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Teletrabajo y pandemia: a mejor vivienda, más productividad

2 de junio de 2021

Muchas empresas seguirán recurriendo a la flexibilidad del trabajo en casa después de la pandemia. No sin que surjan nuevos problemas.

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Norman Betram es afortunado. Él puede trabajar desde su casa en Croacia, con vista al Mar AdriáticoImagen: Nikolina Tomasović-Bock/DW

Después de la pandemia, la vida laboral será más flexible. Las grandes empresas, en particular, apostarán más a la flexibilidad, como SAP: en el futuro, el gigante del software dará a sus empleados total libertad para decidir si trabajan desde casa, en la calle o en la oficina. "Queremos dar a nuestros empleados la posibilidad de elegir", subraya la jefa de marketing de SAP, Julia White, en entrevista con la agencia de noticias Reuters. Justo a tiempo para el 1° de junio, la empresa, con sede en Walldorf, envió una comunicación a sus cerca de 100.000 empleados, prometiendo un "lugar de trabajo 100% flexible y basado en la confianza como norma, no como excepción". En una encuesta realizada a los empleados, el 94% de ellos se mostró a favor de este enfoque, según Julia White.

Así, SAP va un paso más allá que muchas otras empresas en la flexibilización del trabajo. El Deutsche Bank y el Commerzbank, por ejemplo, permiten a sus empleados pasar cierto tiempo de trabajo en casa. En consorcios digitales como IBM o SAP, el trabajo en red fuera de la oficina de la empresa forma parte del alma corporativa desde hace tiempo. Ya se han puesto en marcha importantes pruebas piloto en Londres, Sydney y Zúrich, según SAP. La empresa también quiere aprovechar la tendencia hacia el teletrabajo. Al fin y al cabo, subraya White, SAP dispone de la tecnología necesaria para ayudar a los clientes interesados a hacer precisamente eso.

Buena opción, pero no para todos

Sin embargo, no todos los empleados quieren prescindir de la oficina. El factor decisivo para el éxito del trabajo en casa es la situación de vida, no tanto el tipo de trabajo. Este es el resultado central de un amplio estudio sobre las oportunidades y los riesgos del "home office”. Según un estudio de la Universidad Técnica de Darmstadt, la introducción generalizada del trabajo desde casa puede dividir a la sociedad. Para quienes habitan en apartamentos muy pequeños y cuidan a sus niños, el teletrabajo se puede convertir en un estrés constante. Si no hay una habitación extra disponible, la cocina, la sala o el dormitorio tienen que servir de oficina, y el nivel de estrés aumenta aún más.

Los resultados del estudio de Darmstadt pintan un cuadro diferenciado: más de un tercio de los empleados dijeron que eran menos productivos trabajando en casa que en la oficina. "El modo de vida de las personas dice mucho sobre si pueden trabajar con éxito desde casa", concluye Andreas Pfnür, director del departamento de economía inmobiliaria y gestión de la construcción de la Universidad Técnica de Darmstadt.

"La calidad de la vivienda es más determinante que el tipo de trabajo o el número de hijos", dice Pfnür, quien revela que "cuanto más satisfechos se sienten los encuestados con la situación de su vivienda, su ubicación y sus servicios, más productivos son en su oficina en casa”.

Los empleados más jóvenes, en particular, que suelen vivir en apartamentos más pequeños, suelen quejarse del aislamiento y de la falta de interacción con los compañeros de la oficina. Además, está el aspecto del desarrollo profesional: "La interacción social directa con los compañeros, la posibilidad de aprender de los más veteranos y las oportunidades profesionales son menores en la oficina doméstica", apunta Pfnür, "por lo que una parte de la identificación con el trabajo desaparece para los empleados jóvenes". Esto disminuye su satisfacción con la vida.

Teletrabajo y condiciones de vivienda

Ahora, se perfilan dos mundos. Por un lado, hay empleados con trabajos atractivos que pueden vivir cómodamente en sus apartamentos. Por el otro, hay personas que viven en circunstancias más pobres y sufren en la oficina doméstica viendo reducida su producción. "La oficina en casa va camino de convertirse en un símbolo de estatus para los ganadores de los nuevos mundos laborales", es la conclusión de Andreas Pfnür. Él y su equipo quieren complementar los resultados del estudio con datos del extranjero y recopilar recomendaciones para los empresarios, la política, la industria inmobiliaria y la planificación urbana.

(jov/er)