Crece desde tiempos prehispánicos en uno de los desiertos más áridos del mundo en Chile; hoy podría desaparecer. El tamarugo brinda sombra y forraje, y es capaz de extraer agua subterránea a gran profundidad. Pero la falta de lluvias y la actividad minera, entre otros, mermaron su capacidad de sobrevivir. La Corporación Nacional Forestal chilena trata de salvarlo mediante un plan de reforestación.