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¿Se queda Alemania sin fuerza de trabajo?

4 de octubre de 2012

Tras una reunión extraordinaria que el Gobierno alemán dedicó a los cambios demográficos registrados en el país, la Oficina Federal de Trabajo instó a fomentar la inmigración de profesionales extranjeros.

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Imagen: AP

Para Raimund Becker, director general de la Oficina Federal de Trabajo, el futuro del mercado laboral en Alemania no luce auspicioso. Sólo reclutando a tiempo profesionales en el extranjero se podrá compensar la escasez de empleados altamente calificados que se avecina. Esa insuficiencia ya es palpable en el sector salud: las vacantes dejadas por médicos, enfermeros y farmaceutas suelen quedar desocupadas o tardan en ser cubiertas porque muchos de ellos abandonan el país para buscar empleo en otros lugares.

En promedio, sus condiciones de trabajo y sus sueldos son mejores en Suiza y Gran Bretaña que en Alemania. No obstante, la cantidad de ingenieros industriales, expertos en tecnologías de la información, maquinistas y pilotos –quienes tienen a recibir muy buenos salarios– también comienza a decrecer en territorio germano. “Todo apunta a que, en 2025, el mercado laboral contará con 3 millones de personas menos; eso implica que nos van a faltar profesionales especializados”, calcula Susanne Eikemeier de la Oficina Federal de Trabajo, tras la reunión extraordinaria que el Gobierno alemán dedicó a los cambios demográficos registrados en el país.

Migration in Deutschland
Los profesionales de la tercera edad, las mujeres, los jóvenes y los inmigrantes, en la mira del mercado laboral alemán.Imagen: picture-alliance/dpa

Una buena formación amerita inversión

En el peor de los casos, eso puede conducir a que compañías con sede en Alemania se asienten en otros países y se pierdan, definitivamente, muchos puestos de trabajo. De ahí que Becker y Eikemeier insten a la clase política y empresarial a estimular la inmigración de personas con buena formación técnica y académica, implementando medidas que las hagan sentirse bienvenidas. Otros especialistas en materia laboral secundan este mensaje, pero insisten en que se aproveche primero el potencial de los trabajadores que ya viven en el país.

Antes de “iniciar un proceso migratorio arbitrario”, Paul Lehrieder, de la fracción parlamentaria de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Unión Social Cristiana (CSU), recomienda ofrecer capacitación especial a quienes exhiban una formación deficiente, incentivar a los empleados altamente calificados para que permanezcan activos durante más tiempo y ofrecer servicios sociales que deslastren a las mujeres, con miras a que un mayor número de ellas se integre al mercado laboral.

Anette Kramme, del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), coincide con Lehrieder y acota que se deben invertir más recursos en la formación básica y los estudios complementarios de los jóvenes. “En este instante, 1,5 millones de personas menores de treinta años carecen de formación académica alguna”, asegura Kramme. Para atraer a los profesionales que a Alemania le faltan, el Gobierno decretó una ley en abril que facilita el reconocimiento de los diplomas extranjeros y aprobó la “blue card”, que simplifica el proceso inmigratorio.

Autores: Rachel Gessat / Evan Romero-Castillo
Editora: Emilia Rojas Sasse