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TI: la corrupción es un fenómeno transnacional

Luna Bolívar Manaut26 de septiembre de 2007

Si hay una mano que recibe, es porque existe una mano que da. Ninguna de las dos manos puede lavarse la responsabilidad, deja claro Transparencia Internacional (TI) en su Índice de Percepción de la Corrupción de 2007.

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Dos culpables en el soborno: quien da y quien recibe.Imagen: picture-alliance/dpa

“El índice tiene todos los años un impacto muy, muy grande. Lo sentimos no sólo por la respuesta de los medios, sino también por las reacciones que nos llegan de los gobiernos. Muchos se enojan mucho. Otros son más inteligentes y saben aprovechar el Índice para promover sus medidas anticorrupción, utilizándolo como plataforma”, dijo a DW-WORLD Silke Pfeiffer, directora regional para las Américas de Transparencia Internacional (TI).

Cada año, esta ONG con sede en Berlín elabora, por medio de encuestas y consultas a expertos y empresas, un Índice de Percepción de la Corrupción en el que 180 países aparecen calificados por su limpieza. “Hay que ser muy cautelosos a la hora de utilizar el Índice como un criterio para la cooperación internacional o para definir en qué país invertir o en cuál no, pero sí notamos que tiene mucho peso”, advierte Pfeiffer.

El Índice mide la percepción, y no la corrupción con cifras y datos. Sin embargo, es un buen instrumento para hacerse una idea de la difusión que en un sistema tienen las malas tácticas.

“Chile no es un caso a celebrar”

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¿Quién decide: la Justicia o el que paga?Imagen: AP

Chile es, según el Índice de Percepción de la Corrupción, el país más limpio de América Latina. Desde su puesto 22 en el ranking se codea, tres escalones por encima de España, que comparte puesto con Uruguay, con los Estados de Europa Occidental. Costa Rica se posiciona en lugar 46 y Cuba es la 61 de la lista.

“Es cierto que Chile, Uruguay, Costa Rica… siguen con niveles percibidos de corrupción bastante bajos, comparados con el resto del continente. Sin embargo, Chile figura, por ejemplo, entre los países que empeoró este año y no es un caso a celebrar”, asegura Pfeiffer.

El Salvador (67) y Colombia (68) siguen a Cuba en la enumeración. Perú, México y Brasil comparten el número 72, Argentina y Bolivia el 105, y los tres Estados latinoamericanos más corruptos son Ecuador (150), Venezuela (162) y Haití (177).

“En países como Chile, Uruguay y Costa Rica, encontramos una institucionalidad política mucho más fortalecida, mucho más consolidada que en países como Venezuela, Paraguay o Haití, donde las instituciones democráticas y de control [de la corrupción] son muy débiles”, añade la directora regional.

Los ricos también son responsables

Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda encabezan el Índice de este año. Los países de Europa occidental ocupan diversos puestos en el primer tercio de la lista: el peor situado es Grecia en el lugar 56, y Macedonia y Montenegro, en el 84, aparecen como los más corruptos en el este del continente. Alemania ocupa el lugar 16, pese a que el escándalo de corrupción en Siemens, una de sus empresas emblema, ha dañado mucho la imagen del país.

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Las empresas deben evitar la corrupción también en sus filiales.Imagen: BilderBox/DW

Irak, Myanmar (la antigua Birmania) y Somalia cierran el listado, a lo largo del que se puede trazar una relación entre pobreza y corrupción sobre la que los responsables de TI quieren llamar la atención, pero sin olvidar que “la corrupción es un fenómeno que cruza fronteras. Por tanto, hay una responsabilidad compartida. Todavía sucede que muchas empresas aplican un doble estándar: no sobornan en su propia casa, pero si invierten en un país extranjero sí lo hacen”, critica Pfeiffer.

Alemania: buena nota dentro, suspenso fuera

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La corrupción en Siemens fue un shock del que TI espera que Alemania aprenda.Imagen: AP

“La Ley prohíbe los actos de corrupción en el extranjero y se puede esperar de las empresas se muevan dentro de la legalidad. Si realmente éstas lo hacen o no, aquí tenemos nuestras dudas. Nos da la impresión de que muchas compañías no se han tomado muy en serio esa prohibición, que se hizo necesario fijar en 1999”, comenta a DW-WORLD sobre la situación en Alemania Hansjörg Elshorst, presidente de TI en el país.

Como recuerda Pfeiffer, hasta esa fecha de 1999 las empresas alemanas podían desgravar de la declaración de la renta los sobornos desembolsados en el extranjero, porque se consideraba que con ello estaban haciendo un bien a la nación, al potenciar el comercio internacional, y porque la corrupción en Estados menos desarrollados se consideraba como “algo normal”.

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La construcción: uno de los sectores más corruptos de Alemania.Imagen: AP

Además, indica la directora, “Alemania figura entre los pocos países del G-8 que no ha ratificado aún la Convención Anticorrupción de las Naciones Unidas, que es un marco global legal en contra de la corrupción y sí ha sido firmada por casi todos los países latinoamericanos.”

“Obviamente que en Alemania también hay corrupción, pero el sistema tiene anticuerpos para luchar contra esos casos. Existe un poder judicial, una prensa relativamente independiente. Casi no se da la corrupción que llamamos 'pequeña corrupción', que es esa que ocurre entre el ciudadano y la administración pública: en Alemania no pasa que un policía te pida un soborno, cosa que sí sucede en México, en Perú, en Ecuador. Pero Alemania tiene una responsabilidad compartida cuando hablamos de corrupción en América Latina”, dice Pfeiffer.