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La integración empieza en la escuela

Victoria Dannemann27 de julio de 2012

Escolares de familias inmigrantes, comprometidos socialmente y con buenas notas reciben becas de la fundación alemana Start. Es un impulso para que desarrollen sus talentos y también un aporte a la integración.

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Imagen: START-Stiftung/Dieter Roosen

“Si te quedas atrás en la educación es difícil encontrar el camino de la integración”, indica Andrea Bartl, directora ejecutiva de Start, fundación alemana que apoya a jóvenes de familias inmigrantes. Esta institución pionera da becas a escolares a partir del noveno o décimo grado hasta que finalizan el colegio.

Para muchos jóvenes inmigrantes, tener éxito en sus estudios representa un gran desafío y no siempre cuentan con el apoyo necesario en casa, debido a que los padres muchas veces hablan otro idioma. Las realidad de Alemania –casi un millón de inmigrantes el 2011- plantea un enorme desafío, y a nivel de educación surgen oportunidades para fomentar una mejor integración.

Das Stipendienprogramm START
Amistad entre culturas: María von Behring junto a su equipo de fútbol “Saarland + Messi”, en un campeonato con becados de Start en Hamburgo.Imagen: Volkan Inak

Desde hace 10 años, la Fundación Start cuenta con este programa de becas para escolares con trasfondo migratorio. Su objetivo es potenciar las capacidades de estos jóvenes y darles el empujón inicial. “Start significa para nosotros el comienzo de encontrar qué puedo hacer con mi vida y cómo usar mis talentos en una forma apropiada para conseguir mis metas”, explica Andrea Bartl.

Compromiso con la escuela y la sociedad

Muchos de estos chicos llegan a Alemania junto a sus padres que buscan trabajo, o son la segunda o tercera generación que ha nacido en este país. Para postular a la beca Start deben cumplir con algunos requisitos, como provenir de una familia extranjera, tener un compromiso social que se exprese en ayuda a otras personas de la comunidad o la escuela, y buenas notas. También influye la situación financiera: el 60% de los jóvenes becados pertenecen a familias con algún tipo de ayuda social.

La beca consiste en una mensualidad de 100 euros para materiales de la escuela, un computador portátil y una impresora, y una cuota anual para viajes de estudio, cursos de idioma en el extranjero y otras actividades.

Tan importante como el soporte económico, son los seminarios que organiza Start y en los que reíune a todos sus becarios. Con temas como democracia y participación, retórica, medios, música, ciencias, arte, estudio y vocación, entre muchos otros, se entregan herramientas para desarrollar e identificar mejor los intereses y aptitudes. Además, los becarios conocen a un grupo de jóvenes muy diverso, proveniente de todos los rincones del planeta. Nacen amistades y se hacen realidad ideales como la tolerancia, el diálogo entre culturas y la integración.

No sólo buenas notas

“En Alemania hay muchos chicos y chicas que nacieron acá o vinieron de dos o tres años, pero en su casa viven otra cultura. Muchos tienen dificultades para combinar las dos culturas o también el idioma”, dice María von Behring.

Esta joven de 19 años, nacida en Frankfurt –cuyos padres vinieron desde Argentina en 1990-, acaba de teminar el colegio con un excelente promedio. Antes de ingresar a la universidad, partirá por un año a Sudáfrica a ayudar a ninos en situación de pobreza y discapacitados.

Das Stipendienprogramm START
10 años de Start: El presidente federal Joachim Gauck en la celebración junto a los jóvenes becarios.Imagen: START-Stiftung/Erol Gurian

Junto con finalizar el colegio, termina también la beca que recibió durante cinco años por su compromiso social y buenas notas. Agradecida, reconoce que Start le ha abierto muchas posibilidades de crecimiento, tanto en la escuela como en el fútbol, que es una de sus pasiones.

“Si se calcula todo el dinero de la beca, además del computador, es un montón, que gasté en muchos libros, cursos, viajes. Pero para mí lo más valioso es toda la gente que uno conoce, los amigos nuevos, uno participa en seminarios nacionales en otras ciudades, y conoce a chicos y chicas de otros lugares y países. Se aprende mucho de la cultura y la religión”, cuenta.

Cosechando futuro

Como María, más de 1400 jóvenes de toda Alemania se han beneficiado con esta ayuda. Actualmente, hay 712 becados con orígenes en 78 países diferentes. La mayoría –el 22%- proviene de Turquía. Le siguen más abajo estudiantes de Vietnam, Rusia, Afganistán, Irak , Kasajastán, Líbano y otros. Entre ellos, hay nueve latinoamericanos.

La ayuda recibida se ha transformado en resultados concretos. 670 jóvenes becados ya finalizaron la escuela y rindieron con éxito el Abitur, la prueba final del sistema escolar alemán. De ellos, un 8% obtuvo la calificación máxima (1,0) y un 27% sacó un promedio sobresaliente de entre 1,1 y 1,5.

Un grupo de 100 socios, entre privados, empresas, instituciones, municipios y ministerio de Educación, aportan a esta inciativa. La promoción de estos escolares abre una puerta para el desarrollo personal y la integración en una Alemania cada día más diversa. Para Andrea Bartl, directora ejecutiva de Start, esto implica un fuerte compromiso y sentido de responsabilidad social que los jóvenes también adquieren en este programa.

“Yo pienso que los que terminan el colegio pueden encontrar fácilmente el camino de qué hacer y cómo usar sus talentos –dice Andrea Bartl-. Si tienes sentido de responsabilidad social, es muy importante ser parte de la sociedad y hacerse responsable”.

Para María von Behring, en tanto, la etapa junto a Start acaba, pero comienza una muy importante, en la que pondrá al servicio de otros mucho de lo que ha aprendido. A través de estos jóvenes becarios, la integración se va convirtiendo en una realidad.

Autora: Victoria Dannemann

Editor: Enrique López