Sangriento ataque en guardería infantil belga
23 de enero de 2009Conmoción provocó en Bélgica el ataque perpetrado por un hombre, al parecer con trastornos psíquicos, en una guardería infantil, causando al menos tres víctimas fatales. Además, varios niños de hasta tres años resultaron gravemente heridos, pero su estado se estabilizó, de manera que sus vidas no corren peligro, según fuentes del hospital en que son atendidos. El ministro del Interior, Guido de Padt, habló de un "infierno" para los padres.
Pánico en la guardería
Según testigos, el agresor se presentó esta mañana con su bicicleta delante de la guardería "Fabeltjesland" ("País de fábula") y tocó el timbre. Al parecer, dijo que quería hacer una pregunta y entonces le abrieron la puerta, según la radio flamenca VRT. En la guardería se encontraban 18 niños y seis cuidadoras.
El hombre se dirigió directamente a la zona de los bebés y comenzó a apuñalarlos con un cuchillo, dijo Du Four. Entonces, se desató el pánico. Los padres tuvieron que identificar a sus hijos, que fueron llevados a diversos hospitales de la zona, a través de imágenes digitales.
Al parecer, el hombre estaba en tratamiento psiquiátrico, según VRT, pero esa información aún no está confirmada. "La consternación es enorme", dijo el alcalde Piet Buyse. El personal está en estado shock y con tratamiento psicológico.
Agresor detenido
çbçDelante de la guardería, se reunieron numerosos padres afectados. La policía y las fuerzas de rescate publicaron dos números telefónicos e instalaron un centro de asistencia. Los agentes buscaron al agresor con un helicóptero y con perros. En su detención, el hombre resultó herido y fue llevado a un hospital. En un saco aún llevaba su cuchillo ensangrentado, dijo el fiscal Du Four.
El ministro del interior se mostró conmovido y expresó su condolencia a las víctimas. De Padt viajó a Dendermonde ni bien tuvo conocimiento de los hechos. La ciudad cuenta con 43.000 habitantes y está ubicada unos 30 kilómetros al noroeste de la capital, Bruselas. El primer ministro de Flandes, Kris Peeters, habló de un hecho "increíble, que nos llena de horror y dolor". "Esta baño de sangre seguramente dejará huellas en nuestra sociedad".