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Triunfo sobre los piratas del feta

20 de octubre de 2002

Durante años Grecia luchó por el monopolio de la denominación "feta". Y ganó. Desde ahora en toda la Unión Europea sólo podrá nombrarse feta el queso de cabra producido en ciertas regiones griegas.

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No todo lo que se llamaba feta, era feta.Imagen: Das Fotoarchiv

Hasta el día de hoy a muchos ciudadanos europeos les vendieron gato por liebre, o más bien dicho queso por feta. Y es que a cualquier queso de cabra, sin tomar en cuenta su origen y elaboración, se le podía llamar feta. Pero esta denominación es desde hoy, por decreto, sólo aplicable a la especialidad 100% elaborada con leche de cabra, que se produce en algunas regiones griegas a usanza especial. Por ejemplo, el feta de la isla de Lesbos.

Salvado el orgullo nacional

La decisión de la Unión Europea causó algarabía general en Grecia, especialmente entre los productores del queso. La Comisión Europea ha otorgado un plazo de 5 años al resto de productores de los países miembros de la Unión para cambiar el nombre a sus intentos de feta o simplemente finalizar la producción de estos quesos pirata.

Los griegos lucharon por muchos años por defender lo que ellos denominan parte integral de su cultura culinaria. Los más exagerados incluso alegaban que se les quería robar este bien cultural. Ahora están sumamente agradecidos con los responsables de Bruselas, que han salvado su honra nacional, por lo menos la del queso, de los modernos piratas de denominación, la mayoría de ellos alemanes y ¡Oh vergüenza! - franceses.

Consumidores felices

El pleito data de 1999, cuando Dinamarca decidió que el feta no era una exclusividad griega. Después de todo ellos tienen un queso blanco de sabor muy parecido, sólo que, con el pequeño detalle de que es de leche de vaca. Así que sin darle mucha importancia al pequeño detalle, simplemente bautizaron a su queso igual de sabroso "feta" y así lo promovieron en el mercado.

Su error fue ignorar la existencia de una nómina elaborada en 1996 por la Unión Europea. Se trata de una lista de "platillos en peligro de extinción" que tiene como meta principal proteger una serie de especialidades de distintos países europeos.

La lucha en contra de los piratas del queso ha terminado. El feta ha corrido con suerte, lo mismo que el jamón de Parma, de Italia, y el queso Manchego, de España. Lo que no puede decirse del Edamer, Gouda o Camembert que no están protegidos pues, en opinión del Tribunal Europeo, son simplemente denominaciones generales y, en consecuencia, estos quesos se pueden producir en todas partes.

Grecia se alegra, los consumidores se alegran y con ellos las agencias de publicidad que ahora tendrán que inventar nuevos y sabrosos nombres para los quesos feta que han dejado de serlo, desde hoy.