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Un centenar de escolares bailan Fidelio

19 de junio de 2009

Bajo la máxima “todo ser humano es un bailarín”, el coreógrafo mexicano, Miguel Angel Zermeño, presentó Leonore, una adaptación de Fidelio, la única ópera que compuso Beethoven, bailada por un centenar de escolares.

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Una larga ovación recibió a los bailarines, artistas y al coreógrafo mexicano, Miguel Angel Zermeño.Imagen: Ulla Hagedorn

“Tú puedes cambiar tu vida con una clase de baile”. Con esta frase, la Filarmónica de Berlín bajo su conductor, Sir Simon Rattle inició en el 2002 un gran proyecto pedagógico junto con el coreógrafo británico Royston Maldoom.

Maldoom reunió a 250 escolares de distintas las edades, razas y credos, provenientes de barrios bajos de Berlín y los sometió a un intenso entrenamiento de danza. Hasta entonces los jóvenes eran totalmente ajenos a la música clásica y llevaban más bien una vida sedentaria, como se puede ver en el documental Rythm is it! (¡Esto es ritmo!), que siguió el proyecto paso a paso, a través de los testimonios de tres de sus participantes.

El experimento culminó con una apoteósica puesta en escena de la obra de ballet de Igor Stravinsky: “La consagración de la Primavera”, en la Filarmónica de Berlín y dejó huella no sólo en los jóvenes participantes, sino en pedagogos y maestros en toda Alemania.

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Desde enero comenzaron los ensayos de Leonore, con la participación de más de un centenar de escolares de cuatro distintas escuelas de Bonn.Imagen: Ulla Hagedorn

“Yo también estoy influenciado por ese movimiento surgido a raíz de ese proyecto", afirma el bailarín, coreógrafo y entre tanto reconocido pedagogo en Alemania, Miguel Angel Zermeño, que acaba de presentar en la Ópera de Bonn su segundo proyecto: Leonore, basada en Fidelio, como se conoce la única ópera escrita por Beethoven.

Brío y soltura sobre el escenario

El estreno causó sensación. Fue la primera vez que la obra se baila sobre un escenario y estuvo protagonizada por más de un centenar de escolares de distintas edades y razas provenientes de cuatro escuelas de Bonn.

Los jóvenes bailaron con brío y soltura y no se notó que nunca antes habían participado en un proyecto similar ni habían estado sobre un escenario. El resultado fue ovacionado por un público entusiasta, muchos padres y maestros que recibieron de pie a los artistas.

Leonore Schultanzprojekt Flash-Galerie
El baile se entiende ahora como parte integral de la educación de los jóvenes.Imagen: Ulla Hagedorn

Los jóvenes estuvieron acompañados por cantantes de ópera profesionales. La soprano Ingeborg Zwiters en el papel de Leonore, la soprano Sigrun Palmadottir, como Marzelline, el tenor Ünüsan Kuloglu, en el papel de Florestan, el barítono Martin Tzonev como Pizarro, el bajo Ramaz Chikviladze como Rocco, así como la Orquesta Beethoven y el coro del teatro bajo la dirección de Wiolfgang Lischke.

Después de Carmina Burana, proyecto de danza con escolares dirigido por Zermeño en el 2007, la comunidad escolar lo apoyó para que continuara con su labor pedagógica. “Mi propósito es enseñar a los jóvenes la música a la que tienen menor acceso, por la que se interesan voluntariamente menos, que es la música clásica”, señala el coreógrafo, quien añade que eligió Beethoven porque quería una obra contundente y fuerte, que tuviera mucha tradición e historia y estuviera vinculada con Bonn.

Leonore o el triunfo del amor conyugal

Cuando fue estrenada con tres actos en 1805 bajo dirección del genio musical, se titulaba “Leonore o el triunfo del amor conyugal” pero tuvo una tibia acogida por lo que Beethoven accedió a abreviarla a dos actos. Al final le puso Fidelio, que es Leonore, la heroína de la obra, cuando disfrazada de hombre, salva a su marido de una muerte segura.

La obra recrea un ambiente represivo en la España del siglo XVIII, y refleja los valores de la Ilustración tan populares en la época: hermandad, humanidad, los reclamos de libertad y la valentía para conquistarla, pero sobre todo, la fuerza del amor. Ya entonces fue una novedad que una mujer fuera una heroína en el teatro.

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Lo que se conoce como "Community Dance", se trasladado con éxito a Alemania.Imagen: Ulla Hagedorn

“Concebí esta obra como un homenaje a las mujeres fuertes y valientes, que son cada vez más las protagonistas de los cambios sociales”, afirma Zermeño. El coreógrafo se inspiró en un hecho ocurrido durante el nazismo en Alemania, cuando se produjo la llamada protesta de la Rosenstraße. En 1943 cientos de mujeres arias protestaron públicamente contra la detención de sus maridos de origen judío, que serían llevados a campos de concentración y exterminados.

Un drama universal

De pronto se produjo un milagro: los prisioneros fueron liberados. Sin embargo hasta la fecha no se sabe con certeza si fue por las protestas de las mujeres que se produjo este sorpresivo desenlace. En el escenario las mujeres vestidas de rojo protestan con el estruendo de cazuelas y sartenes y es el colectivo femenino el que salva a los prisioneros, un drama universal que no siempre ha tenido un final feliz.

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El coreógrafo mexicano, Miguel Angel Zermeño, durante uno de los ensayos en la Ópera de Bonn.Imagen: Ulla Hagedorn

Detrás de la parte artística se encuentra la organización Salta!, responsable de la organización, financiamiento y que este tipo de proyectos se mantengan sostenidamente en las escuelas. “Rythm is it!, el proyecto de la Filarmónica de Berlín, contagió a Alemania con el llamado “Community Dance”, lo que en Gran Bretaña tiene un auge desde la década de los 30 y 40.

Ahora estos proyectos son impulsados bajo el entendido de que el baile es parte integral de la educación y motor de la integración social, entre alemanes y extranjeros, entre jóvenes de escasos recursos y de familias adineradas.

“También estoy trabajando ahora con un grupo de minusválidos, como personas con Síndome de Down. En esta obra bailan algunos de ellos y nadie lo ha notado. Con estos ciento y tantos alumnos que tengo desarrollo un contacto personal con cada uno y al final es muy catártico porque nos convertimos como en parte de una misma familia”, concluye Zermeño.

Autora: Eva Usi

Editor: Enrique López