Ricardo Lagos: "Ya pasó la etapa de una misma receta para todos"
8 de marzo de 2007El presidente estadounidense, George W. Bush, inicia una gira por varios países de América Latina, donde seguramente habrá protestas en su contra. De acuerdo con la revista Times, en Latinoamérica Bush tiene la peor fama de todos los gobernantes del mundo. ¿En qué medida es él mismo responsable de su negativa imagen?
Esto tiene que ver probablemente con elementos propios de la región pero, en este caso, creo que en ello incide más la percepción que hay de la política exterior que ha seguido el presidente Bush, particularmente en relación con el tema del Medio Oriente y en el conflicto de Irak y Afganistán, específicamente. El presidente Bush tuvo un alto apoyo internacional inmediatamente después del atentado terrorista del 11 de septiembre a las torres gemelas en Nueva York y el ataque al Pentágono en Washington. Sin embargo, esta comprensión para con el pueblo estadounidense por la situación difícil que estaba pasando, se dilapidó después por la forma en que se enfrentó la amenaza terrorista, por haber actuado al margen del sistema de Naciones Unidas en el caso de Irak. Como alguien me dijera: "tal vez van a ganar la guerra, pero van a perder la paz". Y creo que, a cuatro años de aquello, esa operación en Irak le está pasando la cuenta. Creo, por lo demás, que eso no es exclusivo de América Latina. Ocurre también en otras partes del Mundo.
La Administración Bush también descuidó un tanto a la región. Esta es apenas la segunda visita de Bush a Latinoamérica...
Como presidente, me tocó entrevistarme con el presidente Bush antes de los atentados y mi impresión es que él tenía en mente dedicarse bastante a esta región. Pero la verdad es que después del 11 de septiembre del 2001 toda la agenda internacional fue capturada por aquello y, a partir de ese momento, yo diría que América Latina dejó de estar en los radares de la Casa Blanca. También es cierto que el presidente buscó, como una forma de acercamiento, un acuerdo de libre comercio de las Américas. Sin embargo, creo que el error estuvo en no comprender que un acuerdo que no dé cuenta de las diferencias entre los países es casi imposible. Un acuerdo de libre comercio con un país como Brasil, con un mercado tan grande, es absolutamente distinto de un acuerdo con alguno de los pequeños países del Caribe, que suman en total 15 millones de personas... Por lo tanto creo que este viaje, que algunos dicen que tiene lugar muy tarde, es el resultado de una agenda internacional copada por el tema del terrorismo y en donde no hubo una comprensión adecuada, particularmente de los fenómenos comerciales con América Latina.
Poco antes de su viaje, Bush anunció un millonario programa de ayuda social para América Latina. ¿Es expresión de mala conciencia o intenta Bush competir con los programas sociales de Hugo Chávez?
No... Pongámoslo en términos positivos: yo creo que siempre es bueno que haya programas de ayuda. Pero también pongámoslo en términos cuantitativos. Es algo, para lo que es hoy América Latina, bastante modesto. Pero aquí también yo haría una distinción. Hay países que hoy no califican para ningún tipo de ayuda porque son países de ingreso medio. Para países como Argentina, como Chile, como Brasil, es mucho más importante qué es lo que va a pasar con las negociaciones comerciales. ¿Va a tener éxito la ronda de Doha? Lo que estamos pidiendo son cosas muy elementales. Queremos competir en condiciones de igualdad...
Hugo Chávez, uno de los mayores detractores de Bush, llama una vez más la atención con sus declaraciones. ¿Debe preocuparse el presidente estadounidense por el discurso anti-estadounidense de Chávez?
Pongamos las cosas en perspectiva: el presidente Chávez tiene una situación distinta de la mayoría de los presidentes de América Latina. En el resto de los países de América Latina, Ud. primero tiene que invertir, tiene que crear riquezas. Después Ud. define las políticas, para que lleguen a los más necesitados. El presidente Chávez tiene la suerte de que la riqueza ya está creada, por así decirlo, y el tema es más bien distribuir. No quiero simplificar el asunto. Pero hay que entenderlo así. Es cierto que parte de su política exterior tiene que ver con las facilidades petroleras que da a un conjunto de países. En el Caribe y en Centroamérica, el presidente Chávez es muy importante es ese sentido. Y en ese contexto, claro está, en la comparación de lo que hace Venezuela y lo que hace Estados Unidos, éste último no sale muy bien parado. Pero también hay que entender que hay otros actores que están presentes en la región. China está jugando un papel cada vez más importante, también en América latina.
Algunos observadores dicen que, con este viaje, Bush quiere aislar a Chávez...
Eso no tiene sentido. En el mundo de hoy, en un mundo global, es tan difícil aislar... El presidente Chávez obtiene el 80% de sus recursos vendiendo petróleo a Estados Unidos. Entonces, de qué hablamos. Esas cosas tan elementales se olvidan a veces. Entonces, hay políticas distintas porque hay realidades distintas en la región.
¿Representa Chávez un peligro para la región, por su tono radicalizado?
Ese radicalismo a lo mejor Chávez lo puede aplicar en Venezuela, pero afuera no tiene sentido. ¿Tiene sentido ese discurso radical acá en Chile? Pienso que no. Nosotros hemos hecho las cosas de otra manera. Y cada país tiene sus propias realidades. Es decir, creo que ya pasó la etapa de una misma receta para resolver los problemas de todos. Eso no es así. Chile tiene una economía abierta, entonces miramos los acuerdos comerciales de una manera distinta que los países que tienen economías todavía muy cerradas... Creo que el tema de Chávez se sobredimensiona. ...
¿La visión de una América Latina integrada es entonces utópica?
Creo que hay un cierto avance en materia de integración. No vamos a decir que esto es como la Europa integrada, ni mucho menos. Pero creo que la forma de avanzar más rápidamente es comprender los roles de cada uno. Ustedes, en Europa, tuvieron una Alemania que actuó como motor central durante mucho tiempo, conjuntamente con Francia, y fueron capaces de avanzar en un período mucho más acelerado que otros países, como Inglaterra. Pero tampoco ustedes sostienen dicen que una misma talla, que una misma política, le hace a todos. También tienen países de menos desarrollo y hacen transferencias de recursos, etc. Eso sí creo que falta en la región: falta entender que hay políticas distintas, porque hay realidades distintas. Mirar a la región como un todo es un profundo error.
La primera etapa de la gira de Bush es Brasil, donde abordará el tema de una alianza en el sector energético. ¿Es una señal dirigida a Venezuela, en el sentido de querer liberarse un poco de la dependencia del petróleo, o es algo más?
Se trata de aprovechar la experiencia de Brasil. En el ámbito de los biocombustibles, Brasil es un país que va a la cabeza desde muchos años. Los está usando desde hace 20 o 30 años. Ahora bien, eso requiere grandes extensiones de tierra, entonces no es adecuado para todos los países. Pero es un elemento muy importante, hablamos de combustibles limpios, que se regeneran, o sea, de una forma de independizarse de los fósiles. Pero creo que tiene que ver más con una agenda de futuro que con la intención de mandarle mensajes al presidente Chávez. Eso sería hilar muy delgado. Otra cosa es que sí hay un tema pendiente, que tiene que ver con cómo avanzamos para lograr una integración energética real en la región. Y eso me parece algo mucho más operativo, más concreto.