. Si no hay prepago, Gazprom cortará el suministro en virtud del contrato", advirtió Putin, que reconoció que la medida "puede crear cierta amenaza para el tránsito (del gas) a Europa".

EL(efe, afp, reuters)