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Rosa Payá:“La UE debe suspender el Acuerdo de 2016 con Cuba”

13 de octubre de 2021

La activista cubana Rosa Payá está en Bruselas pidiendo sanciones al Gobierno cubano y la suspensión del acuerdo de Diálogo y Cooperación. DW conversó con la hija del famoso disidente y premio Sájarov, Oswaldo Payá.

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La Habana, 11 de julio de 2021: protestas callejerasImagen: Ismael Francisco/AP/picture alliance

"Ante el anuncio de manifestaciones masivas que tendrán lugar en noviembre,  el régimen cubano vuelve a amenazar con más armas y con más violencia”, dijo a DW en Bruselas Rosa Payá, líder de la iniciativa ciudadana Cuba Decide. Integrante de la Red Sájarov por su padre, Oswaldo Payá, que recibió el galardón en 2002, la visita de Rosa Payá a las instituciones europeas coincide con el anuncio de que el Gobierno de La Habana va a prohibir la marcha cívica programada para el 15 de noviembre.

"Estar aquí en este momento es muy importante”, recalca Payá. En septiembre de 2021, el Parlamento Europeo aprobó una resolución "demandando de la Unión Europea acciones reales que van en beneficio de la demanda del pueblo cubano en las calles: libertad y fin de la dictadura”, recuerda. 

Resolución de septiembre

Haciéndose eco de la ola de protestas que sacudió a Cuba en julio que llevó a todo el mundo imágenes de represión en las calles y que tiene aún a manifestantes detenidos, en la Eurocámara se promovió una resolución condenatoria, en cuyo debate se recalcó mayoritariamente que protestar pacíficamente es un derecho fundamental.

Rosa María Payá, activista cubana,  en la sala de prensa del Parlamento Europeo, junto con representantes de los grupos políticos que favorecen sanciones a Cuba
Rosa María Payá, activista cubana, en la sala de prensa del Parlamento Europeo, junto con representantes de los grupos políticos que favorecen sanciones a Cuba.Imagen: Alejandro Cajas

En el texto aprobado, se pide la suspensión del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación que une al club europeo con la isla desde el 2016. Cabe recordar que, tras 20 años de ningún tipo de tratado con Cuba, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE acordaron en 2016 querer "acompañar a Cuba en su proceso de cambio y modernización”. En los cinco años transcurridos, la cooperación europea se ha enfocado en seguridad alimentaria, cambio climático, modernización de instituciones, movilidad estudiantil y académica.

Pero la crisis en el sistema cubano, el endurecimiento de las medidas coercitivas de Washington, la pandemia, la falta de reformas y las falencias en el respeto a derechos fundamentales llevaron al mayor estallido social que se registra desde la década de los 1990. En esta situación, si bien hay consenso en la condena a la respuesta violenta del régimen, la Eurocámara se divide en cuanto a lo que cabe hacer desde Bruselas.

Acuerdo sí, acuerdo no

"Nosotros reiteramos que la UE debe suspender ese acuerdo que hasta ahora solamente ha brindado beneficios al régimen. En este momento, mantener el financiamiento a las instituciones del régimen significa financiar la represión contra el pueblo cubano”, afirma Payá. La posición de la activista cubana es compartida y apoyada por la derecha y la ultraderecha europea, también por el bloque liberal.

Desde la socialdemocracia hacia la izquierda -que votó en contra y se abstuvo cuando la resolución de septiembre-, se prefiere no quemar los puentes hacia Cuba. Las razones son variopintas: desde lo poco eficaz que fue el aislamiento en el que se mantuvo a Cuba durante 20 años, las ventajas de mantener un canal abierto -también porque hay muchos intereses económicos europeos en la isla-, los beneficios de la cooperación europea para la población cubana, hasta la vieja solidaridad con Cuba por la situación de bloqueo que sufre desde hace décadas y a la que se oponen 184 países en el marco de la ONU. Según Tilly Metz, la presidenta de la delegación para las relaciones con la isla, el acuerdo es importante para conservar un enfoque constructivo pero crítico y suspenderlo tendría un efecto negativo en la sociedad civil.

La defensa europea de los derechos humanos 

Por otro lado, otro motivo para no abogar por la suspensión de este acuerdo: ¿por qué suspender el acuerdo con Cuba y no cuestionar otros acuerdos con otros países latinoamericanos que han reprimido tanto o más las legítimas manifestaciones?  "La UE tiene valores democráticos y reglas muy claras. Las razones por las que han decidido no implementarlas las tendrán que juzgar los europeos y los pueblos de Europa que depositan su confianza en esta unión”, responde Payá.

"Lo que estamos pidiendo no es solo procesalmente lo que hay que hacer, es también lo moralmente correcto. No nos equivoquemos en esto: no depende de una posición política en el espectro ideológico”, agrega. Efectivamente, la UE defiende los valores democráticos y los derechos humanos, recuerdan varios eurodiputados. No obstante, en las condenas a sus violaciones las reacciones no son siempre coherentes. Con todo, incluir a un país en la lista de sanciones personalizadas -como en el caso de Nicaragua o Venezuela- no es una competencia de la Eurocámara, sino de los jefes de Estado y de Gobierno reunidos en el Consejo Europeo.

Como fuere, "en la resolución, el Parlamento Europeo ha demandado al Alto Representante para la Política Exterior Europea, Josep Borrell, que abogue por activar el mecanismo de sanciones contra los que han ordenado disparar a los que protestan pacíficamente en Cuba, contra los que han llevado al país a esta crisis humanitaria que ha costado la vida de tantos y tantos cubanos”, afirma Payá.

Valiosas instancias de diálogo

En cualquier caso, según fuentes comunitarias, desde Bruselas y desde la delegación de la UE en la isla se monitorea la situación y se mantiene el diálogo crítico con los representantes cubanos. En julio, desde el Parlamento Europeo, se solicitó la visita de una delegación a la isla, que se realizará cuando la pandemia lo permita. Según Metz, es gracias al acuerdo que un intercambio de ese tipo es posible. Para Payá, el argumento no es convincente:

"El análisis que hay que hacer es que, después de cinco años teniendo diálogos con La Habana, la represión en mi país está peor. Es un dato de la realidad, no una opinión. Entonces, según el mismo acuerdo, se requiere una reunión urgente con las autoridades del régimen. Esa reunión es para poner condiciones elementales de respeto a los derechos humanos. Si el régimen cubano no está dispuesto a acatarlas, ¿para qué seguir hablando?”

Federica Mogherini, Alta Representante de la Política Exterior de la UE, y Bruno Rodríguez, ministro cubano de Exteriores, en la firma del Acuerdo de Diálogo y Cooperación, Bruselas, diciembre 2016
Federica Mogherini, Alta Representante de la Política Exterior de la UE en 2016, y Bruno Rodríguez, ministro cubano de Exteriores, en la firma del Acuerdo de Diálogo y Cooperación en Bruselas. Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Lenoir

Por último, si bien en la resolución de septiembre no se recogió esta petición, buena parte de la Eurocámara aboga, como la misma alta diplomacia europea, por trabajar para finalizar el bloqueo a la isla de Cuba, algo que también afecta intereses comunitarios. ¿Cómo ve esto la hija del famoso disidente Oswaldo Payá, fundador del Movimiento Cristiano Liberación? "Mi posición es la del pueblo de Cuba: el 11 de julio estaba en la calle diciendo abajo la dictadura, no abajo el bloqueo”, responde.

(ms)