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Ucrania: “La UE no puede seguir de brazos cruzados”

Martin Koch (CP)20 de febrero de 2014

La escalada de violencia en Ucrania dejó un saldo de decenas de muertos. La UE no puede seguir mirando la crisis de brazos cruzados, dice Christoph Strässer, encargado de Derechos Humanos del Gobierno alemán.

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Christoph Strässer.
Christoph Strässer.Imagen: picture-alliance/spdfraktion.de/Susie Knoll/Florian Jänicke

Deutsche Welle: Sr. Strässer, ¿qué siente al ver las imágenes en la Plaza de la Independencia (Maidan), en Kiev?

Christoph Strässer: Son imágenes terribles las que estamos presenciando. En realidad, creíamos que en Europa ya no podía suceder algo así. Ahora verdaderamente hay que intentarlo todo, tanto de parte de la Unión Europea como de la comunidad internacional, para poner fin a la violencia.

¿Qué posibilidades tiene la Unión Europea de influir en los responsables de la crisis?

Esa es, en este momento, una de las preguntas más difíciles de responder. No sabemos si nuestro llamado, en especial al Gobierno de Ucrania y al presidente, dará resultado, o si se deberán instrumentalizar sanciones. No estoy seguro de que sea el momento adecuado, pero hay que remarcar que esa posibilidad existe, y que, en caso de duda, estamos dispuestos a ponerla en práctica.

¿Cuáles son las posibles sanciones?

Prohibiciones de viaje, por ejemplo, o el bloqueo de cuentas bancarias. Eso es lo que, probablemente, podría tener más efecto. Pero hay que pensarlo muy bien, porque ya hubo casos en los que las sanciones no fueron efectivas. Me parece importante mantener la presión, y si en los próximos días la situación empeora, entonces habrá que recurrir a las sanciones.

Pero hay que tener mucho cuidado con instrumentos como este. Pienso que se debería ponerlos en práctica solo si se puede excluir que afectará a la población. Sin embargo, creo que la situación ya es muy grave. Los opositores que llegaron a Alemania nos piden que actuemos, que en las cárceles se tortura.

¿Qué sabe acerca de la situación en Kiev?

Según sabemos, las protestas se están extendiendo por todo el país. La gente quiere un cambio, una reforma constitucional, quieren más derechos y quieren estar más cerca de Europa. Se trata de una revolución, un movimiento amplio que, de no tomarse medidas pronto en el sentido de lo que quieren los ucranianos, se extenderá por todo el país y ya no será controlable.

Protestas en la Plaza de Independencia de Kiev.
Protestas en la Plaza de Independencia de Kiev.Imagen: Reuters

Si la Unión Europea actúa en este momento basándose en su fundamento de valores, eso sería una señal muy fuerte, también para el debate interno en la Unión Europea. Y es una prueba de fuego para la UE. Por eso, desearía que podamos demostrar que, en lo concerniente a cuestiones relevantes para la unificación europea, hablamos el mismo idioma y somos capaces de actuar.

El problema de la oposición ucraniana es que es muy disímil y heterogénea. ¿Qué responsabilidad tiene la oposición en la actual escalada de violencia?

La oposición está conformada por diferentes posiciones, pero lo importante es que, si el Gobierno está dispuesto a dialogar, eso será bien recibido por todos los grupos opositores, que también tienen la oportunidad de aglomerar a los grupos más violentos y radicales. Si se llega verdaderamente a unas negociaciones sobre nuevas elecciones y una reforma de la Constitución, seguramente se recuperará la tranquilidad en la sociedad.

A comienzos de esta semana usted se reunió con el opositor Dimitri Bulatov. ¿Podría convertirse en un líder de la nueva Ucrania?

No creo que se pueda depositar esa esperanza en una persona por el momento. Pero sería muy recomendable escuchar las voces de la calle. En este movimiento de protesta hay diversos sectores de la sociedad civil, y se ha formado, en parte, también a partir de la Revolución Naranja. Sería muy amargo para esa gente ver, por segunda vez, que no tienen poder de codecisión. Muchas de las fuerzas opositoras también tienen la responsabilidad de confiar y de apoyarse en el amplio movimiento del que participa la sociedad de Ucrania.

Está claro que las dos fuerzas que dividen a Ucrania –una prorrusa en el este y una proeuropea en el oeste del país- existen hace muchos años. Pero no se trata de que gane ni la una ni la otra. Creo que tanto los responsables del Gobierno como los de la oposición deberían dejar en claro que Ucrania debe seguir siendo un Estado unificado e independiente. Ahora hay que tratar de finalizar la tarea que se comenzó hace varios años: la de retornar a un proceso de democratización.

Christoph Strässer (64) es desde fines de enero el nuevo encargado de Derechos Humanos y Ayuda Humanitaria del Gobierno alemán. Es jurista y fue antes presidente del Grupo de Trabajo Derechos Humanos en la bancada del Partido Socialdemócrata en el Parlamento.