Smolensk: una oportunidad para las relaciones ruso-polacas o un peligro de ruptura
12 de abril de 2010¿Puede ser casualidad la muerte del duro crítico de Rusia Lech Kaczynski, en un accidente de un avión ruso que había sido reparado en Rusia y además en Katyn, escenario de una masacre soviética contra intelectuales y militares polacos?
Quizá porque el presidente ruso, Dmitri Medvedev, y su jefe de Gobierno, Vladimir Putin, temían esta misma pregunta, se apresuraron ambos, ya antes del luto oficial decretado por Moscú para este lunes, a poner en marcha todos los recursos de la diplomacia para mostrar unidad en el dolor con Polonia.
Demostrativa y repetidamente mostraban hoy los medios rusos la imagen del por lo general frío Putin abrazado al primer ministro polaco, Donald Tusk. La foto abría hoy la portada del diario moscovita Kommersant, interpretada como un símbolo y una oportunidad para la reconciliación polaco-rusa.
Todo esto es sin duda una muestra de solidaridad, pero también plasma el temor del Kremlin de que, tras el accidente de Smolensk, algunas de las viejas heridas que trataba de cerrar con la celebración en Katyn puedan volver abrirse.
Gestos hacia Polonia
"Es posible que Rusia y Polonia se dividan definitivamente", opinaba el diario Wedomosti, que como muchos se imprimía hoy sobre un marco negro, signo de luto. La ruptura irreversible es precisamente lo que quiere evitar el Gobierno ruso. Miembro de la Unión Europea, el país vecino podría ser mucho más útil como aliado que como enemigo.
Y Rusia se esfuerza por mostrarse abierta a la colaboración y por evitar cualquier gesto que pudiera dar pie a resentimientos.
Los familiares de las víctimas que se han desplazado a Moscú para reconocer a sus seres queridos reciben allí aistencia psicológica. El discurso que Medvedev dirigió al pueblo polaco pudo leerse en Internet también en lengua polaca. Y la televisión rusa repitió la emisión de una película sobre Katyn prohibida durante largo tiempo, además de renunciar hoy a la publicidad y al entretenimiento.
"Estamos con ustedes"
Mientras tanto, lejos de la alta política, el pueblo llano sigue presentando sus condolencias. En lugar del siniestro, los lugareños continúan depositando flores en silencio. "Es una tragedia para los polacos, es una tragedia para todos los países", comentaba una joven.
La banda roja y blanca- los colores de la bandera de Polonia- que acordona el lugar es sacudida por el viento, y desde la carreterea aún pueden verse partes del fuselaje del avión siniestrado. En el automóvil de un equipo de televisión polaco alguien ha colocado un clavel rojo. "Estamos con ustedes", escribía en polaco el diario Novaja Gazeta, crítico con el Kremlin.
Teorías conspirativas
Pero nada inquieta a los rusos tanto como las circunstancias de esta tragedia. Los medios debaten en el país si Kaczynski podría haber ordenado, pese a las advertencias de la torre de control, tomar tierra o presionando al piloto- ya ocurrió en una ocasión, cuando quiso aterrizar en 2008 en el entonces territorio en guerra de Georgia y el piloto se negó.
Más allá del detalle, muchos se preguntan cómo pudo ocurrir esta catástrofe y las respuestas son varias. El ex presidente soviético Mijail Gorbachov advirtió contra las teorías conspiratorias. "Se trata de un accidente horrible y mitificarlo no viene a cuento", opinaba Gorbachov en Novaja Gazeta. Lo que ahora hace falta es comprensión y confianza, destacaba. "Somos hermanos", añadía, sin poder eviar que las especulaciones en la prensa moscovita.
El diario Komsomolskaja Pravda, por ejemplo, recordaba que la televisión georgiana Imedi, controlada por el presidente Mijail Saakashvili, emitió a mediados de marzo un reportaje de guerra en el que se hablaba de la ficticia muerte de Kaczynski en un atentado ruso.
El reportaje anunciaba: "el avión de Kaczynski, el amigo de Georgia, ha sido volado por los rusos", y evidentemente da ahora mucho de qué hablar. Ya en su día, la Unión Europea, la OTAN y otros organismos condenaron el programa, que entonces desató el pánico entre la población y hoy sirve de base para las confabulaciones. (dpa)
Editora: Luna Bolivar Manaut