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¿Soplan nuevos vientos en La Guajira?

Judit Alonso
22 de julio de 2021

La Guajira es el bastión de la transición energética de Colombia, con la instalación de varios proyectos eólicos. No obstante, éstos se encuentran en territorios ancestrales de los wayuu, que temen ser despojados.

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Kolumbien | Aufbau von Windparks
Turbinas de camino al primero de los cerca de una veintena de parques eólicos previstos en La Guajira, punto de encuentro entre el desierto y El Caribe, Imagen: César Nigrinis Name/MINENERGIA

“La Guajira será el epicentro de la transición energética de Colombia. Con la construcción de 16 parques eólicos que generarán 11.000 empleos, y 10 billones de dólares en inversiones, el departamento se consolida como la puerta de entrada para las energías renovables de fuentes no convencionales”, anunciaba en Twitter Diego Mesa, ministro de Energía y Minas de Colombia.

La puesta en funcionamiento del primer parque eólico a gran escala que se instalará en el país en más de 17 años ya está en marcha tras la llegada de las primeras turbinas a La Guajira hace unas semanas. Se trata del “segundo proyecto de energía eólica en el país, después de Jepirachi”, según informaron a DW fuentes del ministerio de Energía y Minas de Colombia.

El parque Guajira I de Isagén, que se espera entre en funcionamiento antes de acabar el año 2021, tendrá una capacidad de generación de 20 megavatios (MW), lo que equivale al consumo de energía eléctrica de más de 33.000 familias colombianas.

“La Región Caribe es el eje de dicha transición, muestra de ello es que 12 de los 14 proyectos adjudicados en la subasta de 2019 se construirán en esta región del país”, destacaron dichas fuentes, recordando que “el departamento de La Guajira cuenta con mayor potencial para los proyectos eólicos, pues esta región tiene una velocidad de viento superior al promedio mundial”.

Con la puesta en marcha de estos proyectos, se pasará de menos de 0,5% a cerca de un 12% en este tipo de fuentes; la matriz de generación eléctrica colombiana es mayoritariamente hidráulica (un 68,4%), según datos el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

“Para Colombia, la diversificación de la canasta energética supone una mayor seguridad del sistema, puesto que si nuestras reservas de agua bajan, las energías renovables entrarían a apoyarla”, dijo a DW Joanna Barney, investigadora del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (INDEPAZ) de Colombia.

No obstante, Barney alertó de los impactos ambientales y sociales de dichos proyectos, como “el ingreso de foráneos a comunidades indígenas, el enfrentamiento entre comunidades por los supuestos beneficios y el desplazamiento de las comunidades por cuenta de los parques o la infraestructura que los soporta”, entre otros.

Troncos con telas de colores.
Los wayuu han denunciado en diversas instancias internacionales los problemas de agua y hambre que sufren en La Guajira.Imagen: DW/F. Abondano

Del carbón al viento: los wayuu en el epicentro

La investigadora, autora de la publicación ‘El viento del Este llega con revoluciones’, comparó el desarrollo de los parques eólicos en La Guajira con los de México. “El Istmo de Tehauntepec tiene un paisaje bastante similar al de La Guajira, ambos territorios son morados por pueblos indígenas”, apuntó, recordando que en ambos casos se “están suscitando problemáticas en torno a los reales propietarios de los territorios”.

Según la cosmovisión de los wayuu, que habitan en la península de La Guajira, el territorio no se limita únicamente al terrestre, sino que “el espacio vital de los wayuu es el espacio aéreo, marítimo y terrestre”, apuntó a DW Armando Custodio Wouriyu Valbuena. Es líder wayuu desde hace 40 años, fecha en la que se instaló la empresa minera ‘El Cerrejón’, la mina de carbón a cielo abierto más grande de la región.

El también expresidente de la Organización Nacional Indígena de Colombia criticó que la actividad de la mina ha provocado “consecuencias nefastas para la agricultura, ganadería y pesca”, además de despojos y violaciones de derechos humanos. Por este motivo, se han interpuesto diversas denuncias que han concluido con sentencias judiciales como la T-704 de la Corte Constitucional, que ordenó a la empresa a llevar a cabo un plan de mitigación de manera inmediata.  

                                      

Kolumbien Bergbau Cerrejon
Fuentes de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales de Colombia apuntaron a DW que "se han realizado más de 65 reuniones, con la participación de más de 100 comunidades étnicas en la revisión del plan de manejo ambiental integral de 'El Cerrejón' (foto).Imagen: Georg Ismar/dpa/picture alliance

“Cerrejón cumplió con la implementación de Plan Inmediato de Mitigación de impactos, logrando un cumplimiento del 95,2 %. Se tiene pendiente solo una de las 16 actividades contempladas. Esta actividad corresponde a la realización de tres inspecciones en las comunidades adyacentes al puerto para priorizar, definir y verificar la necesidad de trabajos de limpieza en cuerpos de agua donde se detecte presencia de carbón por arrastre eólico”, declararon a DW fuentes de la compañía minera. “La actividad se encuentra pendiente debido a que la comunidad solicitó la contratación de una consultoría ambiental. Sin embargo, esta contratación hace parte del proceso de consulta previa del Plan de Compensación en curso”, agregaron.

Así, a las décadas de conflicto con la empresa minera, se le añaden ahora los problemas de la instalación de los parques eólicos en el departamento. “Se están violando los derechos humanos”, denunció a DW un líder wayuu de la localidad de Albania, que avanzó que se producirá “un desplazamiento peor que durante el paramilitarismo en La Guajira”. Ello sería debido a que “la empresa no hace la consulta previa como debe hacerse”, explicó, apuntando a engaños y a falta de información precisa que provoca que los habitantes tengan que dejar sus hogares. “Lo único limpio que van a dejar es el territorio”, lamentó este líder que no quiere identificarse porque está amenazado.

Es la llamada “cara sucia” de las energías limpias, de la que alerta la sociedad civil. “La reactivación económica debe fomentar las energías renovables ya que hay compromisos climáticos internacionales que obligan a una transición urgente. No obstante, ésta no puede obviar aspectos como la existencia de comunidades indígenas en el territorio, sus usos y costumbres”, dijo a DW Karla Maas, vocera de la organización Climate Action Network en América Latina, que aboga por una reactivación económica transformadora y justa en la región.

(er)