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Rusia arremete contra organizaciones civiles

Roman Goncharenko/ Eva Usi6 de julio de 2012

La Duma dio luz verde a una ley que considera a organizaciones civiles como "agentes extranjeros“, tan de temer como los servicios secretos de otros países. Putin intenta así acallar las protestas contra él.

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La Rusia de Putin.Imagen: Reuters

La ley aprobada por La Duma este viernes con 323 votos a favor y 4 en contra de un total de 450 escaños pasó en la primera votación después de ser propuesta por el Partido Rusia Unida, del presidente Vladimir Putin, que cuenta con una mayoría simple en la Duma. Es vista como parte de la represión de las libertades civiles y el movimiento opositor que se opone al retorno de Putin a la presidencia al frente de un mandato de seis años. El partido de la oposición Sólo Rusia boicoteó la votación.

Observadores consideran la nueva ley como un intento inaceptable por difamar a las organizaciones no gubernamentales rusas y las reacciones de indignación tanto en Rusia como en el extranjero no se hicieron esperar.

“Es una declaración de guerra del Kremlin contra la sociedad rusa”, dijo la diputada alemana del Partido de Los Verdes, Marieluise Beck. La ley endurece el control de organizaciones no gubernamentales que reciben financiamiento extranjero obligándolas a enviar informes sobre sus actividades dos veces al año.

La defensora de derechos humanos Lyudmila Alekseva junto a la secretaria de Estado de EE. UU., Hillary Clinton.
La defensora de derechos humanos Lyudmila Alekseva junto a la secretaria de Estado de EE. UU., Hillary Clinton.Imagen: AP

Tan peligrosas como James Bond

Dichas organizaciones son consideradas tan peligrosas como los servicios secretos extranjeros. Tan sólo la palabra “agente”, recuerda a la figura del “espía”, sobre todo a los rusos, y quien piense en la figura de James Bond, no estará del todo errado.

El documento de unas veinte páginas obliga a todas las organizaciones no gubernamentales rusas que perciban recursos del extranjero y sean políticamente activas a registrarse como “agente extranjero”, un apelativo que la ONG en cuestión tiene que utilizar en presentaciones públicas y en la publicación de documentos.

“Ello tiene un efecto negativo en distintos niveles”, afirma Stefan Melle, director del Instituto de Intercambio Alemán-Ruso, con sede en Berlín. “Desacredita a las organizaciones ante la sociedad civil, pues se parte de la presunción de que sus actividades no benefician a la sociedad rusa sino a intereses extranjeros”. La organización que se rehúse a registrarse se arriesga a ser multada con una fuerte suma de dinero.

Eso no intimida a defensores de derechos humanos como Ljudmila Alexejeva, del Grupo Helsinki, con sede en Moscú. “No nos registraremos como agentes extranjeros porque no lo somos”, señala. Su renombrada organización es financiada por la Unión Europea.

Ljudmila Alexeva, defensora de DD. HH.
Ljudmila Alexeva, defensora de DD. HH.Imagen: DW

Rusia se alinea con otros Estados represores

Con la medida Rusia se alinea con otros Estados represores de las libertades civiles como Corea del Norte y Bielorrusia”, afirman siete ONG que se dedican a la defensa de los Derechos Humanos, entre ellas, Grupo Helsinki.

“Cuando hay críticas y acusaciones de fraude electoral el Kremlin puede difamar a los críticos diciendo que son su tarea es remunerada por intereses extranjeros”, afirma Sascha Tamm, que dirigió hace poco la oficina de la Fundación Friedrich Naumann en Moscú.

Expertos consideran que Putin y su entorno están teniendo dificultades con la amplitud de información que ofrece Internet y las críticas masivas provenientes de la clase media urbana.

Autor: Roman Goncharenko/ Eva Usi

Editora: Cristina Papaleo