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Terremoto en Siria: ayuda humanitaria con obstáculos

Diana Hodali | Kersten Knipp | Khaled Salameh
7 de febrero de 2023

Después del devastador terremoto en Siria, los trabajadores humanitarios internacionales difícilmente podrán evitar colaborar con el régimen criminal de Assad. Además, se enfrentan a otros obstáculos.

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Hombre sirio sentado delante de escombros y ruinas.
Un sirio sentado ante las ruinas de su casa en la ciudad de Jandaris.Imagen: Aaref Watad/AFP

Mucho antes del amanecer, el primer temblor violento despertó a Khawla y a sus dos hermanos en la ciudad de Idlib. "Estábamos tan asustados que al principio no sabíamos qué iba a pasar", dice a DW por teléfono. "No había opción de salir de la casa. Mis dos hermanos están enfermos, hace mucho frío. ¿A dónde íbamos a ir?".

La casa tembló, pero sigue aún en pie. "Muchas casas ahora sí están en peligro de derrumbarse. Pero aquí no hay refugios de emergencia, no hay lugares seguros. Hay personas que han estado en la calle por miedo o sentadas en sus autos desde anoche", cuenta.

Khawla, de 47 años, quien se negó a dar su nombre real, es de Idlib, la capital de la última provincia en el noroeste de Siria cerca de la frontera turca y en manos de los rebeldes e islamistas sirios. Cientos de personas ya han muerto en los terremotos de este lunes 6 de febrero en el norte de Siria.

El dilema de financiar al régimen de Assad

Entretanto, ya comenzó a enviarse ayuda a Siria. Sin embargo, Anita Starosta, experta en Siria de la organización Medico International, cree que hay obstáculos, por ejemplo, en ciudades como Alepo, controladas por el régimen de Assad. El presidente Bashar al-Assad ya prometió ayuda y pidió apoyo a la ONU, "pero eso significa que en estas áreas en particular, no se podrá evitar coordinar la ayuda a través de Assad, si ha de venir del lado internacional".

Y esto es problemático, "porque sabemos, por el pasado, que todo el dinero de la ayuda que pasa por el régimen y Damasco, también se destina a financiar la estructura del régimen, es decir, a las organizaciones de ayuda que están vinculadas a la familia Assad".

André Bank, del Instituto GIGA para Oriente Medio en Hamburgo, confirma que esto ya se ha observado en el pasado. Durante la pandemia de coronavirus, el régimen intentó hacer acopio de las vacunas y otros envíos médicos para repartirlos a ciertos grupos.

"Esto muestra lo selectivo y políticamente orientado que está el régimen. Es decir, la única conclusión que se puede sacar es que los países occidentales no pueden cooperar con el régimen", sugiere. Según Bank, ya hay indicios de que Damasco está tratando de explotar el terremoto para sus propios fines.

El activista germano-sirio Safouh Labanieh es también escéptico al respecto. La experiencia ha demostrado que el régimen no quiere ayudar a los ciudadanos: "Creo que incluso ahora está tratando de explotar la tragedia para monopolizar la ayuda y recuperar la legitimidad internacional".

Grupo de rescate en Jandaris, Siria.
Rescatando a la gente bajo las ruinas en la ciudad de Jandaris, Siria.Imagen: Khalil Ashawi/Reuters

Frontera sirio-turca: ¿abierta?

También es difícil facilitar ayuda a la provincia de Idlib, que no está controlada por Assad. Allí viven alrededor de 4,8 millones de personas y, hasta ahora, ha sido problemático ofrecerles suministros. Toda la ayuda humanitaria para ellos pasa por el paso fronterizo turco-sirio en Bab al-Hawa, el único garantizado por una resolución de la ONU.

La ministra alemana de Exteriores, Annalena Baerbock, exigió abrir las fronteras entre ambos países. André Bank cree que es una propuesta viable, entre otras cosas, porque "Occidente evitaría también muchos grupos con los que no quiere trabajar".

El papel de Turquía

La apertura de más pasos fronterizos facilitaría la ayuda, coincide Anita Starosta de Medico International: "La ayuda que se brindó allí incluso antes del terremoto no fue suficiente y, a menudo, no llega. Ahora es invierno y hace frío. Es por eso que la gente en los campos de refugiados, pero también en las áreas destruidas en Idlib, dependen más que nunca de la ayuda internacional".

La cuestión es si "Turquía permitirá un corredor humanitario para llevar a afectados y refugiados a un lugar seguro o se cejará en su política y mantendrá las fronteras cerradas", pregunta y responde Starosta: "Desgraciadamente, es más probable que pase lo segundo".

(rmr/rml)