Un corazón de titanio

La bomba de apoyo " Incor I ", desarrollada en el Centro Cardiovascular de Berlín, ayuda a los enfermos del corazón a sobrellevar el tiempo hasta la hora de un transplante. Esta maravilla de fibra sintética y titanio, bombea la sangre de forma regular gracias a una turbina diminuta que logra hasta 8.000 giros por minuto. Puesto que " Incor I " no cuenta con un depósito mecánico, funciona muy silenciosamente. Dispone de un motor flotante que es estabilizado por imanes, de tal forma que no se registra ni fricción ni desgaste.

Pesa sólo 180 gramos, es pues mucho más ligero y pequeño que sus antecesores y cabe por lo mismo también en un tórax estrecho. Su única desventaja es que la unidad de control, del tamaño de un walkman, y las baterías pesan cerca de 2 kilos y deben portarse siempre. Otro problema es el hecho de que la sangre suele adherirse en superficies sintéticas y por lo mismo existe el peligro de coagulación. Por lo mismo, todos los pacientes deben ingerir medicamentos anticoagulantes.

Primeros implantes hechos en Berlín

Esta bomba de rotación fue desarrollada por Johannes Müller, ingeniero y médico jefe del Centro Cardiovascular Alemán, conjuntamente con la empresa berlinesa " Berlin Heart ", en un tiempo récord de 4 años. Fue especialmente desarrollada para pacientes que esperan un transplante. Les facilita el difícil periodo de espera hasta que encuentren el órgano indicado.

Especialistas del Centro Cardiovascular de Berlín implantaron la bomba de apoyo por primera vez a un berlinés de 41 años y a un sajón de 40 años en el mes de junio pasado. Ambos pacientes padecen de una dolencia del músculo cardíaco y se encontraban en la estación de cuidados intensivos. Los médicos responsables se muestran satisfechos y explicaron que los dos pacientes han reaccionado positivamente a la operación.

Alternativa para mayores de 65 años

Se espera que la bomba de titanio tenga mucho éxito. El año pasado fueron transplantados 385 corazones en Alemania; pero miles de enfermos siguen esperando un donante. " Incor I " también es una alternativa para aquellos pacientes mayores de 65 años que, respetando los acuerdos internacionales, ya no son candidatos para recibir un transplante.