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UE: ¿hacia el Tratado de Lisboa con Barroso como presidente?

19 de junio de 2009

En esta reunión de los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 países de la Unión Europea ha habido dos que, hasta más ver, han salvado el pellejo: el Tratado de Lisboa y el presidente de la Comisión Europea

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José Manuel Durao Barroso, actual presidente de la Comisión Europea, agradece el apoyo unánime de los jefes de Estado de la UEImagen: AP

Aunque temas como el refuerzo de los controles fronterizos en la Unión Europea y las difíciles relaciones con Irán no faltaron en la reunión de los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, la mayor atención se la llevó los temas candentes para el futuro inmediato de la Unión: lograr que Irlanda someta a referéndum otra vez el Tratado de Lisboa y la figura política a la cabeza del club europeo.

En cuanto al Tratado de Lisboa, al parecer ha logrado saltar por encima de uno más de los obstáculos en su carrera hacia ratificación. El primer ministro irlandés, Brian Cowen, anunció que éste se someterá a referéndum en octubre de este año. Dado que los irlandeses lo rechazaron el año pasado, el Gobierno exigía que se incluyeran ciertas “garantías” especiales antes de someterlo por segunda vez al voto popular.

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Gordon Brown, premier británico, en una conferencia de prensaImagen: AP

Garantías a Irlanda

Así, los irlandeses cuentan ahora con unas clásulas especiales que expresamente les permiten prohibir el aborto, su neutralidad militar y su propia política impositiva. Éstos puntos –con los que la UE de todas maneras no habría tenido que ver- no serán parte del Tratado de Lisboa; se trata más bien de una preparación sicológica para el referéndum.

Después de largas negociaciones, el primer ministro británico, Gordon Brown, cedió al fin y accedió a las controvertidas garantías exigidas por Irlanda. Los juristas de la UE prepararon el complicado documento para que complazca a dios y al diablo. Ahora se trata de someter el Tratado de Lisboa otra vez al visto bueno de los irlandeses, quienes –dada la crisis económica- tienen ahora una mejor opinión de la UE que hace un año.

¿A final de año?

De ser aceptado por Irlanda, el Tratado de Lisboa podría entrar en vigor a final de año. Faltan sólo las firmas de ratificación de los presidentes de Polonia y República Checa–los dos euroescépticos, que esperan los resultados de Irlanda. También la firma del presidente alemán, Horst Köhler, falta. Éste espera a un fallo del Tribunal Constitucional de Karlsruhe: la constitucionalidad del nuevo tratado de la UE se había puesto en duda.

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Brian Cowen, primer ministro irlandésImagen: AP

Concesiones a Gran Bretaña

A cambio de aflojar frente a Irlanda, Gran Bretaña también recibió concesiones: las competencias de las nuevas autoridades reguladoras de bancos, aseguradoras y mercados financieros no serán tan amplias como las había propuesto la Comisión Europea. Habrá dos nuevos gremios: el Sistema Europeo de Control Financiero y El Consejo Europeo de Riesgo Sistémico. Pero éstos no podrán dictarle a los Estados miembro de la UE lo que tienen que hacer, mucha la responsabilidad del control financiero quedará en las manos nacionales, algo que a Gran Bretaña le era muy importante. Se ha pospuesto la decisión en cuanto al papel del Banco Central Europeo (BCE) en la evalución de los riesgos; Gran Bretaña –que no ha adoptado el euro- querría que su papel sea lo más reducido posible.

Barroso, el otro gran tema

Los 27 jefes de Estado y de Gobierno se decidieron a favor de un segundo mandato para el actual presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. Sin embargo, en el Parlamento Europeo –que tiene que elegirlo- existen opiniones divididas en cuanto al “camaleón” portugués.

Si los jefes de Estado aprecian en Barroso su flexibilidad y su casi ausencia de ideología, sus enemigos lo acusan de falta de una línea clara. Los socialistas europeos se han pronunciado en su contra; los Verdes de Daniel Cohn Bendit, también. Pero éstos, en realidad, no tienen alternativa y la suma de conservadores –la mayor fuerza en el Parlamento Europeo- y liberales podría darle la mayoría necesaria al actual presidente de la Comisión; así que -contando con el apoyo político unánime que le dieron al final de esta cumbre- tanto Durao Barroso como el Tratado probablemente hayan salvado el pellejo.

Autor: Riegert/Hasselbach/Banchón
Editor: Enrique López