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Tildado de “desastre” viaje a EE.UU. del ministro alemán

13 de julio de 2013

El ministro del Interior, quien viajó para pedir explicaciones por el espionaje a Alemania, es criticado por no defender el derecho de sus compatriotas a la privacidad.

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Imagen: Reuters

Tras viajar a Washington para esclarecer el alcance del programa de vigilancia estadounidense PRISM –que espió llamadas telefónicas, correos electrónicos y otras formas de comunicación entre millones de personas en Alemania–, el ministro germano del Interior, Hans-Peter Friedrich, se ha convertido en blanco de severas críticas por no defender con vehemencia el derecho de la ciudadanía a la privacidad de sus datos. Los reproches provienen tanto de la oposición como de las filas del Gobierno.

A la mujer fuerte de Berlín, Angela Merkel, ya se le había echado en cara el hecho de no convertir este caso de espionaje en un asunto de Estado y de enviar a Friedrich como emisario, en lugar de entrevistarse directamente con su homólogo estadounidense, Barack Obama. Pero lo que muchos políticos no han tolerado es que Friedrich regresara a Alemania con un balance positivo de las conversaciones, cuando ni siquiera se reunió con los jefes de los servicios secretos de Estados Unidos.

Además ha resultado muy molesto el que Friedrich muestre comprensión por la aplicación que se le ha dado al programa de espionaje PRISM. “¡A la gente que vive en Alemania, esta actuación del ministro debe parecerle una burla! El mismo ministro que hace cuatro semanas afirmó que no existía ningún escándalo de espionaje quiere ahora cerrar la discusión con declaraciones insignificantes y supuestas concesiones”, dijo Peer Steinbrück, candidato de los socialdemócratas a la jefatura del Gobierno alemán, al diario Bild.

“¡Lisa y llanamente, Friedrich fracasó!”



Steinbrück instó a Merkel a pronunciarse sobre el asunto y a no esconderse detrás de Friedrich, quien ha intentado justificar la práctica de vigilancia global alegando que el programa estadounidense evitó 45 atentados terroristas alrededor del mundo, 25 de ellos en Europa y cinco de éstos en Alemania. La europarlamentaria verde Rebecca Harms acusa al Gobierno de coalición liderado por Merkel de asumir una “postura sumisa” frente a la Casa Blanca.

No obstante, miembros de esa misma alianza han alzado la voz para quejarse por las señales que está enviando Berlín. Gisela Piltz, experta en asuntos de política interior del Partido Liberal (FDP) –que apuntala al Gobierno de Merkel junto a la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU)–, sostiene que ni Alemania ni la Unión Europea (UE) deben resignarse a obtener explicaciones verbales en torno a PRISM, sobre todo cuando lo que está en juego no es solamente la vigilancia de actividades terroristas, sino también espionaje económico.

A juicio de Piltz, la visita de Friedrich a Washington sólo puede ser el comienzo del diálogo en esta materia. En la CSU, Ilse Aigner, ministra alemana para la Protección del Consumidor, ha demandado que se promueva la firma de un tratado internacional para la protección de datos, un convenio vinculante que valga tanto para las empresas privadas como para los Estados.

Otros políticos fueron menos diplomáticos: el jefe de la fracción parlamentaria de los socialdemócratas, Thomas Oppermann, tildó de “desastre” la visita de Friedrich a Estados Unidos. Y Steffen Bockhahn, diputado de La Izquierda en el Parlamento alemán, acusó a Friedrich de no haber hecho nada contra una “violación de la ley que está en pleno desarrollo”. El jefe de la fracción parlamentaria de Los Verdes en el Bundestag, Jürgen Trittin, dijo, por su parte: “¡lisa y llanamente, Friedrich fracasó!”.

ERC (dpa / AFP)

El socialdemócrata Thomas Oppermann tildó de “desastre” la visita de Friedrich (en la foto) a Estados Unidos.
El socialdemócrata Thomas Oppermann tildó de “desastre” la visita de Friedrich (en la foto) a Estados Unidos.Imagen: Reuters