Un policía con tatuaje: ¿se debe permitir?
En hawaiano "aloha" significa amor y compasión. Sin embargo, a un policía alemán no se le permite tener el saludo tatuado en el antebrazo. Pero en otro sitio del cuerpo hubiese sido permitido.
Arte en el cuerpo: no para todos
A este policía de Berlín se lo permiten, a su colega en Baviera no: tatuajes visibles si llevan uniforme. Esto lo decidió un tribunal en Baviera. La denuncia fue presentada por un policía que quería que le tatuaran "aloha" en el antebrazo. En su juicio, a los jueces no les interesó que uno de cada cinco alemanes esté tatuado.
¿Son poco serios los tatuajes y los piercings?
Los jueces en Baviera argumentaron que los tatuajes dañaban el respecto que los policías se ganaban por llevar uniforme. Según los jueces, un estudo demostró que los tatuajes aumentan el riesgo de resistencia a la policía. Sin embargo, el estudio no es representativo.
Policía de Baja Sajonia con tatuaje
A este oficial en Hannover se le permite su tatuaje. El Sindicato Alemán de Policía criticó la existencia de diferentes situaciones legales en los diversos estados federales. En Renania del Norte-Westfalia y Sajonia-Anhalt, por ejemplo, se toleran incluso motivos grandes en las pantorrillas y los brazos. Berlín ha flexibilizado las reglas, porque carece de profesionales jóvenes.
Guardia con diseño floral
También en Inglaterra, como aquí en Sussex Occidental, no hay ningún problema cuando los guardianes del orden llevan tatuajes en sus cuerpos. Al menos el motivo coincide con el uniforme.
Policía tatuado en EE. UU.
En los EE. UU. los tatuajes de funcionarios tampoco están prohibidos generalmente. Este policía de Arizona ha optado por un motivo relativamente simple. En el clima a menudo caluroso, debería ser visible durante la mayor parte del año.
El turbante en azul policial
En la ciudad de Nueva York, a los agentes de policía no sólo se les permite llevar tatuajes, sino también signos de su religión como turbantes, pañuelos de cabeza o barbas. Al igual que en Berlín, la aguda falta de jóvenes profesionales en la metrópoli ha llevado a una mayor tolerancia hacia los tatuajes y el vestuario de los uniformados.