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Rusia y Alemania, aliados en medio de tensión internacional

Emily Sherwin
10 de enero de 2020

Mientras Irán e Estados Unidos amenazan con desatar una guerra, Moscú y Berlín se reúnen para buscar soluciones. En ese camino, los alemanes podrían verse forzados a confiar en los rusos.

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Paris Ukraine-Gipfel Merkel Putin
Imagen: Reuters/C. Platiau

La visita de trabajo que realizará este sábado 11 de enero la canciller Angela Merkel a Moscú no podía llegar en un momento más dramático. Solo en los últimos días Irán y Estados Unidos se han atacado mutuamente en territorio iraquí, Teherán abandonó el acuerdo nuclear y Turquía envió tropas a Libia. Es decir, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, tenía razones más que suficientes para invitar a Merkel.

El conflicto entre EE.UU. e Irán será el tema principal de la agenda, pero los líderes también tienen previsto discutir sobre Siria, Ucrania y Libia. Alemania y Rusia han tenido tradicionalmente profundos lazos económicos y, de entre los líderes europeos y de la OTAN, Merkel siempre ha sido una invitada bienvenida en la capital rusa.

El rol de Rusia en la crisis ucraniana provocó, sin embargo, divisiones que no han sanado. Pero el analista Alexander Baunov, del Centro Carnegie de Moscú, asegura que "Ucrania ha dejado de ser un factor tóxico” entre ambos países, y pone como ejemplo los avances en la resolución de la crisis que se han registrado bajo el mandato del nuevo presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.

Separados por Ucrania, unidos por Trump

Si bien Merkel y Putin se distanciaron por la crisis ucraniana, poco a poco se han acercado "por la unilateralidad e imprevisibilidad de las acciones de EE.UU.”, dice a DW Baunov, recordando las sanciones que impuso Washington al gasoducto ruso-alemán Nord Stream 2 a fines de 2019 y la decisión de Trump de asesinar al general iraní Qasem Soleimani.

El masivo funeral de Qasem Soleimani realizado en Irán.
El masivo funeral de Qasem Soleimani realizado en Irán.Imagen: picture-alliance/AP Photo/E. Noroozi

El ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, condenó la operación estadounidense contra Soleimani calificándola de "imprudente”, mientras que el portavoz del ministerio de Exteriores de Alemania, Rainer Breul, afirmó que Berlín no tiene información "que nos permita ver que el ataque de Estados Unidos se ajustó al derecho internacional”.

Calmar el conflicto

Los analistas rusos han dicho que, tras las acciones de EE.UU., Merkel y Putin ahora comparten el objetivo de impedir que la situación siga escalando. "A Rusia le interesa asegurarse de que esto no tendrá consecuencias más sangrientas”, señala el experto en Medio Oriente Andrei Ontikov en entrevista con DW. "Para ello, Rusia necesita coordinar sus políticas también con los europeos”, agrega.

Así como Putin podría usar su encuentro con Merkel para presentar un frente unido con Alemania y poner a Rusia como mediador, Berlín también busca aprovechar la influencia rusa en Medio Oriente, que se ha incrementado desde que entró a la guerra en Siria, en 2015. Tropas rusas han combatido junto a Irán para mantener en pie al presidente Bashar al Asad. Putin también se ha coordinado con su par turco, Recep Tayyip Erdogan, respecto a la situación siria.

El portavoz de política exterior del Partido Verde alemán, Omid Nouripour, piensa que "Putin dice tener influencia en Irán, por eso espero que la canciller alemana lo presione para que convenza a los iraníes de no tomar medidas de represalia”, algo que podría desatar una guerra.

Por su parte, el Kremlin ha intentado persuadir a Alemania y Europa de la importancia de estrechar lazos, presentando a Estados Unidos como un aliado poco confiable, sobre todo si se considera la decisión de Trump de abandonar el acuerdo nuclear. Rusia y Alemania han tratado de salvar este pacto, incluso después de que Irán también lo abandonara el pasado domingo.

El ejército ruso ha ayudado a mantener a Bashar al Asad en el poder.
El ejército ruso ha ayudado a mantener a Bashar al Asad en el poder. Imagen: Reuters/SANA

Conversaciones de paz en Berlín

Moscú y Berlín también han pedido que se ponga fin al conflicto en Libia. Las luchas en torno a Trípoli y Sirte han escalado, al tiempo que el Ejército Nacional Libio, comandando por el mariscal Jalifa Hafter, gana terreno por sobre las fuerzas leales al gobierno de Trípoli, reconocido internacionalmente. Alemania ha advertido que la situación podría derivar en "una segunda Siria”.

Por ello, Berlín se ha ofrecido para celebrar una conferencia de paz entre las partes en conflicto. El así llamado "Proceso de Berlín” podría tener lugar en las próximas semanas. Si la conferencia se realiza, "sería un enorme éxito diplomático”, dijo Jürgen Hardt, portavoz de la Unión Cristianodemócrata (CDU) para asuntos internacionales. Hardt espera que Merkel ponga toda su influencia en esta iniciativa.

El miércoles, Putin y Erdogan expresaron su respaldo a la conferencia en Alemania, aunque destacaron que habrá resultados solo si se cuenta "con la participación y compromiso de los libios y los países vecinos”. Putin y Erdogan también llamaron a un cese de las hostilidades a partir del domingo. Moscú nunca ha dejado en claro de qué lado está en el conflicto libio, aunque hay medios que afirman que mercenarios rusos están combatiendo del lado del mariscal Hafter. Turquía, por su parte, envió tropas a Libia para apoyar al gobierno respaldado por Naciones Unidas.

Para Alemania, la reunión del sábado en Moscú podría mostrar cuánta influencia diplomática tiene Merkel actualmente en Libia y el resto de Medio Oriente. Según Fyodor Lukianov, del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia, Putin es quien está al frente de las negociaciones en esa región. "Alemania acá es un jugador pasivo, un observador”, declaró el experto a DW. "Rusia, en cambio, es un jugador central”.

(dzc/cp)

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