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Un poco de campaña electoral, ¡gracias a la NSA!

Volker Wagener (CP)15 de julio de 2013

En menos de dos meses habrá elecciones generales en Alemania, y las revelaciones en torno a la NSA son tema de campaña. El Gobierno de Merkel necesita dar explicaciones. Al fin un asunto candente, piensa Volker Wagener.

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Imagen: Reuters

Se acercan las elecciones generales en Alemania, y nadie parece notarlo. Si no fuera por las revelaciones de espionaje de la NSA, los alemanes casi ni nos daríamos cuenta de que dentro de diez semanas elegiremos un nuevo Parlamento, dado que la clase política parecería haber caído en un profundo agujero carente de entusiasmo y emociones. Solo el caso de espionaje de la NSA, revelado por el informante Edward Snowden, fue lo que movilizó a los ciudadanos y a los partidos, insuflando algo de vida al alicaído panorama en Berlín. Si bien nadie salió a la calle todavía, en la red se suman las protestas. Cerca de un 80 por ciento de los alemanes exigen de la canciller Angela Merkel una clara toma de posición ante EE. UU. al respecto. Peer Steinbrück, candidato del Partido Socialdemócrata y rival de la canciller el próximo 22 de septiembre, acusa a Merkel de haber violado su juramento en el cargo, es decir, que no cumplió con la promesa de no permitir que algo dañe a los ciudadanos alemanes. Durante mucho tiempo, nada se escuchó de Steinbrück, y ahora, esta grave acusación. ¿Y qué dice de eso la canciller?

Volker Wagener, de Deutsche Welle.
Volker Wagener, de Deutsche Welle.Imagen: DW

Merkel, la moderadora

Angela Merkel siempre muestra de lo que es capaz cuando la necesidad lo impone. Ahora bien: la necesidad es algo relativo. Un caso de espionaje en medio de una campaña electoral –nada menos que el caso de la NSA- puede hacer trastabillar incluso al político más avezado. Pero es evidente que no a la canciller. Merkel toma una posición “tanto así como asá”: por un lado, justifica el espionaje citando la lucha contra el terrorismo. Después de todo, la NSA destapó los planes de 45 atentados, cinco de ellos en Alemania. Y la seguridad tiene su precio. Un argumento sólido, si es que esos datos son correctos. Sin embargo, los estadounidenses, nuestros mayores aliados, violaron la ley alemana espiando a los ciudadanos. Como canciller alemana, Merkel debería denunciarlo, y lo hace, pero resaltando, al mismo tiempo, la lucha contra el terrorismo. Protección de datos y combate a los atentados terroristas: para Merkel, las dos cosas son válidas y ambas son derechos fundamentales. No puede decidir cuál de ambos principios es el de mayor peso.

Desviando la atención de los verdaderos responsables

La canciller ha aportado muy poco, hasta el momento, para esclarecer este álgido asunto. El viaje del ministro del Interior, Hans-Peter Friedrich, a Washington, fue más lamentable que revelador. Se deben colocar las cartas sobre la mesa, dijo el ministro en la capital estadounidense. Como si los servicios secretos fueran a presentar, a su pedido, sus fuentes, métodos y resultados. Es decir, que Merkel era conciente del fracaso programado de esta misión. Pero se trataba –a nivel estratégico y en campaña electoral- de enmascarar sucesos más importantes, dado que el ministro del Interior no es responsable de la coordinación de los servicios de inteligencia, y, en especial, tampoco de los servicios secretos. Ambos están bajo el mando de Ronald Pofalla, el jefe de la cancillería. Pero éste no se refirió en ningún momento al escándalo de la NSA. También eso es hacer campaña. Merkel quiere mantener alejado de sí ese asunto, que es, probablemente, su único punto débil en la confrontación con su rival, Peer Steinbrück. No sorprende, por tanto, que el ministro del Interior haya sido calificado de tonto útil, tanto por la oposición como por los medios, antes de su viaje a Washington y, con mucha más razón, a su regreso de éste.

¿Evitar violar la ley a través de más leyes?

No se considera porque sí a Angela Merkel como la heredera de Helmut Kohl. Al igual que el excanciller, también ella domina la táctica de esperar a que pase el temporal. Todavía no queda claro en qué dirección se desarrollará el caso Snowden ni sus consecuencias en Alemania. Para tranquilizar a los alemanes, de por sí muy sensibilizados en lo que a protección de datos se refiere, Merkel propone un acuerdo europeo y hasta internacional. Un ataque muy transparente. Incluso el asunto de escuchas telefónicas ya violó las leyes alemanas. ¿Por qué deberían entonces unas leyes internacionales lograr que la NSA, Mossad o la KGB dejen de espiarnos? Como dije, Alemania está en plena campaña electoral y al fin encontramos un tema.

Autor: Volker Wagener (CP)

Editora: Emilia Rojas-Sasse