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UE: la extrema derecha une fuerzas

Ralf Bosen /ERS12 de noviembre de 2013

El avance del populismo en Europa hace surgir temores de bloqueo en el Parlamento Europeo, máxime porque la extrema derecha planea coordinar esfuerzos para las elecciones de la eurocámara del año próximo.

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Marine Le Pen, en un encuentro del Frente Nacional, en mayo.Imagen: picture-alliance/dpa

Lo que casi nadie creía posible, se hizo realidad: una facción de políticos reaccionarios del Tea Party sumió a la superpotencia estadounidense en una crisis presupuestaria. Con gran esfuerzo, el presidente Obama logró evitar por ahora caer en la cesación de pagos. Más de algún político europeo habrá pensado que algo así no podría suceder en el Viejo Continente. Pero ese podría ser un error, porque no se descarta que en el futuro también el Parlamento Europeo pueda ser escenario de una política de bloqueo de fuerzas reaccionarias.

Si los partidos euroescépticos y populistas ganan terreno en las elecciones del Parlamento Europeo en 2014, incrementarán su influencia. En Bruselas no se cuenta con que lleguen a paralizar a la UE, pero cada vez se manifiestan más temores de que puedan torpedear o frenar proyectos de ley u obstaculizar el trabajo de la Eurocámara.

Encuentro populista

El bando populista de derecha es el que más se está movilizando. Los detractores de la UE franceses y holandeses, liderados por Marine Le Pen y Geert Wilders, respectivamente, se proponen trabajar juntos. A través de Twitter, Wilders anunció un encuentro con Le Pen para este 13 de noviembre, destinado a hablar sobre una estrategia conjunta con miras a los comicios europeos. Francisca Keller, europarlamentaria de Los Verdes, piensa que centrarán su atención principalmente en la política de inmigración. “Si queremos extraer las consecuencias de la tragedia de Lampedusa y reforzar la inmigración legal, tendremos que prepararnos para una dura contienda”, indica.

Gert Wilders.
Gert Wilders.Imagen: AP

También otros políticos europeos están inquietos. “El surgimiento del populismo es el fenómeno social y político más amenazante en Europa”, señaló por ejemplo el primer ministro italiano, Enrico Letta, al New York Times. “Tenemos que hacer algo en contra”, agregó, puntualizando que “de lo contrario, en 2014 tendremos el Parlamento Europeo más antieuropeo que jamás hayamos tenido”.

El negativo efecto del abstencionismo

En casi todos los países de la UE ganan peso partidos de derecha populista y euroescépticos. Temas como la inmigración, la política de ahorro, la salida de la Unión Europea o el rechazo al euro dominaron los últimos comicios.

Por otra parte, también una alta abstención electoral puede favorecer a estos sectores. En las elecciones del Parlamento Europeo de 2009, la participación apenas superó el 43 por ciento, siendo inferior a los índices de entre 60 y 70 por ciento que suelen registrarse normalmente en comicios legislativos o parlamentarios de países democráticos.

“Mientras mayor sea el abstencionismo y la indiferencia del electorado, más fácil es para las fuerzas radicales conseguir mayorías”, explica en entrevista con DW Sergey Lagodinsky, de la Fundación Heinrich Böll (cercana a Los Verdes). Además, hace notar que la frustración política general impulsa a los electores a inclinarse por partidos alternativos.

Sergey Lagodinsky.
Sergey Lagodinsky.Imagen: S.Lagodinsky

Populistas aislados

De acuerdo con informaciones de la TV alemana, estrategas políticos de Bruselas prevén que tras los próximos comicios, hasta un 20 por ciento de los miembros de la eurocámara serán partidarios de disolver el Parlamento Europeo. Actualmente, solo 60 de los 765 eurodiputados pueden ser considerados euroescépticos. “Si dentro del Parlamento se forma una agrupación relativamente fuerte que trabaje en contra de ese mismo Parlamento y de la Unión Europea, el mensaje tendría gran fuerza simbólica”, dice Lagodinsky, indicando que eso sería lo peor de todo.

No obstante, los detractores de la UE estarán relativamente aislados, a diferencia de lo que ocurre con el Tea Party que, como parte del Partido Republicano, puede ejercer mayor influencia en la política estadounidense. Así lo afirma Lagodinsky, advirtiendo sin embargo que “el peligro radicaría en que otros partidos conservadores, pero también algunos de izquierda, cayeran bajo el influjo del populismo”.