Ruedan cabezas
30 de septiembre de 2002Después de haber criticado durante su campaña electoral la amenaza de Estados Unidos de atacar Irak, y de una comparación de Bush con Hitler, hecha por su ministra de Justicia, Schröder dió un primer paso para resanar las deterioradas relaciones bilaterales entre Berlín y Washington, al anunciar la dimisión de Herta Däubler Gmelin, al frente del ministerio de Justicia. En una carta dirigida al canciller, la propia ministra dijo ‘que no estará disponible para un cargo en el nuevo Gabinete’.
La ministra, considerada uno de los miembros más competentes del equipo de Schröder, logró llevar a cabo una serie de reformas en el sistema jurídico alemán y se daba por contado que continuaría en el futuro gabinete de producirse un triunfo ‘rojiverde’. Pero su buena estrella cayó de golpe al estallar un escándalo trasatlántico por unas supuestas declaraciones suyas.
Durante una reunión con sindicalistas en la ciudad de Tubingia, de donde es originaria, dijo que "Bush utiliza la guerra para distraer la atención de los problemas internos, como lo había hecho Hitler". Al anunciar su dimisión, Schröder dijo: "esto demuestra que en Alemania hay personas que saben sacar consecuencias políticas de lo que hacen y esto merece respeto".
Schröder reiteró que las distintas posiciones, entre Estados Unidos y Alemania, en torno a la política de Irak continuarán, pero que habría que superar las irritaciones provocadas durante la campaña electoral a través de un diálogo directo. "Las distintas posiciones tienen que ventilarse de manera abierta y justa entre ambas partes", dijo. Una carta enviada a Washington en días pasados en donde Schröder se disculpa con Bush por lo ocurrido, fue recibida con frialdad en Washington. El lunes, el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, dijo que en la carta "no se leyó como una disculpa, sino más bien una aclaración". Bush por su parte no comentó los resultados de las elecciones alemanas.
Un experto en la provocación
La campaña electoral estuvo llena de sensaciones y escándalos de mayor y menor tamaño. Jürgen Moellemann, vicepresidente del partido Liberal, FDP, fue otro de los protagonistas, al arremeter una y otra vez contra la política israelí de Ariel Sharon en Medio Oriente y contra uno de los miembros de la comunidad Judía en Alemania, Michel Friedman. No se cansó de repetirle que con su arrogancia dañaba la causa judía en Alemania y despertaba sentimientos anti-semitas. La indignación de los líderes judíos, quienes pedían la destitución de Moellemann, fue desoída por la cúpula liberal.
Moellemann, segundo de a bordo del partido, y líder en el Estado de Renania del Norte Westfalia, el más poblado de Alemania y por ello decisivo en el proceso electoral, imprimió poco antes de las elecciones, un folleto en donde aparece su fotografía junto a la de Sharon y la de Friedman. En él critica el envío de tanques a los territorios ocupados y la política del Primer Ministro israelí, de quien dice, "viola los acuerdos del Consejo de Seguridad de la ONU". También condena a Friedman por defender la política de represalias de Israel y por tratar de ‘etiquetar’ sus propias críticas como ‘anti-semitas’.
Fueron los bajos resultados obtenidos por el partido durante las elecciones, lo que hizo aparecer a Moellemann como el chivo expiatorio. El partido obtuvo un 7,4% de los votos, una ligera ganancia de 1,2% respecto a las elecciones de 1998, pero un resultado mucho menor del 18% que se proponía alcanzar. Analistas afirman que los bajos resultados alcanzados por los liberales, quienes fueron desplazados por Los Verdes como tercera fuerza política del país, es la razón por la cual, la oposición conservadora CDU y CSU y su candidato, Edmund Stoiber, no llegaron al gobierno en una coalición con el partido liberal. Ajustes en la bancada conservadora
Otra dimisión, que no obedece a los escándalos de campaña, sino a los ajustes internos en la bancada de los cristianodemócratas, CDU, es la del presidente del grupo parlamentario conservador, Friedrich Merz. El experto en finanzas del partido, será relevado en el Bundestag por la presidenta de la CDU, Angela Merkel. "Estoy convencido de que la actual coalición roji-verde podrá formar gobierno, así que habrá que prepararse para permanecer cuatro años más en la oposición", dijo Merz. La elección de 248 diputados de la CDU y su ala bávara CSU, tras los comicios, "supone que hemos fracasado en nuestro objetivo de recuperar el Gobierno".