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Soleadas perspectivas para la energía fotovoltaica

Emilia Rojas S.21 de agosto de 2007

En Sajonia entró en operaciones el primer tramo de la planta solar de Waldpolenz. Será la central de energía fotovoltaica más grande del mundo. Pero es sólo un paso en una carrera internacional cada vez más disputada.

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La producción de paneles solares marcha viento en popa en Alemania.Imagen: picture-alliance/dpa

¿Cuál es la planta de energía solar más grande del mundo? Resulta difícil decirlo. Hasta ahora llevaba la delantera una central fotovoltaica ubicada en la provincia española de Alicante, diseñada para generar 30 millones de kilowatios/hora al año. Pero, entretanto, en el estado alemán de Sajonia se construye el parque solar de Waldpolenz, que reclama el primer puesto, con una capacidad de 40 megawatios (MW). Dicha planta, ubicada al oriente de Leipzig, habrá de producir 40 millones de kilowatios/hora anuales a partir de 2009. Hasta entonces se habrán instalado allí 500.000 módulos solares, en una superficie equivalente a 200 canchas de fútbol.

Solarkraftwerk eingeweiht Ein Techniker kontrolliert am Dienstag, 21. Aug. 2007, Solar-Module im Solarkraftwerk Brandis bei Leipzig
Un mar de paneles solares inunda la localidad de Brandis, en Sajonia.Imagen: AP

Carrera internacional

La espiral gira en forma cada vez más veloz. China planea construir hasta 2012 una central de 100 MW. Australia, por su parte, se propone conectar en 2013 a la red eléctrica una planta solar de 154 MW, en el estado de Victoria.

Al mismo tiempo, la producción de celdas solares se incrementa vigorosamente en diversos países del mundo. Tal parece que se ha desatado una verdadera competición internacional. “Se puede decir que ocurre lo mismo que con los rascacielos”, opina el Dr. Norbert Allnoch, fundador y director del Foro Económico Internacional de Energías Regenerativas (IWR). Las cifras que publica el último informe mensual de la entidad corroboran la tendencia: la firma china Yingli Green Energy planea incrementar su producción de celdas solares de silicio de 100 MW a 600 MW. Otra empresa china, LDK Solar, se propone aumentar la producción de planchas solares (wafers) a 1.600 MW. Por su parte, en Japón, Sakai proyecta levantar la mayor fábrica de celdas solares de capas delgadas del mundo. Y éstos son sólo algunos ejemplos.

Energía “sexy”

La energía solar ya no es un producto “exótico”. A todas luces se está convirtiendo en un negocio global. “La fotovoltaica ha conquistado un lugar sólido en el ámbito de las energía renovables y este mercado crece a tasas anuales superiores al 30%”, indica Allnoch. Más aún, considera que en este momento la energía solar resulta muy “sexy” y disfruta de muy buena fama, si bien en cuanto al volumen y a la capacidad instalada sigue estando muy por detrás de la energía eólica o la hidráulica.

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El astro rey, la mayor central energética de esta parte del universo.Imagen: DW-TV

Hay muchos puntos a favor de la energía solar: el sol es una fuente inagotable (al menos desde el punto de vista de las dimensiones temporales humanas) y la energía que de él se obtiene puede utilizarse en forma descentralizada, lo cual reporta significativas ventajas sobre todo en los lugares que carecen de una amplia red eléctrica. Pero eso no basta para explicar la expansión de los últimos años. Más bien es el marco político de condiciones establecido en países como Alemania y España, entre otros, lo que ha permitido el surgimiento de un mercado, al brindar a las empresas la seguridad necesaria para planificar proyectos e invertir.

Sólo el comienzo

El proceso ha adquirido una dinámica propia y se acelera con la construcción de nuevas fábricas en diversas partes del mundo. “Otras naciones no quieren quedarse atrás con el know how en la materia, de manera que se produce una competición internacional. Y ésta conducirá a que la energía solar se imponga a nivel mundial”, estima Allnoch. En su opinión, “lo que importa, al fin y al cabo, es quién es el primero en el mercado. La carrera por los lugares de producción recién comienza”.

En este sentido, los alemanes enfrentan a competidores fuertes. Pero tienen también una ventaja: muchas de las máquinas empleadas en China u otros países para producir celdas solares son de procedencia germana. Por otra parte, también la carrera tecnológica recién comienza. “En 10 o 20 años tendremos celdas solares muy diferentes, con grado de eficiencia también muy distinto”, augura Allnoch.