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Rumsfeld: no cambiar los caballos

6 de diciembre de 2004

Varios diarios alemanes comentan hoy la decisión del presidente George W. Bush de confirmar en su cargo a Donald Rumsfeld como ministro de Defensa de los EE.UU.

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Donald Rumsfeld: la ira de los conservadores.Imagen: AP


DIE WELT
dice: "Donald Rumsfeld permanece en su cargo ministro de Defensa. Las razones son variadas. Primero, Rumsfeld goza de gran popularidad entre los republicanos. Segundo, el presidente Bush no quiere cambiar los caballos ahora, en vista de la tensa situación de seguridad antes de las elecciones en Irak a fines de enero. Ello alentaría a los terroristas. Tercero, sacar a Rumsfeld ahora del gabinete se vería como que, en la disputa en torno a la reforma del servicio secreto, la Casa Blanca quisiera cortarle previsoramente la cabeza al Pentágono. Ello provocaría una rebelión en el ala conservadora del Congreso. Cuarto, el presidente difícilmente encontraría a alguien que estuviera dispuesto a ocupar el sillón de Rumsfeld, en tanto no se aclaren por completo los desmanes de los soldados norteamericanos en Abu Ghraib y otros lados. Eso lo tiene que cargar solo Rumsfeld."

El MÄRKISCHE ALLGEMEINE por su parte comenta: "Cuando un ministro permanece en funciones, ello no es en sí ninguna noticia. Pero en el caso de Donald Rumsfeld, es otra cosa. Se esperaba, incluso se deseaba, que dimitiera, y no sólo fuera de los EE.UU. También en Washington se creía que Rumsfeld debía marcharse al comienzo del segundo periodo de Bush. La dimisión de Colin Powell dio mayores alas a esa expectativa. El razonamiento era: Bush no puede dejar ir al ministro más popular y moderado y dejar en su cargo al menos popular y más controvertido. Ahora se sabe que sí, que puede. Bush ve en su victoria electoral un claro apoyo a su política, decididamente conservadora. Y en esencia tiene razón, ya que no prometió al electorado ningún cambio de política. Bush aprecia a Rumsfeld y las opiniones de ambos son coincidentes. Además lo puede despedir más tarde, cuando, por ejemplo, en Irak amenacen mayores peligros aún."

El NEUE OSNABRÜCKER ZEITUNG dice: "Rumsfeld fue quien, con sus tontas consignas de la vieja Europa y la coalición de los dispuestos, metió gruesas cuñas en las probadas alianzas de los EE.UU. El ministro coadyuvó en gran forma a profundizar la disputa en torno a la guerra de Irak en el seno de la OTAN y transformarla en una seria crisis. Con su creencia en la omnipotencia de la técnica y sus aspiraciones a disponer de mini armas nucleares, Rumsfeld siempre ha dado a entender que piensa que una guerra limpia es posible y que una guerra atómica se puede ganar. No se ve hoy que el verdadero rostro de la guerra –como se refleja en las imágenes de tortura de Abu Ghraib– lo haya convencido de otra cosa. Ello significa que Bush valora más la fidelidad que la sabiduría. Lo cual no es justamente una señal de fuerza de liderazgo."