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Sin noticias de los secuestrados

Mirra Banchón26 de enero de 2006

Tercera jornada sin noticias de los dos alemanes secuestrados en Irak. Esto pone sobre la mesa el tema de la seguridad y el rescate de los extranjeros en el convulsionado país.

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Uno de los ingenieros secuestrados en IrakImagen: picture-alliance/ dpa/dpaweb

A tres días del secuestro de los dos ingenieros alemanes en Irak sigue sin haber el menor rastro de ellos. Nadie ha reivindicado el rapto de los dos sajones enviados por una empresa alemana a trabajar en el convulsionado país mesopotámico. Mientras que según informaciones del ministerio alemán de Relaciones Exteriores un comité de emergencia sigue haciendo todo lo posible por encontrar y liberarlos, en los círculos políticos se exhorta a los secuestradores a poner en libertad a los cautivos. Según información del diario berlinés Tagesspiegel, agentes de la CIA en Irak suponen que seguidores de Saddam Hussein son los responsables del secuestro. Atemorizar a los colaboradores de las fuerzas de ocupación en Irak sería su objetivo, no exigir rescate.

¡No vaya a Irak!

Independientemente de la suerte que estén corriendo estos dos hombres, el foco de atención se pone ahora en el tema de la seguridad de los extranjeros, en este caso alemanes, en regiones de alto riesgo.

El ministerio de Asuntos Exteriores desaconseja viajes a esa región, debido a la violencia imperante y a la alta probabilidad de secuestros. En caso de que a pesar de las advertencias haya quien quiera arriesgarse debe estar consciente de que será muy difícil, si no imposible, prestarle asistencia. Se trate de viajes personales o de trabajo, la advertencia de Exteriores vale lo mismo: quien se arriesgue a emprender esta aventura, tiene que asumir las consecuencias.

Cometido empresarial

Peter Bienert Crytec Entführung Irak
El gerente de Cryotec, la empresa que envió a sus técnicos a IrakImagen: AP

En este contexto, el ministro alemán de Economía, Michael Glos, hizo expreso su agradecimiento a los técnicos y especialistas alemanes que trabajan en el extranjero; su labor favorece a la economía alemana y aporta al desarrollo pacífico, recalcó. Debido a ello, a que se trata de una misión empresarial, hay quienes opinan que las empresas alemanas deberían encargarse de proteger mejor a su personal -con guardaespaldas armados y vehículos blindados, por ejemplo- y también de cubrir los gastos que un secuestro represente.

Jurídicamente esto último es inconsistente, explican especialistas del Instituto Max Planck de Derecho Público Internacional: el Gobierno alemán no puede exigir a las empresas que asuman esa responsabilidad, pues si la persona acepta trasladarse a la región conflictiva, lo hace asumiendo un riesgo a título personal, que muchas veces está contemplado en los honorarios. La ley consular no estipula, además, quién debe correr con los gastos en un caso así. El grado de imprudencia podría ser un factor determinante en el monto a cubrir individualmente, explican los expertos.

Según datos de la Cámara Alemana de Industria y Comercio (IHK), a pesar del alto riesgo y de la advertencia de abandonar la región, unos 100 alemanes siguen en Irak. Se trata sobre todo de mujeres alemanas casadas con iraquíes, de personal diplomático y unos pocos empresarios. Las empresas alemanas emplazadas ahí prefieren contratar personal iraquí. El desplazamiento de personal germano a la región se hace sólo por períodos cortos y bajo extremadas medidas de seguridad, informa la IHK. La convulsa realidad, sin embargo, hace una vez más evidente que, en caso de que esto fuera cierto, éstas no resultan demasiado eficaces.