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Reviven controles fronterizos dentro de Europa por G8

Enrique López Magallón26 de mayo de 2007

Los controles fronterizos que fueron levantados en 1995 con la aplicación del Acuerdo de Schengen volverán a ser aplicados en cualquier momento, anunció la policía alemana. El motivo: la cumbre del G8 en Heiligendamm.

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Escenas que muy pronto se repetirán.Imagen: dpa

Aún sin haber comenzado, la Cumbre del Grupo de los Ocho que se celebrará en Heiligendamm ha desatado una intensa discusión sobre las libertades de manifestación. Se debate si la democracia puede admitir límites como el muro que resguarda el recinto donde los mandatarios se reunirán del 6 al 8 de junio.

Seguridad vs. libertad

DW WORLD ha dado cuenta de medidas como los registros domiciliarios, y del controvertido reciclaje de métodos anteriormente utilizados por la policía secreta de la República Democrática Alemana en un supuesto afán por preservar la seguridad de la cumbre. Ahora, la discusión se traslada también al terreno jurídico.

El Tribunal de lo Contencioso Administrativo de Schwerin, en cuya jurisdicción recae la localidad de Heiligendamm, levantó la prohibición que las autoridades habían decretado para las manifestaciones que programan grupos opuestos a la globalización. También consideró que la construcción de una valla de 13 kilómetros de largo para contener a los manifestantes es en algunos aspectos contraria a derecho.

Pero los jueces no abrieron por completo las puertas a las manifestaciones. La prohibición se mantendrá, según el fallo, en el área delimitada por la valla así como 200 metros antes de ésta. Esto no ha dejado satisfechos ni a manifestantes ni a la policía.

"Soportar la protesta"

Los primeros han cambiado su discurso contra la globalización por uno cuya consigna es "soportar la protesta". Mantienen además su pretensión de manifestarse en las puertas mismas del hotel donde se reunirán mandatarios e invitados. Por ello interpondrán recursos de apelación al fallo del tribunal de Schwerin.

En esto forman una inopinada alianza con sus adversarios naturales: la policía. Representantes de la unidad especial Kavala, encargada de preservar la seguridad durante la cumbre, también impugnarán en tribunales. Pero sus razones son muy distintas: consideran que con el fallo no se dan las condiciones necesarias para cumplir con su labor.

Palabras y hechos

Entre tanto, la clase política alemana también ha cambiado de discurso. En las últimas horas, diversos representantes del gobierno alemán y de los partidos políticos se han pronunciado sobre el tema. La canciller Angela Merkel dijo congratularse por el hecho de que existan movimientos a favor de una globalización más justa y humana. Agregó que, al mismo tiempo, es necesario garantizar que no habrá actos de violencia durante dichas movilizaciones.

El ministro del Interior, Wolfgang Schäuble, aseveró que el gobierno federal ve con buenos ojos, "en lo esencial", el hecho de que se lleven a cabo manifestaciones pacíficas. También consideró que no se debe emitir juicios generalizados ni presentar a los manifestantes como criminales.

Pero mientras las palabras tienden a la conciliación, los actos se mantienen en una línea mucho más dura. Este sábado, el ministerio alemán del Interior confirmó que se reforzarán los controles fronterizos durante los días que dure la cumbre. Esto afectará el tránsito terrestre, aéreo y marítimo, incluso desde el llamado "espacio de Schengen", donde este tipo de controles no se practica desde marzo de 1995.

Voceros de la policía federal alemana afirmaron que los controles podrían comenzar a aplicarse en cualquier momento. Así que hoy por hoy, la cumbre del G-8 no gira en torno de modelos económicos ni ideologías, sino de otro tema esencial: las libertades y el derecho de ejercerlas.