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Schröder aboga por reformar la OTAN

Emilia Rojas12 de febrero de 2005

El canciller alemán considera necesario reestructurar la Alianza Atlántica, dado que hoy los desafíos estratégicos están fuera de su ámbito defensivo y no requieren en primera línea una respuesta militar.

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Cordialidad transatlántica: los ministros de Defensa de Alemania y Estados Unidos, en Múnich.Imagen: AP

La OTAN ya no responde a la realidad del siglo XXI. Ese es el mensaje central del discurso que el canciller alemán, Gerhard Schröder, tenía preparado para la conferencia de seguridad que tiene lugar en Munich y que una gripe le impidió pronunciar personalmente en ese foro de primer nivel internacional. El hecho de que se haya encomendado la lectura del texto al ministro de defensa germano es sólo una anécdota al margen. Porque lo que Schröder tenía que decir llegó, sin duda, a su principal destinatario: el ministro de Defensa estadounidense.

Pasado exitoso

Donald Rumsfeld, de quien todos estaban pendientes, reaccionó con reparos a la idea del gobernante alemán de convocar a un grupo de expertos para formular ideas orientadas a reformar la OTAN. Lo mismo hizo el secretario general de la alianza, Jaap de Hoop Scheffer, destacando el valor de la organización, que Rumsfeld calificó como la alianza más notable de la historia de la humanidad”.

Ciertamente, nadie desconoce la exitosa historia de la alianza occidental, que logró imponerse y vio derrumbarse sin pena ni gloria a su contendor de décadas, el Pacto de Varsovia. Tampoco Schröder pretende restarle méritos pero, junto con recalcar la importancia de los lazos entre Europa y Estados Unidos, subrayó que “en la aplicación de ese principio a la política práctica, el punto de referencia no puede ser el pasado, como ha ocurrido con tanta frecuencia en los juramentos de fidelidad transatlánticos”.

Los nuevos desafíos

La idea de que la OTAN necesita adecuarse a los nuevos tiempos no es patrimonio del canciller alemán. Desde hace años se viene hablando ya de la razón de ser de la alianza atlántica tras el término de la guerra fría. Sus integrantes por ahora no se ven amenazados por terceros países, de manera que el compromiso de defensa recíproca adquiere otra interpretación que la tradicional: ahora el peligro emana principalmente del terrorismo, que puede golpear en cualquier lugar. Pero la tantas veces proclamada guerra contra el terrorismo no es equiparable a una guerra convencional y no está en absoluto claro que se pueda librar exitosamente con el antiguo recurso de las armas.

Esta nueva configuración es la que expuso el texto de Schröder, quien criticó que la alianza no se haya adaptado a los cambios. A su juicio, “la OTAN ya no es el principal lugar donde los socios consultan y coordinan sus visiones estratégicas”. Más aún: “últimamente ha habido malos entendidos, malestares, desconfianza y hasta tensiones”, indicó el canciller, lo cual es irrefutable. El episodio de la guerra contra Irak dejó de manifiesto cuán profundas pueden ser las discrepancias y cuán poco preparada está la Organización del Atlántico Norte para reaccionar rápidamente a tales dificultades.