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Fútbol y traumatismos craneoencefálicos

Michael Da Silva
7 de mayo de 2018

El fùtbol profesional tiene sus riesgos, por ejemplo, los traumatismos cerebrales. Los expertos critican que no se toman medidas adecuadas. Algunos jugadores deben incluso abandonar su carrera deportiva.

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Füssballer der Hull City Ryan Mason verletzt (Schädelbruch)
Imagen: picture alliance/C. Wilson/Offside

"Me acuerdo de todo", dice Ryan Mason, exjugador profesional británico. "Del saque de esquina, del lanzamiento en el área de penalti y del choque que sucedió de repente” con otro jugador. El 22 de enero de 2017 fue el último partido de su carrera futbolística. Su última jugada fue rutinaria: despejó un balón de cabeza. La jugada le provocó una fractura craneal. Intentó varias veces volver al campo de juego, pero sus médicos le aconsejaron abandonar por completo el pasado febrero.

Muchos traumatismos

Los traumatismos craneales se consideraron durante mucho tiempo como parte del "duro y brutal fútbol”. Cuando el jugador de la selección alemana Christoph Kramer sufrió una conmoción cerebral en la final del Mundial de Fútbol en 2014, el médico del equipo pensó que se trataba de una broma cuando el jugador le preguntó en pleno campo de juego: "¿Estamos jugando la final del mundial?”. "Tengo que saberlo”, insistió el jugador.

Este tipo de traumatismos son comunes en la Bundesliga y en otras grandes ligas de fútbol. Sin embargo, los métodos y la actitud a la hora de tratar esos traumatismos dejan mucho que desear. En otros deportes, como el rugbi o el fútbol americano, la situación es muy diferente. En la temporada 2017 de la Liga Nacional de Fútbol estadounidense, la NFL, se registraron 281 conmociones cerebrales. En la de 2016, 38.

Las conmociones cerebrales pueden desembocar en una encefalopatía traumática crónica (CTE). Se trata de una enfermedad degenerativa del cerebro, que se origina cuando se sufren varias conmociones cerebrales. En 2005, investigadores publicaron el primer caso de CTE en un jugador de la NFL. El principal científico de este estudio, el patólogo forense Bennet Omalu, fue representado por el actor Will Smith en la película ”La verdad oculta”, donde precisamente se tematizan las consecuencias de las conmociones cerebrales. Los resultados de dichos estudios arrojan estadísticas espeluznantes: la CTE podría afectar a muchos jugadores de las ligas nacionales de fútbol.

Ryan Mason, del Hull City, herido en el suelo.
Ryan Mason, del Hull City, herido en el suelo.Imagen: picture alliance/AP Photo/F. Augstein

¿Quién debe ser tratado primero en el terreno de juego?

Los traumatismos craneales no suceden con frecuencia en los partidos de fútbol profesionales, pero el riesgo de sufrir un traumatismo grave es mayor porque los jugadores no usan protección en la cabeza. Tras el grave traumatismo que casi le cuesta la muerte al guardameta Petr Cech del Arsenal, en 2006, se esperaba que se normalizara el uso de protección, por lo menos, para los porteros.

Ryan Mason dice que el tratamiento recibido justo después del accidente en el campo de fútbol no fue suficiente. "Fue increíble, me trataron con el objetivo de que estuviese de nuevo en forma para volver a jugar, incluso cuando ya había abandonado el terreno de juego”, asegura el exjugador. Esto es precisamente lo que debe cambiar. Las normas indican que, en caso de traumatismo cerebral de dos jugadores tumbados en el suelo, el jugador del equipo de casa debe ser tratado en primer lugar. "Yo tenía un traumatismo más grave que Gary Cahill y tuve que esperar más tiempo para ser tratado adecuadamente”, critica Mason.

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¿Cuál es la solución?

Al fútbol le queda mucho que aprender a la hora de mostrar más sensibilidad hacia los traumatismos craneales y cómo actuar adecuadamente. El Dr. Tim Niedergassel, médico del equipo Arminia Bielefeld, asegura que el procedimiento actual para tratar los traumatismos craneales no son suficientes para proteger a los jugadores.

"Lo que tendría que pasar cuando se produce un traumatismo craneal y lo que realmente sucede, son dos cosas totalmente diferentes", cree Niedergassel. "En teoría, el médico del equipo debería pisar el campo tan pronto como sea posible para realizar un examen neurológico. Este es el control mínimo y obligatorio, lo que es realmente necesario. Aquí radica la diferencia entre los traumatismos cerebrales y el resto de los traumatismos”, opina el médico.

"Una cosa muy seria"

Niedergassel exige que los jugadores no puedan jugar 24 horas después del golpe en la cabeza. "En la final de 2014, Kramer no debería haber seguido jugando. Tenía un traumatismo cerebral y eso es una cosa muy seria”. No tenía orientación  y se podía dar el caso de que sufriera una traumatismo cerebral crónico”, añade el experto.

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"La falta de conocimientos sobre los peligros de los traumatismos cerebrales supone un grave problema, sobre en todo en el fútbol. Se aplaude a los jugadores cuando se recuperan pronto y siguen jugando, pero es una señal falsa y posiblemente peligrosa. Le haría bien al fútbol repensar su actitud hacia los traumatismos cerebrales para que se puedan producir cambios al respecto”, opina Niedergassel.

Mason ha dejado de ser jugador profesional. Ahora es analista de fútbol en su país. La cuestión es si su caso servirá para cambiar la actitud en el fútbol con respecto a los traumatismos cerebrales.

Michael Da Silva (RMR/MS)

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