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Separación de basura: una tarea nada fácil

Mu Cui/Peter Eßer16 de agosto de 2013

Basura amarilla, azul, verde... los alemanes son famosos por su sistema de separación de basura, pero muchos no saben realmente cómo funciona.

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Imagen: picture-alliance/dpa

En los hogares alemanes, la basura se separa. Los residuos de embalajes van a un contenedor amarillo; el papel, a uno azul; el vidrio a uno verde y el resto de la basura a uno gris. Cabría pensar que los alemanes saben cómo separar los residuos. Pero la realidad es otra.

La empresa de eliminación de residuos Remondis, con sede en Bonn, constató que casi la mitad del contenido de los contendedores de basura amarillos no debería estar ahí. La gente se equivoca. Por ejemplo con los cepillos de dientes: según un sondeo de DW, la mayoría de los ciudadanos piensa que es “basura amarilla” aunque en realidad es un residuo restante.

El sistema fue introducido a principios de los años 90. Su objetivo es reciclar la mayor cantidad posible de plástico y metal. Por eso, los ciudadanos piensan que cuidan el medio ambiente separando todas las partes reciclables. “Piensan que todo plástico va en la basura amarilla”, dice Nicholas Müller, de Remondis. Y ahí está la raíz del problema: a pesar de que el cepillo de dientes es de plástico, no es “basura amarilla” porque no es embalaje.

La gran cuestión: ¿en qué bote de basura se tiran los viejos cepillos de dientes?
La cuestión: ¿en qué bote de basura se tiran los viejos cepillos de dientes?Imagen: picture-alliance/dpa

Lo que sobra, se quema

Al separar la basura, la máquina de tecnología avanzada de Remondis reconoce cepillos de dientes y otros objetos que no son embalaje. Nicholas Müller subraya que la eliminación de todo lo que se tira erróneamente puede ser muy costoso puesto que se “recicla energéticamente”, es decir: se quema. La incineración de residuos cuesta entre 100 y 200 euros por tonelada. Por otra parte, botellas de plástico prensadas y aluminio se pueden vender en el mercado a buen precio.

De acuerdo con la ley en vigor, se puede quemar legalmente todo lo que los ciudadanos tiren al contendedor de basura que no corresponde. La cuota obligatoria de reciclaje de residuos de plástico es de solo un 36 por ciento. Expertos exigen desde hace mucho que se mejore el sistema de reciclaje de los residuos de plástico. El problema es que no existe ni suficiente incentivo ni obligación para las empresas de hacer esfuerzos para subir la cuota de reciclaje.

Envases van a la "basura amarilla"
Envases van a la "basura amarilla"Imagen: picture-alliance/dpa

Nuevas máquinas para un mejor reciclaje

“Ya existe el potencial técnico que permite reciclar cepillos de dientes y otros objetos”, dice Arnd Urban, experto en gestión de residuos de la Universidad de Kassel. Por lo consiguiente, sería posible subir la cuota de reciclaje mediante nueva maquinaria, pero eso cuesta dinero: “La inversión, el personal, la electricidad. Son costos que los recicladores intentan evitar”, dice Urban.

Las ventajas económicas de un sistema renovado serían escasas, pero desde un punto de vista ecológico, la modernización tendría sentido. Por eso está anunciada una nueva ley de reciclaje para 2015. Entonces, los contendedores de basura amarillos se sustituirán por “contendedores de reciclaje” para todos los residuos de plástico, también los viejos cepillos de dientes.