Un juego muy serio
12 de julio de 2010El hecho de que ningún diario le haya dedicado su primera plana no le debería restar relevancia a la cumbre que acaba de tener lugar en la capital uruguaya: del 5 al 11 de julio, cien estudiantes de secundaria provenientes de Alemania, Argentina, Austria, Brasil, Costa de Marfil, España, Ghana, Luxemburgo, México, Paraguay, Suecia y Uruguay se reunieron en Montevideo para participar en el primer Parlamento Juvenil Internacional, un taller organizado por el Instituto Goethe de Uruguay y auspiciado por la Unión Europea (UE).
Jóvenes de 16 a 18 años conformaron comisiones de trabajo para discutir sobre la manera más efectiva de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, siguiendo los lineamientos protocolares de la Asamblea de las Naciones Unidas y los del Parlamento Europeo en debates estudiantiles muy especiales: se trata de “simulaciones” en las que los participantes asumen las responsabilidades y el poder de decisión de líderes políticos mundiales que, usualmente, ellos sólo han visto en los medios.
Aprendiendo a decidir
“Los estudiantes debatieron en torno a los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio en diferentes mesas de trabajo, siguiendo las guías de los respectivos expertos con miras a presentar sus resoluciones al final de las sesiones. Éstas fueron defendidas por sus autores en la Universidad de la República de Uruguay, en un evento de cinco horas que tuvo lugar el viernes [9.7.2010]”, cuenta Alexander Kruckenfellner, coordinador del Parlamento Juvenil Internacional y director académico del Instituto Goethe de Uruguay.
Se equivoca quien cree que este juego de roles culmina tras la concepción y presentación de las ideas formuladas en las distintas comisiones. La simulación del debate parlamentario llega a su final sólo cuando los participantes hacen oír sus voces para decidir cuáles resoluciones serán aceptadas, cuáles no y cuáles ameritarán correcciones. “Algunas de ellas fueron rechazadas”, asegura Kruckenfellner, “eso demuestra que nadie vino al Parlamento Juvenil Internacional a aceptar de antemano lo que los unos o los otros hicieran”, agrega.
Poliglotismo, meta cumplida
Cabe enfatizar que las discusiones se desarrollaron en alemán, español, portugués, francés e inglés. Después de todo, aparte de confrontar a los jóvenes con los problemas globales actuales y familiarizarlos con el protocolo de las asambleas parlamentarias internacionales, la otra meta de este evento era fomentar la interacción entre estudiantes africanos, latinoamericanos y europeos; no a pesar de sus diferencias idiomáticas, sino precisamente apelando al poliglotismo. “El objetivo de promover el multilingualismo se alcanzó plenamente”, dice Kruckenfellner.
“A veces me quedaba sin palabras al ver a los jóvenes hablando entre ellos, cambiando de un idioma a otro”, añade el directivo del Instituto Goethe de Uruguay. “Pero también me gustó mucho el hecho de que, entre los profesores que asistieron para apoyar a sus alumnos, se evidenciara el deseo de tener un contacto más estrecho. Ya se está hablando de organizar parlamentos juveniles regionales en África, Centroamérica y Suramérica”, señala Kruckenfellner; a sus ojos, el Parlamento Juvenil Internacional es el preludio de interesantes proyectos aún por nacer.
¿Un modelo eurocentrista?
Sin embargo, esta actividad didáctica –a medio camino entre una cátedra práctica y un juego– no solamente despierta admiración, sino también recelo, precisamente por estar inspirada en el Modelo de Naciones Unidas (MNU) y el Modelo de Parlamento Europeo (MEP, son sus siglas en inglés), estándares de instituciones percibidas como legitimadoras de las relaciones de poder vigentes a escala global. “Desde una perspectiva idealista, estos modelos invitan a la juventud a que tome consciencia de las carencias del ser humano en distintas latitudes”, observa Juan Pablo Quintero, un internacionalista venezolano que asistió a simulaciones del MUN durante sus estudios universitarios.
“Pero muchos creen que estos modelos reproducen un pensamiento hegemónico que ha sido puesto en entredicho. A la ONU se le reprocha el hecho de estar al servicio de los intereses de los poderosos, de no propiciar una genuina representación de las naciones pequeñas, de ser una herramienta para establecer un gobierno mundial que tiene como élite a los países más industrializados y ricos, que defienden una idea de desarrollo específica y cuyas nociones de cultura pasan por el tamiz de las culturas europeas”, explica Quintero.
La perspectiva global
¿Se le está ofreciendo a los estudiantes de África y Latinoamérica un modelo eurocentrista que no pueden poner en duda por su juventud y falta de experiencia? Kruckenfellner responde: “Nosotros adaptamos ciertos procesos del Parlamento Juvenil Internacional al MEP, pero no todos. Para nosotros era muy importante que los puntos de la agenda aludieran por igual a los participantes de todos los continentes. Ocho expertos se cercioraron de que las resoluciones finales trascendieran la realidad y los problemas de los países representados en el parlamento”.
¿Había especialistas africanos y latinoamericanos entre los expertos de las ocho mesas de trabajo? “Había expertos latinoamericanos y europeos, pero, lamentablemente, no contamos con expertos africanos”, admite el coordinador del proyecto. “Sin embargo, un uruguayo cuyo trabajo académico en la universidad está centrado en África apoyó a los jóvenes en todo lo que concernía a ese continente. Además, como dije antes, todos los expertos, independientemente de sus orígenes, sabían que los Objetivos de Desarrollo del Milenio debían ser tratados desde una perspectiva global. Y eso se evidencia en las resoluciones”, apunta.
Un evento bienal
Los resultados de las sesiones del primer Parlamento Juvenil Internacional se darán a conocer en la página web del Instituto Goethe y en un blog del proyecto, pero también serán enviadas a la UE, a instituciones juveniles de los países participantes y a la ONU, el organismo que fijó los Objetivos de Desarrollo del Milenio en el año 2000. Todavía está por decidirse dónde se celebrará el Parlamento Juvenil Internacional de 2012: “Es importante que el próximo tenga lugar en África, pero hay que ver qué países están dispuestos a organizar este evento allá; eso dependerá de la capacidad que tengan para financiarlo”, adelanta Kruckenfellner.
Autor: Evan Romero-Castillo
Editor: Enrique López Magallón