UE-México: "empezar por buscar desaparecidos"

A abril de 2018, en el Registro de Personas desaparecidas o no localizadas en México había 37.435 nombres. Pero según Raymundo Ramos, del Comité Estatal de Derechos Humanos de Nuevo Laredo (CEDHNL), en este momento hay más 50.000 desaparecidos.

Tanto Ramos como Juan Carlos Trujillo, de la asociación Familiares en Búsqueda,  estuvieron en Bruselas, amparados por organizaciones como Amnistía Internacional, para aportar su información y recomendaciones al Diálogo de Alto Nivel entre la Unión Europea y México.

Este país tiene desde el año 2000 un acuerdo económico con el bloque europeo, que incluye también la cooperación y el diálogo político. Uno de sus instrumentos es el diálogo sobre derechos humanos, que tiene lugar más o menos cada dos años.

Primero víctimas, luego activistas

Una de las recomendaciones que Juan Carlos Trujillo hizo llegar a ese diálogo fue la creación de una comisión de búsqueda de desaparecidos. "Hay que encontrarlos, vivos o muertos. Eso sería regresar a la vida a muchísimas familias de México”, dice a DW.

Trujillo  -activista que forma parte de  la plataforma "Haz que se vean”, que tiene fondos de la UE- es miembro de una familia rota por la desaparición de cuatro de sus hermanos: dos en 2008, dos en 2010. Su familia se dedicaba a la recuperación de metal. 

Junto con su madre, María Herrera, se dedicó a su búsqueda; en su labor fueron acompañando y asesorando a muchas otras familias de desaparecidos.

Su asociación "Familiares en Búsqueda” formó parte del encuentro que las organizaciones de la sociedad civil suelen tener antes del "diálogo”. Sus recomendaciones llegan a la sala.

Todo bien, sobre el papel

El comunicado conjunto posterior al encuentro habla de un acuerdo firme para promover y proteger los derechos humanos.

"El diálogo incluyó una amplia gama de temas como la tortura, las desapariciones, la lucha contra la impunidad, el uso de la fuerza, la situación de los defensores de derechos humanos y los periodistas”, dice la información oficial. Con buenos ojos se ve la participación de México en la iniciativa de la UE y la ONU contra la violencia contra mujeres y niños; también su colaboración en la próxima cumbre internacional contra la pena de muerte. igualmente se le tiene muy a bien su postura a favor del multilateralismo en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

"La complicación radica en la falacia mexicana cuando se trata de derechos humanos”, explica Trujillo. "Sí le ponen atención al tema, pero no ofrecen soluciones. En términos de su aplicación, el derecho no existe en México”, sigue el activista, quien se enfrenta a hostigamientos y amenazas por su labor.

En su opinión, "en México se está generando una burocracia demasiado grande, que es inoperante ante la ley no escrita que está en amasiato con el narcotráfico”. De un nivel de impunidad del 80% habla Amnistía Internacional.

"Buscar la justicia fue mi primer error. Me equivoqué”, sigue Trujillo. Su esperanza está puesta ahora en la búsqueda de la verdad. "Primero quiero verdad para pensar después en qué tipo de justicia quiero”, afirma.

En el clima de descomposición social que impera en su país, el activista opina que la ayuda internacional debe enfocarse, primero, a la búsqueda de los desaparecidos.

"Cualquier mecanismo que se cree con la cooperación internacional debe empezar por fortalecer la búsqueda”, afirma Trujillo. Según su análisis, "habría que buscar responder la pregunta de a quién le conviene que no se los encuentre”.

En cualquier caso, "nuestra esperanza está puesta en los mecanismos internacionales, también en la UE”, dice a Trujillo. "México no es capaz de resolver su problema solo. Ni social ni institucionalmente hay condiciones”, concluyó.

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