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Sobrevivientes de ataques con ácido exigen justicia

Victoria Dannemann (DZC)29 de noviembre de 2015

Mientras Colombia celebra la esperada ley que impone duras condenas para los agresores, aún quedan desafíos para terminar con estos crímenes. Experto analiza medidas preventivas.

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Bangladesh ASTI Säureanschläge Opfer
Imagen: ASTI

Hasta hace poco los ataques con ácido pasaban prácticamente inadvertidos. Muchas mujeres no los denunciaban por vergüenza o miedo a las represalias. La notoriedad que han cobrado casos recientes, como el de la colombiana Natalia Ponce de León, ha revelado una dura realidad.

“El día de mi ataque, en marzo del 2014, Colombia y el mundo se indignaron y se destapó la atroz situación que está viviendo el país por más de una década. Nadie, ni gobiernos, ni entidades públicas, ni el Estado, ni la población, habían despertado ese doloroso sentimiento de tristeza hacia las miles de víctimas que hemos sufrido esta terrible tortura, esta muerte en vida”, reflexiona Natalia Ponce de León, quien fue rociada con un litro de ácido sulfúrico y resultó con un tercio del cuerpo quemado.

Jaf Shah, director de Acid Survivors Trust International (ASTI), organización internacional con sede en Londres, conoce a Natalia y considera su lucha muy inspiradora. Shah estuvo en Bogotá hace unas semanas para conocer los avances en prevención y apoyo a las víctimas.

“Colombia tiene un alto número de ataques. Después de los conflictos internos, con un alto nivel de violencia, el uso de ácido se presenta como un arma de fácil acceso contra la mujer”, indica Shah. Al igual que en países como Bangladesh, India, Pakistán, Nepal o Uganda, la discriminación contra la mujer favorece estos crímenes, asegura el experto.

En su última visita a Colombia, Jaf Shah (quinto de izq. a der.) se reunió con el secretario de Salud de Bogotá, Mauricio Bustamante (segundo).
En su última visita a Colombia, Jaf Shah (quinto de izq. a der.) se reunió con el secretario de Salud de Bogotá, Mauricio Bustamante (segundo).Imagen: ASTI

Justicia efectiva

Por estos días, Jaf Shah está de visita en Friburgo, invitado a las jornadas “16 días por la eliminación de la violencia contra la mujer”, que organiza la ONG alemana Derechos Humanos 3000. Aquí presentó un estudio comparado entre los países más afectados por violencia con ácido.

“En Colombia, el arduo trabajo realizado por los sobrevivientes ha mantenido el tema en la agenda pública. El equipo médico del Hospital Simón Bolívar está proporcionando un tratamiento médico y quirúrgico de calidad. Desde el gobierno, la secretaría de Salud de Bogotá trabaja para dar soporte integral a las víctimas en conjunto con el hospital y la secretaría de la Mujer”, destaca Shah. También se trabaja para restringir la venta ácidos, algo difícil de controlar especialmente en privincias.

Una de las metas de Natalia fue terminar con la impunidad, trabajando desde su fundación. Muy pocos casos llegan a la justicia, donde las penas para lo que estaba catalogado como lesiones personales, no pasan de unos pocos años de cárcel. La reciente aprobación de la llamada “Ley Natalia Ponce de León” significa un gran avance, al tipificar el delito de ataque con ácido y estipular condenas de hasta 50 años.

Pero de nada sirve el aumento de las penas si no se encuentra a los culpables. Uno de los desafíos, según Jaf Shah, es mejorar el trabajo policial y acelerar los juicios. “Si la policía investiga rápida y seriamente, recogiendo evidencias y testimonios apenas ocurrido el caso, es más probable que la investigación tenga éxito y los juicios sean efectivos”, asegura. El experto recomienda que estos casos sean vistos en juicios rápidos. Todo esto daría un clara señal a eventuales agresores, con un efecto disuasivo.

Visibilizar y crear conciencia

El experto lamenta que todavía muchos casos no son reportados. A nivel mundial, la demora en las investigaciones policiales y el lento actuar de la justica hacen que pocos agresores reciban una condena efectiva. También es necesario fijar compensaciones para las víctimas, quienes deben someterse a largos y costosos tratamientos y tienen dificultades para encontrar trabajo. El retraso en las primeras atenciones de urgencia y la falta de centros especializados, hacen que las secuelas físicas y sicológicas sean todavía mayores.

Los ataques con ácido son una forma premeditada de violencia usada comúnmente contra mujeres.
Los ataques con ácido son una forma premeditada de violencia usada comúnmente contra mujeres.Imagen: INVISIBLE/Ann-Christine Woehrl/Edition Lammerhuber/Echo Photojournalism

Terminar con la discriminación contra la mujer es otra tarea urgente. En Friburgo, Jaf Shah presentó el documental ganador del Oscar “Saving Face”, sobre mujeres atacadas con ácido. La cinta ha ayudado a visibilizar estos casos y crear conciencia, al igual que el trabajo de la fotógrafa alemana Ann-Christine Woehrl. Sus imágenes para el proyecto “Invisible” retratan la lucha de mujeres en distintos países por sobrevivir y recuperarse, a veces en condiciones muy adversas.