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Ruido de sables

2 de enero de 2012

Irán hizo pruebas de misiles y amenazó con cerrar el estrecho de Ormuz como respuesta al endurecimiento de sanciones de Washington. La escalada de animosidades aumenta debido al controvertido programa nuclear iraní.

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Maniobra de la marina iraní.Imagen: picture alliance / dpa

Con la prueba de dos cohetes que Teherán califica de largo alcance, durante un ejercicio naval en el Golfo Pérsico, Irán hizo una ostentación de poderío militar en un intento por intimidar a Estados Unidos y a otras potencias occidentales, entre ellas la Unión Europea, que presionan para que el país abandone su programa nuclear.

Teherán probó el avanzado misil de crucero Qader, una supuesta “arma maravilla” que tiene un alcance de 200 kilómetros y puede ser desplegada contra objetivos en el mar, disparándose desde tierra o desde plataformas marinas. Las autoridades iraníes también dijeron que fueron probados otros dos misiles de corto alcance, el "Nasr", y el "Nur".

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Bote antimisiles iraní.Imagen: REUTERS

Presionado por las filas republicanas, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama firmó el sábado pasado una ley que busca imponer sanciones financieras más duras contra el programa de investigación nuclear iraní, que podrían perjudicar sus exportaciones de petróleo.

Las sanciones están dirigidas contra entidades financieras que negocien con el Banco Central de Irán, que verían congeladas sus operaciones en el mercado estadounidense. Las medidas, que afectarán a bancos privados, estatales e incluso a bancos centrales, entrarán en vigor tras un período de advertencia de entre 60 y 180 días.

Seemanöver der Revolutionsgarden vor iranischer Küste
La Guardia Revolucionaria iraní realiza pruebas en el Golfo Pérsico.Imagen: picture alliance / dpa

Indignación en Teherán

“Ese tipo de sanciones no aportan resultados y no se pueden justificar, pues dañan a todas las partes y contribuyen a hacer más frágil todo el sistema bancario”, criticó el director de la cámara de comercio iraní, Mohammad Nahavandian. “En el pasado, las sancioens no han podido interrumpir el comercio iraní y tampoco lo harán ahora”, añadió.

Como respuesta al paso dado por Obama, Teherán aseguró sorpresivamente que logró fabricar por primera vez una barra de combustible nuclear. El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, aseguró que nadie intimidará a Irán e insistió en que no retrocederá ni un centímetro.

Irán amenazó con cerrar el Estrecho de Ormuz, un angosto paso marítimo en el Golfo Pérsico por el que se transporta el 40 por ciento del crudo mundial, lo que según expertos provocaría un aumento en los precios del crudo en hasta un 20 por ciento. En caso de un bloqueo duradero, el precio del petróleo podría alcanzar un nuevo récord, superando los 150 dólares por barril alcanzados en 2008.

Pero analistas advierten que es muy poco probable que Irán cumpla sus amenazas. El cierre del Estrecho de Ormuz afectaría sobre todo a Irán, cuya economía, de por si afectada por sanciones económicas, depende de sus ingresos petroleros. “Irán sabe que no se puede llegar a ningún compromiso en las negociaciones nucleares, por eso quiere presionar demostrando su fuerza militar”, explica un politólogo a la agencia DPA.

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Central nuclear iraní.Imagen: picture alliance/dpa

Supremacía militar estadounidense

Tanto Estados Unidos como Israel reaccionaron con calma a las amenazas iraníes y en buena parte debido a la supremacía militar norteamericana.

Estados Unidos tiene su quinta flota estacionada ante las costas de Bahréin, en el Golfo Pérsico, y dio a conocer el último día del año la venta de un sistema de intercepción antimisiles a Emiratos Arabes Unidos, de un valor de 3.500 millones de dólares.

El acuerdo fue calificado por el Departamento de Defensa como un paso importante para mejorar la seguridad de la región y destaca las crecientes tensiones desde que un reporte del supervisor nuclear de Naciones Unidas, el 8 de noviembre pasado, advirtiera que Irán trabaja en el diseño de una bomba nuclear y que podría seguir investigando con ese fin.

El almirante iraní Mahmud Mussavi advirtió, en declaraciones a la agencia Irna, que los enemigos de Irán deberían saber que la marina iraní es lo suficientemente poderosa para provocar pánico a potencias arrogantes. Aún así aseguró que Irán no cerrará el estrecho de Ormuz.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ya impuso cuatro rondas de sanciones contra Irán, pero Rusia y China se han negado a respaldar las medidas. Si se aplicaran las sanciones impuestas por Estados Unidos, podrían provocar un bloqueo a las compras de crudo iraní, el cuarto mayor productor mundial de petróleo.

Autora: Eva Usi

Editora: Emilia Rojas