Royal: una mujer “incontrolable” contra dos barones socialistas
15 de noviembre de 2006El diario romano La Repubblica dice: “Renovación contra tradición. Una emergente contra dos barones del socialismo francés. Una mujer incontrolable contra dos hombres previsibles. Ségolène Royal, una de los tres candidatos entre los que se debe decidir la candidatura única de los socialistas a las elecciones presidenciales que tendrán lugar en la próxima primavera.
En las encuestas se le celebra, mientras dentro del partido, al mismo tiempo, se le adora y se le odia. En una contienda con final incierto Royal se enfrenta a Laurent Fabius y Dominique Strauss-Kahnan.
Esta dama socialista es la única considerada capaz de derrotar a Nicolas Sarkozy. Su compañero sentimental, el director del partido François Hollande, ya fue obligado a desistir de sus ambiciones para abrirle paso al huracán Ségolène. Al ‘pueblo izquierdista’ sólo le interesa una cosa: reconquistar el Palacio de Los Elíseos. Y la mejor arma es Royal. Bajo una condición: que gane la elección en su propio partido“.
“Los tolerados” necesitan al Estado y viceversa
El diario Süddeutsche Zeitung, de Múnich, sobre el debate de si dar residencia a los asilados “tolerados” en Alemania: “La ley alemana que vale para 200 mil extranjeros que desde hace años son “tolerados” en Alemania es un mero desastre – es un derecho que provoca infelicidad.
Un derecho que hace desesperar a los afectados. Sería un hecho de gran soberanía estatal el que, al fin, se le diera a los ‘extranjeros tolerados’ una perspectiva. La justicia no está hecha para crear sino para solucionar problemas – lo mejor posible. Las reformas acordadas dentro de la coalición de Gobierno son aún tímidos intentos de entender el problema.”
El paraíso no está Alemania
El periódico General Anzeiger, de Bonn, considera que: “el acuerdo sobre los asilados “tolerados” en Alemania crea altas barreras que deberían impedir el abuso de las arcas oficiales de ayuda social. Se les pide que demuestren que tienen trabajo para poder recibir la residencia, pero el precario mercado laboral es para los mismos alemanes un gran problema.
El edén no está en Alemania. El acuerdo del Gobierno alemán no tiene que ver con una sociedad multicultural sino con la ‘pragmatización’ del debate sobre migración en Alemania. La integración de extranjeros puede ser favorable; basta con considerar el dramático desarrollo demográfico en Alemania que obliga a aumentar el número de personas que paguen impuestos y seguros sociales.”