Una canciller, pero pocas jefas en Alemania

Un reciente estudio del ministerio alemán de Trabajo revela que las mujeres ocupan menos de un 25% de los puestos gerenciales en Alemania. En el terreno nacional, el 20% de las empresas tienen como gerente general una mujer y un 10% un gremio mixto. Esto lleva a la conclusión de que el 70% de las empresas alemanas están dirigidas exclusivamente por hombres. En niveles laborales menos elevados, sin embargo, eso cambia. En total, las mujeres conforman el 50% de los empleados alemanes.

Ramos más femeninos que otros

En cuanto a la cantidad de mujeres directoras, el estudio descubre diferencias significativas entre sectores económicos, entre empresas de varios tamaños e incluso diferencias locales.

Mientras más alto sea el porcentaje de personal femenino, más probable es que una mujer sea su gerente. Es decir, mujeres directoras se encuentran con más frecuencia en los campos de trabajo dominados por féminas; éstos son, ante todo, los sectores de salud y sociales. Ellas dominan el comercio y los servicios privados incluyendo lavanderías, gastronomía y cosmética. En general se puede constatar que el porcentaje de trabajadoras es más alto en el sector público que en el sector privado.

En cuanto al tamaño de la empresa, resalta el hecho de que empresas grandes sólo muy escasamente están guiadas por una mujer. Entre las empresas de más de 500 empleados, por ejemplo, sólo un 4% tiene dirigencia femenina. Otra diferencia significante se nota entre el este y el oeste de Alemania. En los estados federados que conformaban la ex República Democrática Alemana , el porcentaje de directoras generales es de un 30%, frente a un 23% en los del oeste.

Hijos: un problema laboral

El ministerio de Trabajo considera que la familia sigue siendo un gran obstáculo para las mujeres que quieran avanzar profesionalmente. Como el estudio indica, entre las pocas mujeres que ocupan puestos directivos, sólo muy escasamente se encuentran mujeres con hijos pequeños. Según la Academia Europea para Mujeres en Política y Economía (EAF), eso no sólo tiene razones políticas, como la falta de guarderías para niños, sino también tiene como causa la cultura empresarial específica alemana.

EAF constata que en Alemania predomina la convicción de que una buena madre debe ocuparse principalmente de sus hijos en vez de trabajar, lo cual influye también en la disposición a mejorar las condiciones laborales de las madres. La EAF junto con el Seguro Federal para Empleados ha elaborado una guía proponiendo medidas con las cuales se podría facilitar la situación profesional de las madres alemanas. Por verse está si se logra implementarlas. De tal manera, Alemania, con su flamante primera mujer canciller, podrá hablar de igualdad de género, hasta en los puestos más influyentes de su vida pública.