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Un pacto de hierro fundido

24 de octubre de 2002

Pasaron pocas horas entre la sanción de la Comisión Europea contra Portugal por no cumplir con las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento Económico, y el anuncio de que lo mismo podría sucederle a Alemania.

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El Ministro de Finanzas alemán, Hans Eichel, cuando todavía podía reírse.Imagen: dpa

Es un hecho. No sólo Portugal no cumplió con las metas estipuladas por el Pacto de Estabilidad Económica y Crecimiento. Desde ahora también Alemania corre serio peligro de sumarse a esta deshonrosa lista. La Comisión Europea muestra dureza. Ignorando las más recientes demandas de diversas naciones europeas de que relaje el Pacto, impuso sanciones a Portugal, por no cumplir con los criterios de convergencia.

En el caso de Alemania, la cosa parecía marchar por buen camino. El Comisionado europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Pedro Solbes, incluso expresó su confianza de que la nación germana lograría cumplir con la reducción de su déficit fiscal. Después de todo, así se lo había asegurado el Ministro de Finanzas germano, Hans Eichel.

El mismo Eichel, que el 24 de septiembre pasado, dos días después de las elecciones generales alemanas, le enviara cifras que sostenían que Alemania aunque con poco margen, respetaba el nivel máximo de endeudamiento fresco permitido por los criterios de Maastricht al situarse en un nivel del 2,9%, admitió ahora que el déficit alemán puede superar en el 2002 el límite permitido del 3,0% del PIB.

Crecen las dudas

De nada sirve que Eichel indique que Alemania sigue respetando el espíritu del Tratado de Maastricht puesto que continúa con la línea de consolidación presupuestaria, ó que asegure que cumplirá con el recorte de un 0,5% anual de su déficit presupuestario a partir del 2003. El Comisionado europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Pedro Solbes, no da la mano a torcer. Ni se resigna a creer que se logrará en el futuro lo que no se logra en el presente. Lo mismo que aplica a Portugal, vale para Alemania; cualquier otra medida sería una condena de muerte para este Pacto tambaleante. Lo sabe Solbes, quien anunció con dureza que si el déficit presupuestario asciende sobre el nivel del 3%, como lo admitió Eichel, tendrá que pedir -como lo hizo en el caso de la nación lusa- al Consejo de los Ministros de Finanzas que demande formalmente al gobierno alemán reducir su déficit lo antes posible, pero a más tardar hasta el 2003. De no cumplir con la demanda, la Comisión podría, en última instancia, imponer jugosas multas al gobierno de Berlín.

¿Promesas vacías?

Lo mismo que el gobierno luso que indicó que para el 2003 logrará mantener el endeudamiento fresco en un 2,8%, Eichel -que ha sido dentro del actual gobierno el gran defensor del ahorro y la consolidación presupuestaria- indica que la meta sigue siendo un presupuesto equilibrado hasta el 2006. La pregunta es cómo lo logrará, si la coalición de gubernamental de socialdemócratas y verdes habla ahora de un "camino más flexible", tomando en cuenta los altos gastos de reconstrucción de las regiones afectadas por las inundaciones, lo que implicará el desembolso de millones de euros.

4 países en la mira

No sólo Portugal y Alemania corren peligro de no cumplir con las metas del Pacto de Estabilidad. Si se observan los problemas presupuestarios de algunas naciones europeas se llega a la conclusión de que también Francia e Italia se encuentran en una situación crítica. Aún está por verse qué naciones podrían hacerse acreedoras de una advertencia de Bruselas en el 2002. La Comisión de la Unión Europea decidió esperar hasta el próximo 13 de noviembre, fecha en la que se publicará el informe otoñal, antes de imponer alguna sanción a algún otro estado miembro de la UE.