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Un silencioso sueño de hermandad

28 de diciembre de 2002

La Comunidad ecuménica de Taizé ha atraído en 60 años de existencia a cientos de miles de personas. La noche del 31 de diciembre, se reunirán más de 80.000 jóvenes en París para celebrar el cambio de año... en silencio.

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París espera a miles de jóvenes visitantes para el 25to. encuentro ecuménico.Imagen: AP

Más de 60 años después de fundada la "Comunidad de Taizé", 80.000 de sus jóvenes simpatizantes, provenientes en su mayoría de Europa se reunirán la noche de fin de año en la ciudad de París, durante el 25to. encuentro ecuménico de la "Peregrinación de la Confianza". Así, mientras en otros lados vuelen los corchos de las botellas de champán celebrando el año nuevo, miles de jóvenes permanecerán juntos en silencio en oración, siguiendo las enseñanzas de Taizé.

La base del encuentro

¿Cómo tomar responsabilidad en el mundo actual siendo cristiano?, este cuestionamiento siempre ha sido la base de los encuentros multitudinarios que durante un cuarto de siglo han tenido lugar anualmente siempre en una ciudad europea distinta: París, Roma, Londres, Colonia, Barcelona, Budapest, Praga, Múnich, Varsovia, Milán... Esta vez, los participantes se hospedarán durante cuatro días en escuelas, casas de familias y edificios de la ciudad ; dos veces al día se reunirán en los hangares de la Feria Porte de Ville de París para orar. El papa Juan Pablo II ha calificado el encuentro como un "símbolo de esperanza para nuestro mundo" y el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, lo ha alabado como un "mensaje claro de tolerancia y solidaridad".

La historia de Taizé

En agosto de 1940, Europa estaba en plena guerra y el hermano protestante Roger Schutz se afincaba en Taizé, un pueblo abandonado al oeste de Francia, cerca de Cluny. El sueño de ese hombre de 25 años era fundar un monasterio en el cual se viviera una parábola de comunidad, que fuera un símbolo de reconciliación. Así, empezó a usar su casa como refugio para los perseguidos por el nazismo, y más tarde, a pesar de las protestas del pueblo, para los prisioneros de guerra alemanes. Los primeros dos años los pasó solo; para la primavera de 1949 eran ya siete los que habían hecho votos de comunidad y celibato. 90 viven hoy en la comunidad de Taizé, hay tanto católicos como protestantes, y provienen de 20 países; no aceptan donaciones ni regalos, tampoco herencias. Ganan su pan con el sudor de su frente.

Desde 1957, cientos de miles de visitantes han llegado de toda Europa y más allá a este sencillo monasterio, para explorar su fe en la "Iglesia de la Reconciliación". Se trata de gente de todas las edades y de todos los tipos: activistas cristianos, punks de pelo verde y piercings, académicos, hippies rezagados..."Paz y unidad entre los hombres", ése ha sido siempre su deseo, declara Frére Roger, hoy un venerable anciano de 87 años, y añade: "El silencio es necesario. De no ser así, ¿cómo poder escuchar a Dios?"