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Terrorismo estremece a Madrid

ers11 de marzo de 2004

Mientras las víctimas fatales bordeaban ya los dos centenares y Madrid recibía la solidaridad del mundo entero, el gobierno atribuyó los atentados al terrorismo vasco de ETA, aunque quedan varias preguntas sin respuesta.

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Los restos de un vagón, en la estación de Atocha.Imagen: AP

En cualquier otro lugar del mundo, una serie de atentados como los que estremecieron esta mañana a Madrid, causando una verdadera masacre, habría hecho recaer de inmediato las sospechas sobre Al Qaeda. Tratándose de la capital española, sin embargo, este siniestro privilegio le corresponde a ETA. Tanto el presidente del gobierno, José María Aznar, como su ministro del Interior y otras autoridades, se muestran convencidos de que este baño de sangre fue obra del terrorismo vasco. Se alude, como prueba, al tipo de explosivos utilizados y al hecho de que recientemente se había logrado evitar golpes extremistas etarras.

Interrogantes pendientes

Pero los argumentos oficiales no terminaron de disipar las dudas sobre el verdadero origen de este brutal golpe, a juzgar por las insistentes preguntas de la prensa al respecto. En realidad, más de una interrogante queda pendiente. No sólo porque el jefe del proscrito partido nacionalista vasco Batasuna, Arnaldo Olegi, desvió las sospechas hacia el fundamentalismo islámico, sino porque la lógica obliga a plantear una pregunta obvia: si ETA pretendía demostrar que aún puede perpetrar un atentado espectacular ¿por qué no lo reivindica entonces? No parece tener sentido, considerando que el terrorismo busca precisamente publicidad, sembrando la muerte y la destrucción.

En cualquier caso, este atentado demuestra una notable capacidad organizativa. No es lo mismo poner un coche bomba en una esquina, para hacerlo detonar al paso de un vehículo de la guardia civil, que provocar explosiones virtualmente simultáneas, a la hora de más movimiento de pasajeros en los trenes suburbanos. Notable resulta que la ETA esté en condiciones de llevar a cabo semejante golpe coordinado, considerando que sus estructuras habían sido desbaratadas en gran medida. Hace poco más de un año se sostenía que el núcleo de la organización terrorista se había reducido a unos 50 individuos. También el balance de sus atentados parecía dar cuenta de un debilitamiento: 15 víctimas fatales hubo que lamentar en el 2001 y 5 en el 2002.

Galerie Bombenanschläge in Madrid
Más de mil heridos dejaron los atentados en Madrid.Imagen: AP

Nueva dimensión del terror

Esta es, en todo caso, es la peor serie de atentados que recuerde la capital española, y apunta a una nueva dimensión del terrorismo. Si la ha alcanzado ETA, sería motivo de sobra de preocupación. La otra hipótesis que se baraja fuera de las esferas oficiales madrileñas, no es menos aterradora: que los secuaces de Al Qaeda atacan ahora en plena Europa Occidental. Un escenario temido desde hace tiempo por las autoridades europeas, que a todas luces nadie quisiera ver en esta sangrienta jornada que enluta a España.

Sea como fuere, este sanguinario golpe enturbia, sin duda, el proceso democrático, faltando sólo tres días para las elecciones parlamentarias españolas. Es probable que el repudio de la ciudadanía a los atentados se traduzca en mayor apoyo al partido de gobierno, aunque también los socialistas respaldan la política de mano dura contra el terrorismo vasco. Más incierto sería el efecto si, en cambio, llegara a cobrar fuerza la hipótesis de la intervención del terrorismo islámico internacional. Pero intentar sacar dividendos partidistas de un hecho como éste sería una aberración.