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Un mundo más seguro

JAG21 de diciembre de 2003

El líder libio Muamar Al Gadafi admitió sus planes para construir armas de destrucción masiva y se mostró dispuesto a acatar la política internacional permitiendo a los inspectores supervisar su arsenal.

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Gadafi, a partir de ahora, un "amigo" de la paz mundial.Imagen: AP

El presidente de EEUU, George W. Bush, anunció desde Washington el cambio de rumbo de las relaciones de su país con Libia. Las negociaciones que se mantenían en secreto desde hace 9 meses dieron su fruto y el líder libio dio su brazo a torcer, acercándose así a la comunidad internacional. Libia reconoció en las negociaciones sus planes para fabricar armamento nuclear y misiles del tipo “scud” en colaboración con Corea del Norte.

Nuevo rumbo en la política internacional

El mandatario estadounidense manifestó que Libia entregó la documentación relacionada con los programas de armas químicas, biológicas, nucleares y misiles. Bush anunció que agentes estadounidenses se reunieron directamente con funcionarios libios para conocer detalles adicionales y que los inspectores internacionales elaborarán un informe de todos los programas de armas en Libia y supervisar su destrucción, sin ningún tipo de bloqueo por parte del gobierno de Gadafi. El presidente estadounidense agradeció la actitud del líder libio, que fue quien tomó la iniciativa en la negociación, enviando a sus agentes para comunicarles la disposición de Libia a desistir de sus proyectos armamentísticos.

“Es un hecho histórico y valiente” afirmó el Premier británico, Tony Blair. Libia emprendió negociaciones con el gobierno británico, EEUU y la ONU tras el procesamiento de dos agentes libios a raíz del atentado contra un avión estadounidense que cayó en la ciudad escocesa de Lockerbie en 1988 y causó 270 muertes. El presidente británico añadió que la decisión del dirigente libio significa un paso más en el camino hacia un mundo más seguro. El presidente del Reino Unido alegó que, tras el éxito de las negociaciones, se demostró que la lucha contra el terrorismo y las armas de destrucción masiva también puede ser resueltas por cauces diplomáticos.

Aténganse a las consecuencias

La Casa Blanca emitió un comunicado tras el anunció de Bush del éxito de las negociaciones con Libia y señaló que los países que llevan a cabo este tipo de programas están ante un dilema. “Pueden elegir entre continuar con los programas de armas y afrontar grandes peligros, costos y el aislamiento internacional, o renunciar a ellos, adherirse a la comunidad internacional y obtener nuestra ayuda” decía el comunicado. El presidente Bush aludió también en su declaración a los intentos de acabar con los programas nucleares de Corea del Norte a través de la presión internacional y de Irán dentro de la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA).

Sanciones pendientes

Ante la pregunta de si es conveniente levantar las sanciones contra libia impuestas por EEUU, la Casa Blanca declaró que todavía era muy pronto para tratar este tema. “La actitud de Libia es un paso adelante y consideramos que va en el buen camino, pero las cosas se hacen paso a paso” comunicó la Casa Blanca.

George Busch mit Colin Powell und Donald Rumsfeld
Bush, Powell y Rumsfeld: Tres artífices de la paz mundial.Imagen: AP

El levantamiento de dichas sanciones posibilitaría de nuevo a las empresas estadounidenses establecer relaciones económicas con Libia, donde antes conseguían una producción de un millón de barriles de crudo diarios.

La política de Gadafi muestra desde hace unos años un cambio de dirección. El coronel está desde hace 34 años al frente del gobierno de Trípoli al que llegó tras destronar al rey Idriss. Desde entonces, la política del “líder de la revolución” se caracterizó por la defensa de terroristas y grupos extremistas. Sin embargo su papel como intermediario en el drama de los rehenes en Filipinas en 2000 y en el Sahara en 2003, mostró su cambio de actitud. Además la privatización de parte de la economía convirtió al país africano en una atractiva fuente de recursos, sobre todo de petróleo, para la economía occidental.

La decisión del gobierno de Libia de acercar sus posturas respecto a las armas de destrucción masiva y armas nucleares, y su disposición a permitir la entrada de inspectores al país y a adherirse a los protocolos de la AIEA y la Convención de Armas Químicas marcan un hito y un triunfo de la diplomacia internacional en el camino a conseguir un mundo más seguro. El dirigente libio pasó en tan sólo 9 meses de ser uno de los enemigos más odiados por la política de seguridad internacional a convertirse en un aliado.