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Un alemán tras las barras en China

Christoph Ricking / Evan Romero-Castillo14 de julio de 2012

Un alemán que transportaba obras de arte a China y una de sus colegas han sido detenidos bajo el cargo de engañar a las autoridades aduaneras. De no resolverse pronto, este caso puede ensombrecer el diálogo sino-germano.

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Imagen: picture-alliance/dpa

En los últimos años, tanto los políticos y empresarios alemanes como los chinos se han esforzado en acercarse los unos a los otros, encontrándose cara a cara cada vez que sus agendas lo permiten, para consolidar las relaciones bilaterales y derrumbar las barreras que impiden una negociación fluida entre iguales. Esta tarea es ardua y a veces se ve dificultada por malentendidos, gestos o acciones que hieren las sensibilidades, bien sea en Berlín o en Beijing. Esos son los riesgos constantes de la comunicación intercultural.

Como muestra, un botón: el diálogo sino-germano se ha enfriado desde finales de marzo, sobre todo en materia jurídica, tras el encarcelamiento de Nils Jennrich en China. A éste ciudadano alemán y a su colega china Lydia Chu se les ha acusado de contrabandear obras artísticas, y todos los esfuerzos diplomáticos realizados para pagar una fianza y liberarlos han fracasado hasta el momento. Hasta su detención, Jennrich trabajaba en Pekín para Integrated Fine Art Solutions (IFAS), una empresa transportadora de obras de arte.

Torsten Hendricks, directivo de IFAS, dijo a Deutsche Welle que Jennrich sufre mucho bajo las condiciones en que está encarcelado. “Él comparte una celda con quince hombres desde hace tres meses a una temperatura cercana a los 40 grados y sin ventilación alguna”, declaró Hendricks, aunque aclara que no ha tenido contacto directo con él desde su arresto; sólo los abogados y representantes de la embajada alemana en China han podido hablar con Jennrich. Hendricks admite no saber nada sobre la situación de su colega, Lydia Chu.

“A ella le debe ir peor. Pero no podemos preguntar por su estado a través de la embajada alemana”, acota Hendricks. Ni la detención de Jennrich ni la de Chu ha sido ordenada por un juez y hasta ahora no se han hecho denuncias oficiales en su contra; pero el derecho chino permite el arresto sin denuncia por hasta siete meses. El arresto de ambos acaba de ser prolongado hasta el 4 de agosto, pese a que los delitos que se les imputan han sido vagamente descritos. Al alemán de 32 años se le acusa de engañar a la aduana local.

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Pekín cree que la élite china importa obras de arte y evade los impuestos correspondientes.Imagen: Reuters

Jennrich, ¿un chivo expiatorio?

Según las autoridades chinas, Jennrich importó obras de arte y mintió sobre el precio de las mismas para ahorrarse diez millones de yuanes –aproximadamente1,3 millones de euros– en la aduana. Un vocero del Ministerio de Exteriores chino ha defendido el arresto de Jennrich, alegando que el caso está siendo tratado “como lo establece el Derecho local”. El empleador de Jennrich rechaza las imputaciones sobre la base de que las tarifas aduaneras deben ser pagadas por los dueños de las obras de arte y no por la empresa que transporta esas piezas.

“Además, IFAS es una empresa extranjera. Eso significa que nosotros no podemos responsabilizarnos por el pago de la aduana así como así”, apunta Hendricks, subrayando que de eso suele ocuparse un agente aduanero chino. Esto obliga a preguntarse si hay algo más como trasfondo de este episodio. En este momento, el Gobierno chino orquesta una campaña en contra de los chinos ricos, muchos de los cuales tienden a invertir su dinero en obras de arte compradas en el extranjero y a declarar precios muy inferiores al valor real de las mismas para no pagar impuestos de importación.

El Gobierno alemán está contrariado por la manera en que se ha tratado a Jennrich; el embajador alemán en Pekín, Michael Schaefer, lo ha visitado en la cárcel en dos oportunidades. “Nosotros tomamos este caso con mucha seriedad y observamos su desarrollo muy de cerca”, dijo un portavoz del Ministerio de Exteriores alemán este 13 de julio. La semana que viene tendrá lugar en Múnich el Diálogo Sino-Germano sobre Derecho y, a finales de agosto, la canciller alemana, Angela Merkel, se reunirá con la cúpula del Gobierno chino en Pekín. Está por verse hasta qué punto el “caso Jennrich” enturbia la comunicación entre ambos países.

Autores: Christoph Ricking / Evan Romero-Castillo
Editor: José Ospina Valencia