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EducaciónAmérica Latina

Saberes milenarios en las escuelas colombianas de hoy

28 de octubre de 2022

El modelo pedagógico alternativo procura transmitir, junto a la educación formal tradicional, saberes ancestrales de los pueblos indígenas.

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Ninas indígenas en Caldas, Colombia
Niñas indígenas de la Comunidad embera chamí dachijoma, Caldas, Colombia.

Se aprenden los cantos de cuidado de la tierra y los animales, las fases de la luna para la siembra, la preparación de las comidas típicas, la elaboración de collares de protección, y de canastos y esteras.

También las prácticas agropecuarias, los secretos de la medicina propia y las plantas sagradas. Y las danzas, las músicas, los rituales y, claro, la lengua.

Todo esto -y bastante más- es material de estudio de la educación indígena propia, un modelo pedagógico alternativo que gana terreno en las comunidades indígenas de Colombia.

"La educación propia nace de la lucha de los pueblos indígenas de Colombia por el derecho a una educación en donde se respeten los usos y costumbres de los pueblos, de carácter integrador y no impositivo, que permita romper el patrón de exclusión y discriminación", explica Adriana Walker, lingüista integrante del pueblo indígena embera chamí, en diálogo con DW.

Una educación intercultural

"Es una apuesta pedagógica que armoniza los saberes ancestrales propios, con los saberes impulsados por la educación hegemónica nacional”, sostiene Walker, residente en la ciudad alemana de Friburgo. "Entendemos que existen diferentes formas de pensamiento que pueden coexistir sin imponerse unas a otras”, destaca.

Adriana Walker, lingüista colombiana
Adriana Walker, lingüista e integrante del pueblo indígena embera chamí de Colombia.Imagen: privat

Efectivamente, no se trata de una opción excluyente, sino complementaria de la educación tradicional, en la que también puedan tener espacio, valoración y estudio los saberes y los conocimientos indígenas, habitualmente soslayados o menospreciados.

Así, hay lugar para mitos, leyendas y creencias, y también para las matemáticas, la lengua española, y hasta el idioma inglés.

Se trata de "armonizar” los diferentes conocimientos, "para que los niños y niñas puedan comprender otros entornos y desarrollar capacidades para la vida”, sostiene el "Mayor" Carlos Eduardo Gómez Restrepo, consejero de organización, gobierno propio y asuntos políticos del Consejo Regional Indígena de Caldas, CRIDEC, en entrevista con este medio desde el resguardo indígena.

"Nuestra aspiración es generar una educación intercultural”, indica el Mayor -así llamado por su comunidad en señal de respeto y reconocimiento-.

Saberes milenarios

"Es una forma de vivir y de existir, desde hace milenios que, a partir del reclamo de los derechos colectivos que hicimos, pues se está llevando de la comunidad a los espacios de formación de educación estatal”, cuenta Gómez Restrepo, sobre el proceso de inclusión de este enfoque en las escuelas tradicionales.

Niñas indígenas de la Comunidad embera chamí dachijoma, en la escuela en Caldas, Colombia.
Familias indígenas de la Comunidad embera chamí dachijoma, en Caldas, Colombia.Imagen: Mayor Carlos Eduardo Gómez Restrepo

En la base del proceso se encuentra "una lectura crítica de la educación que nos ofrecía el Estado, que no estaba satisfaciendo las necesidades que tenía la comunidad, y con la que nos íbamos alejando de nuestras raíces ancestrales”, contextualiza el líder indígena.

El modelo ha logrado "el reconocimiento del Ministerio de Educación Nacional”, puntualiza Gómez Restrepo con satisfacción. Y, de hecho, se abre camino, con sus particularidades propias, en los territorios de los más de 100 pueblos indígenas de Colombia.

"Para nosotros significa sencillamente la pervivencia”, resume el líder, optimista y convencido.

Clase en Alemania

"En el concepto de educación indígena propia todos aprenden, pero también todos enseñan. Las clases no son en recintos cerrados sino al aire libre, en contacto con la naturaleza, y se transmiten saberes ancestrales y otros conocimientos de manera entrelazada”, destaca, por su parte, la colombiana residente en Bonn Constanza Paetau, iniciadora de Colpaz.

"Este es un ejemplo de cómo el norte global puede aprender del sur global”, asegura. Y por eso, la iniciativa fue invitada a Alemania: el próximo sábado 29 en la sede del Centro Internacional de Mujeres de Bonn, se dictará el taller"Mi Territorio" , y todo será, por unas horas, como en una clase en un resguardo indígena.