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Trump declara la guerra comercial a China

Mischa Eberhardt
15 de junio de 2018

Trump impuso aranceles punitivos a productos de China por un volumen de 50 mil millones de dólares. Observadores hablan del “comienzo de una guerra comercial”, que también puede afectar la economía alemana.

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Imagen: picture alliance/AP Photo/A. Wong

Importaciones chinas por un volumen de unos 50 mil millones de dólares estarán sujetas a aranceles del 25%. Anteriormente, Trump ya había impuesto aranceles al acero y el aluminio que afectan a China y otros países como Canadá, México y la UE. La Casa Blanca, empero, no explicó desde cuándo exactamente iban a entrar en vigor las nuevas tarifas punitivas.

China, por su parte, ya había anunciado de antemano que reaccionaría de inmediato. "Si Estados Unidos impone medidas proteccionistas unilaterales contra los intereses chinos, vamos a tomar las medidas necesarias para proteger nuestros derechos e intereses legítimos", había advertido el portavoz del Ministerio chino de Asuntos Exteriores, Geng Shuang.

Lista de represalias

Beijing ya tiene una lista de represalias, también por un total de 50 mil millones de dólares. La medida de Trump, según su Gobierno, busca combatir las prácticas comerciales desleales de China. Cierto es que el gobierno de Pekín dificulta que compañías extranjeras se afinquen en el país, de acuerdo a su estrategia "Made in China 2025". El objetivo es promover competidores globales chinos en sectores industriales clave del futuro.

"Yo diría que nos estamos moviendo directamente hacia una guerra comercial", dice Karsten Junius, economista jefe del banco privado Safra Sarasin. "No son ataques aislados los que se disparan, sino que también hay fuego de respuesta con contramedidas, a las que les siguen nuevos ataques arancelarios”, concluye Junius, para quien "las cosas van de mal en peor”.

Disputa comercial: UE versus EE.UU.

La situación no es nada agradable, ni para Europa ni para Alemania. Desde principios de junio, EE.UU. exige más altos aranceles punitivos al acero y el aluminio a la UE. Bruselas, por su lado, activará contramedidas a principios de julio.

La lista europea de represalias incluye productos como zumo de naranja, jeans de marcas estadounidenses, whisky y motocicletas Harley-Davidson. Aunque son económicamente bastante marginales, estos productos se fabrican en regiones de EE. UU. donde los candidatos del Partido Republicano tienen un fuerte respaldo. Por cierto, Pekín pretende tomar represalias contra los productos estadounidenses en la misma dirección.

La disputa comercial afectará también la economía alemana. La incertidumbre en muchas empresas se ha incrementado notablemente, y ahora el Bundesbank ha reducido sus pronósticos de crecimiento económico para 2018. En lugar del 2.5%, solo espera un crecimiento del 2%. "Las incertidumbres sobre las perspectivas de la economía alemana son mucho más altas que antes", reconoció el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann. Las barreras aduaneras podrían afectar severamente la fuerte economía de exportación alemana.

Consecuencias aún manejables para Alemania

Así lo ve Carsten Brzeski, economista jefe de ING-Diba: "Una disputa comercial entre EE.UU. y China afecta a Alemania como el mayor exportador de autos a Estados Unidos. Ya conocemos a Donald Trump. Él no va a contentarse con atacar a China, sino que tratará de poner más barreras contra los europeos”. Y más ahora, tras la publicación este 15 de junio, de las estadísticas de Eurostat, que demuestran que el superávit de los países de la UE en el comercio con EE.UU. ha aumentado en un 17% en los primeros meses de 2018. Una situación que Trump critica y califica de "injusta”.

Aranceles de importación de alrededor del 25% a autos y repuestos alemanes le costarían a Alemania alrededor de cinco mil millones de euros. Según Eurostat, Alemania exportó automóviles de pasajeros valorados en 22 mil millones de euros a Estados Unidos en 2017. Eso equivale a más de la mitad de todas las exportaciones de automóviles de la UE a ese país.

Misha Ehrhardt (JOV/CP)