¿Sigue siendo Mesut Özil parte de Alemania?
24 de julio de 2018"Si ganamos, soy alemán, y si perdemos, ¡soy el inmigrante!" ¡Esta frase me ha mantenido ocupado durante horas! No importa lo que se piense de Özil y sus fotos con Erdogan: esta frase de un futbolista alemán y campeón mundial es una señal de pobreza para nuestro país.
Ayer hablé con mucha gente sobre la frase de Özil. Gente como Özil, alemanes con antecedentes migratorios. Sus familias vienen de Turquía o de países árabes. Pero viven aquí, trabajan aquí, pertenecen aquí. Tienen amor por este país y su gente. Pero a menudo no son lo suficientemente buenos para "los alemanes", o al menos así lo sienten. Su lealtad está bajo constante escrutinio, su nacionalidad está siendo cuestionada constantemente. Su corazón late no sólo por Alemania, sino también por el país de sus padres y abuelos. En Alemania son los eternos "extranjeros", en el país de origen de sus padres son los eternos "alemanes".
Alemán de segunda clase
Estas personas se sienten representadas por las palabras de Mesut Özil. Ellos entienden exactamente lo que quiere decir, pues ellos mismos lo han experimentado. "Nos hemos sentido identificados", me dicen algunos. Y revelan aún más. Una madre trabajadora integrada que usa pañuelo islámico tiene que explicar una y otra vez por qué usa ese velo. Su hija tiene que justificarse una y otra vez en la escuela por la vestimenta de su madre y aguantar preguntas como: "¿Tienes que dejar la escuela pronto para casarte?".
Si eres un graduado universitario con raíces extranjeras, te resultará más difícil encontrar trabajo que a tus compañeros alemanes, incluso si tu título es mejor. Si te llamas Mehmet o Abdul, entonces tienes que esperar meses más para encontrar un departamento a diferencia de los postulantes alemanes. Si te dejas crecer una barba de hipster siendo árabe, de repente eres considerado un salafista. Cuando estás en un grupo en el que la mayoría son alemanes, para ellos a menudo representas al país de tus padres y no eres "lo suficientemente alemán" para pertenecer a esta sociedad. Un colega periodista informaba sobre una manifestación del partido populista de derecha alemán AfD hace meses y le preguntaron cómo es posible que una emisora alemana emplee a extranjeros.
Esta es la realidad de muchas personas de origen migratorio en Alemania. Soy consciente de que también hay quienes se niegan a integrarse, pero ¿qué pasa con los que quieren integrarse o incluso ya se han integrado aquí? Poco después de la renuncia de Özil, Theo Zwanziger, ex presidente de la Asociación Alemana de Fútbol (DFB), dijo: "Debido a errores de comunicación ha sucedido algo que nunca debe pasarle a los inmigrantes: nunca deben sentirse como alemanes de segunda clase", dijo. Pero así es exactamente como se sienten.
Un modelo a seguir
Alemania debería tomarse muy en serio esta frase. Es una llamada de atención para todos nosotros cuando un gran jugador nacional ya no se siente cómodo en Alemania a causa del racismo. Jugó en la selección alemana, contribuyó a la victoria en la Copa del Mundo en 2014 y fue embajador del fútbol alemán en 2015. Para mucha gente, es el prototipo de la "integración" en Alemania. Nunca pensé que se sentiría así. ¿Qué deberían pensar el "promedio" de los alemanes con origen migratorio? ¿Cómo deberían sentirse aquellos que no tienen una voz tan fuerte y que no son escuchados como Mesut Özil?
La ministra de Justicia, Katarina Barley, escribió: "Es una señal de alarma que un gran futbolista alemán como Mesut Özil ya no quiera estar en su país por racismo y no esté representado por el DFB”. Y así es exactamente. Es probable que muchos jóvenes migrantes se pregunten ahora cómo podrían lograrlo, si ni siquiera Mesut Özil lo ha podido hacer. ¿Cómo han de creer los niños en sí mismos y en este país? Era una fuente de esperanza para muchos jóvenes migrantes.
Özil también ha cometido errores
Sin embargo, no debemos olvidar que hay otros alemanes de origen inmigrante que no están pensando en retirarse de la selección nacional debido a la percepción de racismo. Todo el debate sobre Özil está relacionado con su foto junto al presidente turco Erdogan y las reacciones a la misma. Y eso también debería y debe ser discutido. Un debate no excluye al otro.
La crítica a la foto de Erdogan está justificada. Cualquiera que pueda reflexionar tan bien como Özil, también debería haber encontrado palabras críticas para Erdogan. La Secretaria de Estado para la Integración de Renania del Norte-Westfalia, Serap Güler, que tiene raíces turcas, dijo: "Uno puede criticar al Gobierno Federal y seguir amando a Alemania". Puede ser que Mesut Özil no tuviera intenciones políticas cuando se reunió con el presidente turco. Pero al menos para Erdogan, fue una buena campaña. Y Mesut Özil debe tener clara su influencia como estrella de fútbol. Si Özil no quiere ser crítico, por supuesto que podemos criticarlo, pero al final debemos respetar su decisión.
Hay que ser capaz de tolerar que alguien que tienes como modelo a seguir tenga una actitud y opinión diferente a la tuya. Sin embargo, sigue siendo un buen futbolista. No necesito estar de acuerdo con alguien para reconocer su desempeño o valor. Eso es exactamente lo que significa aceptación, tolerancia y "vivir y dejar vivir". No se puede acusar a Özil de no ser lo suficientemente "alemán" sólo porque tiene una opinión diferente. El hecho de que sea un alemán de origen inmigrante no significa que su lealtad al equipo alemán deba ser cuestionada en cualquier momento. La libertad de expresión y la tolerancia están consagradas en la Constitución y también se les debe conceder a los futbolistas. Sin embargo, según las descripciones de Özil, el presidente de la Asociación Alemana de Fútbol (DFB), Reinhard Grindel, lo ve de otra manera. ¿Qué tan explosivas son estas acusaciones para Alemania? No hay que olvidar que incluso el mismo Erdogan instrumentalizará esta declaración para sus propios fines.
Autor: Jaafar Abdul Karim (CT/ER)